Semiologia general del paciente con enfermedad hematologica
Autor: Dr. Hildebrando Romero Sandoval | Publicado:  11/06/2009 | Hematologia y Hemoterapia , Medicina Interna | |
Semiologia general del paciente con enfermedad hematologica.2


Las características semiológicas de un ganglio son importantes a la hora de establecer diagnósticos diferenciales. El tamaño es lo primero que se considera, se acepta como ganglio normal si su diámetro máximo no supera un centímetro, aunque en la región inguinal, los ganglios pueden ser más grandes y no por ello ser patológico.

La consistencia también ayuda en la orientación diagnóstica, una linfadenopatía de consistencia pétrea es sinónimo de metástasis. Los ganglios del linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin son de mayor consistencia que los de la leucemia linfoide crónica, que suelen ser más elásticos. La adherencia a tejidos subyacentes es igualmente de orientación diagnóstica, ganglios no móviles, fijos a planos profundos por lo general son metastásicos, no obstante la tuberculosis ganglionar puede presentarse con las mismas características, pero se fistulizan.

 

La historia clínica aporta datos que complementan la exploración física de las linfadenopatías .La edad ya establece de por si la orientación de una linfadenopatía. Causas benignas (fundamentalmente infecciosas) son responsables del 80% de los casos de linfadenopatías en pacientes menores de 30 años, pero solo el 40% en mayores de 50 años.

La historia natural del crecimiento ganglionar nos indica la naturaleza del proceso responsable. En las infecciones, la manifestación y progresión de las linfadenopatías es muy rápida. Las neoplasias linfoides pueden seguir cursos distintos, un crecimiento lento pero progresivo de varios territorios ganglionares, es típico de la leucemia linfoide crónica, mientras que las linfadenopatías de los linfomas no Hodgkin indolentes pueden presentar aumento, reducción e incluso su desaparición en el curso de la enfermedad.

 

La investigación de contactos con animales puede proporcionar la clave etiológica. El toxoplasma, cuyo huésped definitivo es el gato, es causa de linfadenopatías generalizadas. Las localizaciones axilares o epitrocleares se observan en la enfermedad por arañazo de gato. Síntomas constitucionales o síntomas B (fiebre vespertina, diaforesis nocturna, pérdida de peso), sugiere que una linfadenopatía sea un linfoma. Finalmente, debemos aceptar que a pesar de una detallada anamnesis, una cuidadosa exploración física y la correcta interpretación de un frotis de sangre periférica, es la biopsia ganglionar la que permite establecer definitivamente el diagnóstico.

 


Bazo

 

La palpación del bazo en reposo y en inspiración profunda, define la esplenomegalia. El bazo en condiciones normales mide de 8 a 13 cm de longitud por 4 a 7 cm de diámetro, con un peso medio de 100 a 250 gramos. Se considera que el bazo debe aumentar 1.5 a 2 veces su tamaño para que sea palpable. Como regla básica, todo bazo palpable es en principio patológico, aunque es importante recordar que un 3% de adultos jóvenes sanos, un 5-10% de neonatos y un pequeño porcentaje de mujeres en el post-parto inmediato (relajación de la musculatura abdominal), pueden cursar con un bazo palpable sin que ello signifique necesariamente un hecho patológico.

 

Un bazo palpable se define por las siguientes características:

 

1)     se palpa en el cuadrante superior izquierdo del abdomen como una protuberancia lisa y redondeada.

2)     Se desplaza con los movimientos respiratorios.

3)     Localizado en una zona sobrepuesta por el reborde costal, lo que hace imposible palpar el espacio por encima de este órgano, por ello, el bazo es como un iceberg; la parte visible y palpable es sólo una parte del todo.

4)     Cuándo es muy grande, crece hacia abajo, hacia la fosa iliaca derecha.

5)     Es mate a la percusión y se amplía sobre la región costal inferior izquierda, entre la línea axilar media y posterior.

