Opiniones que tienen hombres y mujeres sobre la homosexualidad
Autor: Dra. Emma Margarita Martín Gramcko | Publicado:  11/06/2009 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Otras Especialidades , Psicologia | |
Opiniones que tienen hombres y mujeres sobre la homosexualidad.1

Opiniones que tienen hombres y mujeres sobre la homosexualidad

 

Emma Margarita Martín Gramcko* y Luzmila Fuentes Luque*

 

*Profesor Asociado de la Universidad de Carabobo. Venezuela

 

Universidad de Carabobo. Bárbula. Departamento de Salud Pública. Pabellón 8. Carabobo, Venezuela.

 

Resumen

 

Objetivo: comparar la opinión que tienen sobre la homosexualidad hombres y mujeres.

 

Material y Métodos: estudio opinático con un enfoque cualitativo a partir del análisis del discurso y cuantitativo porque se utilizo un diseño de tipo descriptivo y transversal, para precisar las cantidades de individuos según las variables consideradas sexo y grupo etario. Población de 423 personas, entre los 12 y 102 años, de la ciudad de Valencia Venezuela; entrevistados en el año 2007.

 

Resultados: el 51,3% de las mujeres y el 56,5% de los hombres manifestaron rechazo hacia la homosexualidad, siendo mayor entre los hombres. La mayor aceptación fue entre adultos jóvenes (20-39 años), Las razones para la no aceptación de la homosexualidad fueron la religión, es una enfermedad o un problema de índole social.

 

Palabras clave: homosexualidad. Aceptación. Rechazo.

 

 

Introducción

 

Desde los estudios de Kinsey hasta la actualidad se ha considerado existen entre un 5 y 10% de la población masculina y algo menos de la femenina que tienen una orientación sexual diferente a la mayoritaria heterosexual; y entre ella es posible observar diversas expresiones tanto de la orientación como de la identidad sexual: homosexuales, travestís, lesbianas, transexuales. El tema de la homosexualidad en la opinión pública requiere necesariamente de la concurrencia de modelos conceptuales complejos, no sólo porque es un tema escasamente investigado, sino que estudios anteriores han reiterado las ambigüedades, contradicciones e indefiniciones que se registran en este ámbito temático. Foucault en el 1979, consideró que la homosexualidad es una práctica sexual combatida y descalificada, su rechazo es quizás debido a un control de los mecanismos sociales. (1,2,3,4)

 

Ahora bien, hay importantes segmentos de la población, que ya sea por razones culturales y/o religiosas, expresan diferentes niveles de acuerdo o desacuerdo con la afirmación acerca de la prohibición de la homosexualidad dado su carácter contrario a la naturaleza humana y al orden social, ello en vista que existe la creencia de que todas las personas son heterosexuales, lo que ha generado los estereotipos negativos y discriminaciones hacia homosexuales tanto masculinos como femeninos. Creándose así de esta manera barreras sociales y culturales que persisten para la construcción y vivencia de identidades sexuales y de género; una de ellas es la hostilidad que experimentan las personas y grupos homofóbicos. (1,2,3,4).

 

Entre los mayores obstáculos que se tienen sobre las orientaciones no heterosexuales, se encuentran las ligadas a la bisexualidad y al lesbianismo; siendo la bisexualidad la que se presenta como de mayor riesgo. Para ONUSIDA es importante “eliminar las barreras sociales y culturales que impiden hablar claramente de las relaciones sexuales entre varones”, ya que ello obstaculiza la comunicación, información y el acceso para implementar acciones de prevención para reducir el riesgo de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y entre ellas la expansión del VIH/SIDA. Por ello, es de gran importancia conocer las tendencias de opinión en las distintas sociedades antes de implementar programas de prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual dirigidos a las poblaciones de homosexuales. (1,2,3,4).

 

Entre los estudios pioneros tenemos el de Kinsey y colaboradores en 1948, después de entrevistar a 5.300 sujetos masculinos y 5.940 femeninos, encontraron un 4% de los estudiados habían sido exclusivamente homosexuales a partir de la pubertad, 10% fueron predominantemente homosexuales durante tres años por lo menos entre las edades de 16 a 55 años y 37% tuvo por lo menos una actividad homosexual dirigida a orgasmos después de la pubertad. Otro estudio de gran importancia en este tema es el de Master y Johnson de 1979, quienes consideraron que homosexuales y heterosexuales tienen más semejanzas que diferencias, y eso es debido a la capacidad fisiológica de responder a estímulos sexuales similares (2).

