Manejo bioetico en el traumatismo por quemaduras
Autor: Dra. Raquel Rojas Bruzón  | Publicado:  12/11/2009 | Cirugia Plastica Estetica y Reparadora , Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Manejo bioetico en el traumatismo por quemaduras.3

DISCUSIÓN:

 

El análisis de los datos arrojó los siguientes resultados:

 

Predominó en la muestra la edad del adulto joven, del sexo femenino. (Tabla 1).

 

Es importante señalar que este resultado está en correspondencia con que en la década de los 40 años ya se está convencido de que no vamos a ser un triunfador, como quisimos cuando adolescentes, del amor, las artes, la ciencia y si a esto se le une algún inconveniente de la etapa actual, si además se carece de mecanismos compensatorios, entonces se está muy propenso a cometer un intento suicida, además que en esta etapa de adulto joven es cuando más expuestos se encuentran hombres y mujeres a peligros de accidentes tanto domésticos como en centros laborales y se protegen las edades más cerca de los extremos. La mujer incrementa la morbimortalidad por quemaduras también a expensas del intento o el suicidio, por ser más lábil emocionalmente y que en ocasiones se acompaña más frecuentemente de rasgos histéricos que la hacen tener baja tolerancia a las frustraciones.

 

La mayoría de los pacientes (50 %) solo contaban con la secundaria básica y además eran de procedencia rural (Tabla 2).

 

Si tenemos en cuenta que todos estos pacientes (Tabla 3), tenían un grado de gravedad extrema debido a la extensión y profundidad de sus quemaduras que a la vez ensombrecían el pronóstico y por tanto su malestar y estado general les hacía inferir constantemente el peligro inminente para su vida que lo manifestaban alguna que otra vez con la pregunta “¿Doctor yo me voy a morir?”, otros lo expresaban categóricamente, es de suponer la necesidad de comunicación que los mismos experimentaban en los momentos más críticos de su evolución.

 

Sabemos que por asuntos legales en otros países, donde la ética no tiene nuestros mismos principios, se les comunica al paciente con riesgo de morir la realidad de su estado, proceder que consideramos una crueldad, pero sin embargo la totalidad de los pacientes manifestó que le hubiera gustado entrevistarse con un familiar, amigo cercano o líder religioso pues consideramos que el ser humano al sentir que puede morir tiene necesidad de encargar la custodia de los hijos, esclarecer su conflicto, sobre todo en los casos suicidas , despedirse de sus seres queridos, o sencillamente si es religioso respetársele sus valores y principios, pues como dijera la frase que se recoge en el texto “Panteón Yoruba” ,”… Mientras el hombre llore el eco de cientos de miles de años de tambores mágicos repicara en su sangre…”

 

A todo esto llamamos, morir con dignidad. (Tabla no 5).

 

A pesar de sus necesidades espirituales, estos pacientes no solicitaron dicho apoyo, ya que se les orienta que por razones de índole higiénica epidemiológicas, no se admiten visitas, criterios que compartimos aunque pensamos que hay que evolucionar el pensamiento y materializar lo que en pensamiento ético profesional va cambiando.

 

“La ética profesional además de ser respetuosa, debe ser beligerante en defensa de los pacientes y de los derechos humanos. La toma de decisiones siempre supone una elección entre alternativas diferentes, en las que siempre una va ha ser mejor o menos mala, para el paciente, que el resto. Los planteamientos y procedimientos siguen basándose en los principios de “beneficencia, no maleficencia “.4

 

En la tabla numero 6 plasmamos los resultados recogidos en cuanto a el apoyo emocional brindado a los enfermos por el personal médico y paramédico donde encontramos inconformidad en el 50% de los casos con respecto al personal paramédico, ya que los enfermos manifestaron que tenían que llamar varias veces cuando necesitaban algún tipo de auxilio, para poder ser escuchados, esto ocurre fundamentalmente en horarios nocturnos.