6)     Las grandes esplenomegalias tienen una muesca reconocible (margen crenatus), muy sensibles sin han tenido un infarto.

 

Si la palpación es negativa, se procederá a la percusión sobre el espacio de Traube, que corresponde a un área delimitada superiormente por la VI costilla, lateralmente por la línea medioaxilar e inferiormente por el reborde costal izquierdo; que corresponde a la cámara gástrica de percusión timpánica. Una percusión mate del espacio de Traube significa esplenomegalia (inspiración).

Es de utilidad la percusión por el método de Castell; el paciente en decúbito dorsal, se percute en el último espacio intercostal sobre la línea axilar anterior (punto de Castell), en un examen normal se encontrará sonoridad y matidez en caso de esplenomegalia. Para algunos autores la exploración del bazo debería comenzar con la percusión, y si la misma no es mate en el punto de Castell, la palpación no es necesaria.

 

La esplenomegalia constituye un signo físico presente en gran número de enfermedades sistémicas. Su orientación etiológica dependerá de una correcta historia clínica, una exploración física adecuada, una correcta interpretación del hemograma y frotis de sangre periférica y otras exploraciones complementarias.

A diferencia de las esplenomegalias de origen sistémico, la lista de esplenomegalias de causa hematológica se reduce y básicamente se divide en causas neoplásicas y no neoplásicas correspondiendo estas últimas en su mayoría a anemias hemolíticas. De igual forma el tamaño es también un buen parámetro para establecer la etiología, pues cuanto mayor sea el bazo, menor será el número de causas posibles.

 

Piel

 

La palidez cutáneo mucosa constituye la alteración más frecuente como consecuencia de la disminución de las cifras de hemoglobina. Sin embargo existen ciertas situaciones en que la esperada correlación “hemoglobina y palidez¨” no siempre se produce, y es así, que en anemias clínicamente bien toleradas en individuos expuestos al sol, sujetos con tez morena o negra u individuos alcohólicos, la coloración de la piel, como signo físico puede inducir a un error interpretativo.

 

Se acepta que el color de los pliegues de la palma de la mano constituye un índice fiable, el cual normalmente es rosado hasta que la hemoglobina descienda a 7 g/dl. El lecho ungueal y la conjuntiva ocular son otras dos zonas a explorar, que en presencia de anemias extremas se traducen en palidez, pero no así, en anemias leves donde no proporcionan la información clínica esperada. Por el Contrario, la coloración rubicunda de la piel (cara, cuello) es típica de los pacientes que cursan con poliglobulia (facies eritrósica)

 

La falta total de pigmentación (vitíligo) es frecuente en pacientes con anemia megaloblástica. La ictericia, se detecta cuando la cifra de bilirrubina total es igual o superior a 2 mg/dl; debe valorarse siempre a la luz del día y en la conjuntiva ocular, pues si es muy discreta puede pasar desapercibida. La cianosis es otro signo físico cutáneo, aunque poco frecuente en las enfermedades hematológicas primarias; básicamente se observa en las metahemoglobinemias, por aumento en la concentración de metahemoglobina en la sangre

 

La piel se afecta frecuentemente en las hemopatías que cursan con diátesis hemorrágica y se expresan en forma de purpura; esa se puede clasificar en tres tipos: las petequias, son hemorragias de aspecto puntiforme de 1 a 3 mm, como consecuencia de la extravasación de sangre de los capilares dérmicos, localizadas preferentemente en aéreas sometidas a alta presión venosa (extremidades inferiores) y traducen clínicamente una alteración plaquetaria o vascular. Cuando la extravasación adquiere una apariencia macular y uniforme de mayor tamaño se denomina equimosis. Las vibices, son lesiones purpúricas que adoptan una apariencia alargada o serpiginosa. Si la diátesis hemorrágica compromete tejidos blandos y profundos se denominan hematomas.

 

 


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