 

FLACSO-Chile a partir de una encuesta realizada durante 1995, notificó que un 74% de la población de la gran Santiago aceptaba poco o en absoluto el tema de la homosexualidad, considerando ambos sexos, grupos de edad y niveles socioeconómicos. En otro estudio realizado en Chile durante 1997, en cuanto a las actitudes hacia la intolerancia y discriminación señalo que el 43,6% de la población de los adultos entrevistados de área metropolitana consideran que “la homosexualidad debe ser prohibida, pues va en contra de la naturaleza humana” y el 60,2% tiene discriminación e intolerancia (2)

 

En Cuba Álvarez (5) entrevistó a 120 personas de la comunidad y encontró que la mayor parte de ellos dijo que continuarían manteniendo relaciones de amistad con homosexuales; en general plantean respetar su decisión y estar dispuestos a ayudarlos, pero no aceptarían si fuese su hijo y se sienten responsables como resultado de alguna deficiencia en su educación; el rechazo fue mayor en hombres que en las mujeres. En el estudio en adolescentes de Libreros, Fuentes y Pérez en Venezuela (6), reportaron una actitud desfavorable sobre la homosexualidad en el 86,9% de los encuestados y siendo mayor entre los hombres. En el 2008 Campo Arias (7) realizó una revisión de artículos sobre la homofobia entre estudiantes universitarios de medicina, la cual es considerada como el temor, rechazo o intolerancia irracional hacia la homosexualidad, encontrándola entre un 10 y 25%; las variables asociadas a la misma fueron las creencias religiosas y el sexo masculino.

 

Al presente, la homosexualidad se ha definido como “la orientación erótica y emocional de una persona hacia miembros de su propio sexo” (4) y diversas teorías han estimado explicar el origen de la misma, entre ellas tenemos: la genética la cual considera que es una condición del código genético; la biológica u hormonal que se apoya en los cambios durante el período de diferenciación cerebral hormonal; la teoría psicoanalítica (psicosociales) descansa en la influencia de los padres en la identificación sexual de sus hijos, y por último la ecológica que la explica por la disminución del número de espermatozoides que ha ido decreciendo en los últimos 50 años e incrementándose de una mala diferenciación sexual y de otros fenómenos que tratan de explicarse a través de fenómenos ambientales. Sin embargo, para muchos estudiosos del tema se considera la homosexualidad como una opción de vida, valida de acuerdo a un enfoque llamado Terapia Afirmativa. (4)

 

Leal (3) discurre que no somos 100% hombres o mujeres, sin embargo la masculinidad y la feminidad no tienden a verse como polos opuestos sino como un sistema ortogonal, que según Swing pueden establecerse 4 o 5 tipos de géneros y ello recuerda la escala propuesta por Kinsey en los años 50, quien expresó la orientación sexual a través de una gráfica con siete columnas numeradas de cero a seis y cruzadas por una diagonal del uno al cinco, en la cual ubicó en la columna uno a los heterosexuales que sólo habían tenido actividad homosexual incidental; en la dos, los heterosexuales cuya actividad homosexual había sido más que incidental y en la columna tres a las personas cuya actividad sexual era por igual heterosexual y homosexual conocidos como bisexuales o ambisexuales, en la cuatro, homosexuales cuya actividad heterosexual fue más que incidental, en la cinco a los que habían tenido actividad heterosexual incidental y en la columna seis, igual que la cero pero para los homosexuales.

Vista de esta manera, la homosexualidad es una complejidad de actitudes conscientes y de allí emerge que la tolerancia puede vivirse de varias maneras. La tolerancia o aceptación pasiva consiste en decir que somos diferentes, cada cual en lo suyo y vivamos y dejemos vivir, está más cerca de la resignación; otra actitud que es superior a la pasiva es la indiferente donde no se establece diferencia, no se considera al homosexual como de un grupo marginal que necesite protección o tratamiento especifico. Pero existe también la llamada tolerancia o aceptación activa, basada en que somos diferentes y que la naturaleza tiene sus razones para ello. (4).

Por otra parte, los estilos de crianza latinoamericanos, resaltan el machismo y el rol que el hombre debe desempeñar, es así como se le imponen una serie de comportamientos determinantes a veces inflexibles e incompatibles con la debilidad, contraria a la de la mujer a la cual se le enseña dentro del contexto sociocultural a ser sumisa, abnegada, razón esta que pudiera explicar las actitudes más tolerantes de las mujeres a la homosexualidad (8).

 

Tomando en cuenta que existen diferentes actitudes y grados de tolerancia acerca de la homosexualidad, se hizo una investigación en la cual se comparó la opinión que tienen sobre la homosexualidad hombres y mujeres en las diferentes etapas de la vida y así estar al tanto sobre sus actitudes sobre las personas con este tipo de orientación sexual.


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