Bioetica, Calidad de Vida y Tecnociencia en el mundo globalizado
Autor: Dr. Harold Guevara Rivas  | Publicado:  28/08/2008 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Bioetica, Calidad de Vida y Tecnociencia en el mundo globalizado.3

En el marco de la globalización, el Fondo Mundial para la Naturaleza analizó los impactos de esta y del neoliberalismo en el ambiente natural y sociocultural de nueve países en 1996, incluyendo Venezuela. Se reporta el predominio de impactos negativos: aumento de la pobreza, la exclusión y la degradación de los recursos naturales (15), como ocurrió durante el siglo XX, el cual ha sido definido como cien años de infortunio y esplendor, debido a la contradicción entre el progreso alcanzado y los grandes desequilibrios ambientales con repercusiones para la salud, conservándose la esperanza de un horizonte prometedor en tanto haya un compromiso bioético y humano de preservación (16).

 

Asimismo, en el año 2000, fue aplicado a Venezuela el índice de sostenibilidad ambiental diseñado por el Fondo Económico Mundial, cuyas bases conceptuales y clasificación para Venezuela se resumen en el Cuadro 1, representando cien (100) puntos el estado óptimo. Resulta interesante observar cómo el país disminuyó drásticamente su promedio como resultado de la debilidad de sus instituciones ambientales (12).

 

Cuadro 1. Índice de Sostenibilidad Ambiental y su calificación para Venezuela (12)

 

Una sociedad es ambientalmente sostenible en la medida que:

 

Sistemas ambientales: Sus sistemas ambientales son mantenidos en niveles saludables y en la medida en que están mejorando o deteriorándose (71)

Stress y riesgos ambientales: Los niveles de stress antropogénicos son suficientemente bajos como para no generar daños demostrables en los sistemas ambientales (71)

Vulnerabilidad humana a los impactos ambientales: La gente y los sistemas sociales no son vulnerables a los disturbios ambientales. Ser menos vulnerable es una señal de que la economía está en vías de ser más sostenible (78)

Capacidad social e institucional: Cuenta con instituciones políticas y patrones subyacentes sociales de actitudes, aptitudes y redes que propician respuestas eficientes a los retos ambientales (23)

Participación global: Coopera con otros países para el manejo de problemas comunes y reduce sus propios impactos negativos en otros países (52)

Calificación total de Venezuela: 56

 

Un concepto muy relacionado con el desarrollo sustentable es el de desarrollo humano, que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo tiene que ver con la creación de un ambiente en el que la gente pueda desarrollar su potencial total y llevar vidas productivas y creativas, de acuerdo con sus necesidades e intereses. En esa búsqueda de ser más antes que tener más, el desarrollo humano comparte una visión común con los derechos humanos, siendo el objetivo la libertad, puesto que la materialización de una vida buena y armónica con el entorno pasa porque el sujeto sea libre para tomar sus decisiones, respetándose y respetando al otro, sin hacer daño y preservando el ambiente.

 

Desde esta perspectiva las personas son el centro de todos los esfuerzos destinados a conseguir la prosperidad de un país o sociedad. Las personas son agentes y destinatarios de estos esfuerzos, sean económicos, sociales, políticos y culturales. Esfuerzos que deben ir más allá del momento presente, asegurando su sostenibilidad para la vida de las futuras generaciones mediante la protección de los recursos naturales y el medio ambiente (17). 

 

El debate sobre la responsabilidad de los actores individuales y sociales en el manejo del poder del conocimiento sobre la vida, tuvo un fuerte impulso a partir de los años 70 del pasado siglo, desde cuando es abordado desde varias perspectivas convergentes que incluyen informes sobre los límites del crecimiento y los riesgos serios para la preservación de la vida en el planeta, discusiones sobre bioética y éticas aplicadas, como la ética en la empresa en términos de responsabilidad social (18) y la ética ecológica, y la renovación del concepto de ética pública como ética de la responsabilidad (19). 

 

A pesar de esto, se puede señalar que el ser humano no sólo ve en la naturaleza su eterno adversario al que pretende dominar para ponerla a su servicio, en función de una mejor calidad de vida, sino que se encuentra en una lucha contra sí mismo, pues el hombre es naturaleza que lo vincula a la totalidad ecológica. De tal forma que todo esfuerzo humano por dominar la naturaleza con la tecnociencia es simultáneamente una autodominación cuya validez ética depende de la intencionalidad, del modo de lograrla y de la posibilidad de construcción de un ambiente propicio para que la vida viva con todas sus vitalidades, para asumir responsablemente el conocimiento y cuidado de todas las formas de vida (1).

 

Si bien Francis Bacon señalaba que “el conocimiento es la medida del poder”, los esfuerzos de la humanidad deben apuntar a hacer ciencia con conciencia, a una reconciliación del hombre con su hábitat, armonizando la dignidad del hombre con la dignidad de la naturaleza, en un enfoque que Cely denomina Ecología Humana (1).