 

Es un efecto psicológico, ya descrito sobre el personal que labora con pacientes de extrema gravedad en los que la muerte se hace insoslayable, que poco a poco deja de oír las llamadas, cuando pierde las esperanzas de recuperarlo, pero en nuestros principios éticos tales “lujos” no están permitidos. El paciente grave y en especial el quemado que va a morir necesita para tener una muerte digna, confort, alivio del dolor, amor y concesión de sus necesidades espirituales.

 

También se recogió un estado de opinión negativo (Tabla Nº 7) en lo concerniente a tratamiento poco comprensivo y el uso de algunas recriminaciones (6 pacientes de 20) referente a la causa del traumatismo, esto por supuesto en algunos pacientes suicidas, los que es evidente que están doblemente enfermos. El paciente suicida sufre un estrechamiento de la conciencia que lo hace anular toda posibilidad de seguir viviendo.

 

Desde la época hipocrática, se enuncia el principio de la no maleficencia, el cual se refiere a la obligación de no hacer daño a los pacientes, con la frase conocida de “Primun non nocere”.4

 

La iatrogenia en el campo asistencial, con una acción indirecta y un efecto psíquico, se puso de manifiesto en 4 de los casos al comentarse entre el equipo de asistencia, el por ciento de quemaduras del paciente, lo que le dio la medida de la gravedad de su proceso, provocándole angustia y desesperación.

 

El secreto profesional se descuidó en el 100% de los casos, ya que los pacientes se interrogaron sobre el traumatismo, a su llegada al cuerpo de guardia, donde se encontraba el tema de enfermeras, auxiliares de limpieza, camilleros y otros que aunque es inviolable el interrogatorio sobre el incidente, porque este va a determinar en gran medida la conducta a seguir, no es necesario indagar en aspectos de índole moral que la totalidad de los pacientes suicidas manifestaron que preferían haberlos ventilado en un marco más estrecho, ya sea con uno de los médicos, el psiquiatra o uno de sus seres más queridos, por otra parte las preguntas lacerantes que de este interrogatorio se derivan incrementan el daño y perjuicio a su integridad psíquica (Cuadro 8 ).

 

La autonomía del paciente es un concepto que se está ampliando mucho en nuestro entorno cultural, con muchas implicaciones referentes a la capacidad de las personas para tomar decisiones tanto médicos como pacientes, armonizando los conflictos y contradicciones.4

 

Un hecho de fundamental importancia es la toma de conciencia por parte de la sociedad contemporánea acerca de la capacidad de autodeterminación y de libre elección y decisión de cada sujeto sin lesionar la autonomía y la libertad de los otros.3

 

A pesar de que esta es la visión ética en el mundo pensamos que no es conveniente dar a elegir a nuestros pacientes la decisión absoluta de que si se realiza o no un proceder terapéutico determinado, pues como vimos al principio de esta discusión, el bajo nivel cultural de la mayoría y el desconocimiento de la especialidad no le permiten determinar que es lo indispensable para preservar su vida, sin embargo estamos en la obligación de explicarles cuanto beneficio hay en cada proceder, persuadir, orientar e informar las molestias que pueden sentir ante cada cateterismo, intervención quirúrgica , etc., lo que solo se realizó en un 60% de los casos.

 

A pesar de todo lo antes discutido, que obligatoriamente nos da una pauta a seguir para mejorar nuestros servicios médicos, podemos decir que se cumple cabalmente el principio de la justicia y equidad, pues, todos nuestros pacientes tienen derecho por entero a los recursos de que disponemos y hay mucha entrega técnico profesional ya que de todos estos pacientes tan graves el 80% fueron egresados vivos.

 

CONCLUSIONES

 

1.     Predominó el grupo erario de 21 a 45 años, el sexo femenino y el nivel de secundaria básica.

2.     Existieron deficiencias en el cumplimiento de los principios bioéticos excepto en el de justicia y equidad ya que hubo mal manejo del secreto profesional, así como uso inadecuado de la autonomía del paciente que repercute en cierto grado de maleficencia.

3.     Se demostró un buen nivel de resolutividad desde el punto de vista técnico profesional.


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