 

No podemos simplemente lamentarnos por la ausencia de sentido y la degradación de los valores de la era posmoderna, de la globalización, de la tecnociencia y de nosotros mismos. Identificar y proteger las condiciones de supervivencia de las generaciones presentes y futuras es la tarea moral más importante de nuestra generación. Esto implica propiciar situaciones de desarrollo que aseguren la continuidad de los ecosistemas desde los cuales se satisfacen las necesidades y a partir de los cuales se ha desenvuelto la diversidad cultural, teniendo como requisito la solidaridad y como fundamento teórico la Ecología Humana (1).

 

Reflexión final

 

La Bioética, más allá de los eventos domésticos que exigen respuestas en términos éticos, es un imperativo moral en la búsqueda de la supervivencia de nuestra especie, en tanto que no es posible vivir con nuestros cuerpos en un planeta distinto a la Tierra. La integración de lo positivo-analítico-experimental con lo histórico-hermenéutico puede hacer posible un humanismo científico, que concilie las ventajas de los avances tecnológicos con la preservación de la aldea global, teniendo en cuenta nuestras particularidades latinoamericanas, en donde si preservamos nuestro entorno nos preservamos a nosotros mismos y, por el contrario, si agredimos al ambiente con nuestra tendencia depredadora y hegemónica nos infligimos un daño que va más allá de nosotros mismos, afecta a nuestra descendencia, a nuestra especie y a toda forma de vida con consecuencias impredecibles.

 

 

Referencias bibliográficas

 

1.- Cely G. La bioética en la sociedad del conocimiento. 1ª edición. Santa Fe de Bogotá: 3R Editores; 1999.

2.- Baldi C, García E. Calidad de vida y medio ambiente. La psicología ambiental.  Universidades  2005; 30:9-16.

3.- Lolas F. Discursos y narrativas en medicina: origen, ejemplos, comentario. En: Más allá del cuerpo. La construcción narrativa de la salud. Santiago: Editorial Andrés Bello; 1997.

4.- Gracia D. Ética de la calidad de vida. En: Ética y Vida 1: Fundamentación y enseñanza de la bioética. 1ª edición. Santa Fe de Bogotá: Editorial El Búho; 1998.

5.- García R. Sistemas complejos. 1ª edición. Barcelona, España: Editorial Gedisa S.A.; 2006.

6.- Andoro R. Las bases de la bioética. En: Bioética y dignidad de la persona. Madrid: Editorial Tecnos S.A.; 1998.

7.- Reboratti C. La naturaleza y nosotros: el problema ambiental. 1ª edición. Buenos Aires: Capital Intelectual; 2006.

8.- Jonas H. The imperative of responsibility: in search for an ethics for the technological age. Chicago: The University of Chicago Press; 1984.

9.- Guevara E. Ética y educación ambiental. Valencia, Venezuela: Dirección de Medios y Publicaciones Universidad de Carabobo; 2000.

10.- Gómez M. Consideraciones éticas en un mundo globalizado. Memorias II Congreso Iberoamericano y del Caribe sobre “Bioética, Axiología y Derechos Humanos”. Mérida, Venezuela: Centro Editorial Litorama C.A.; 2002. 

11.- Ferraro R. Para qué sirve la tecnología. 1ª edición. Buenos Aires: Capital Intelectual; 2005.

12.- Castellano H. La planificación del desarrollo sostenible. 1ª edición. Caracas: Cendes UCV; 2005.

13.- Banco Interamericano de Desarrollo. Informe anual sobre el medio ambiente y los recursos naturales, 1990. Washington DC: BID; 1991.

14.- Gladwin T, Kennelly J, Krause T. Shifting paradigms for sustainable development: implications for management theory and research. Academy of Management Review 1995,  20: 874-907.

15.- Urdaneta–Carruyo E. Siglo XX. Cien años de infortunio y esplendor. Gac. Méd. Méx 2005; 141(1): 75-84.

16.- Yero L. El caso Venezuela. En: Reed D. Ajuste estructural, ambiente y desarrollo sostenible. Caracas: Cendes/Nueva Sociedad/WWF; 1996.

17.- D’Elia Y, Maingon T. La equidad en el desarrollo humano: estudio conceptual desde el enfoque de igualdad y diversidad. Documentos para la discusión. Primera edición. Caracas: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; 2004.

18.- Guédez V. La ética gerencial. Tercera edición. Caracas: Editorial Planeta Venezolana S.A.; 2004.

19.- Martín V. Ética y ciencia en un mundo global. Boletín del Comité de Bioética Centro Médico de Occidente. Maracaibo, Venezuela, 2006; 6(1-3): 59-64.

 


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