Diagnostico Molecular en la Artritis Reumatoide. Aplicacion del Microarray
Autor: Tomás Pérez Fernández | Publicado:  28/01/2010 | Medicina Interna , Reumatologia | |
Diagnostico Molecular en la Artritis Reumatoide. Aplicacion del Microarray .2

Estas enfermedades pueden servir de modelos frente al estudio de otras también mediadas por mecanismos inflamatorios y autoinmunes.

 

Material y métodos.

 

Para la realización del presente trabajo, se ha realizado una búsqueda bibliográfica a través del motor de búsqueda EBSCO en las bases de datos Medline, CINAHL, Mediclatina y Biomedical Reference Collection. También se han consultado las bases de datos de Genetests, OMIM, y Science Direct. Se utilizaron de manera combinada los siguientes términos Mesh: Molecular Diagnostic Techniques, Arthritis, Rheumatoid y Cytogenetic Analysis. Con objeto de enriquecer las definiciones y caracterización clínica de los procesos patológicos mencionados, se han consultado igualmente fuentes primarias sobre la materia.

 

La búsqueda fue acotada al periodo 1999-2009, seleccionando trabajos en texto completo de revisión bibliográfica sobre el tema en cuestión, así como estudios experimentales in vitro o in vivo realizados en humanos y/o modelos animales, publicados en lengua inglesa o española. Se obtuvieron un total de 41 trabajos de los cuales 27 han sido utilizados para la redacción del texto.

 

Resultados.

 

La Artritis Reumatoide.

 

Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de una sinovitis inflamatoria inmunomediada con capacidad para invadir y destruir las matrices extracelulares del cartílago articular y el hueso, hecho que la distingue de las artritis no destructivas. En cuanto a la patomecánica, los motivos que impulsan la inflamación pueden ser comparables a otras artritis, pero difiere en los factores que producen la destrucción articular 3.

 

Como cualquier enfermedad autoinmune, la AR se caracteriza por la infiltración en el tejido sinovial de células inflamatorias, sobre todo las células T, macrófagos, células plasmáticas y células dendríticas. Estas células, suelen activarse ante la presencia de antígenos y en las enfermedades reumáticas estos son producidos o son sustancias normales del propio cuerpo. En este caso, los auto-antígenos que llevan a la activación crónica  de las células T y los macrófagos se desconocen 3,6.

 

Debido a la persistencia de los fenómenos inflamatorios, se acumulan en la sinovial gran cantidad de citoquinas y otros factores de crecimiento. Entre otras sustancias, se hallan mediadores de la mediación vascular, (IL-1, TNF-a, IFN-g), factores quimiotácticos (TGF-h, IL-8) y angiogénicos (IL-8, FGFs, factor de crecimiento endotelial vascular). Por supuesto, la mayoría de estos factores no son exclusivos de la AR, y se pueden observar también aunque en menor grado en las sinoviales de pacientes que padecen artrosis degenerativa 7,8.

 

Por otro lado, la AR posee también características de una enfermedad influida genéticamente, ya que la expresión de los epítopos de los antígenos leucocitarios humanos (HLA) clase II compartida (HLA-DR4 y RP1) parece aumentar la susceptibilidad a padecer la enfermedad. El complejo proceso inflamatorio resultante está asociado con un crecimiento hiperplásico de los sinoviocitos, tanto los de tipo A (fagocítico) como los de tipo B (fibroblásticos). Este crecimiento celular y la angiogénesis secundaria a el, son los generadores del engrosamiento capsular por el llamado pannus, que contribuye a la destrucción articular. Estas células hiperplásicas sinoviales, muestran el mismo comportamiento de crecimiento desordenado y acelerado incluso en condiciones in vitro, que recuerda al de las células neoplásicas. Curiosamente, y aunque la AR no tiene que ver con la neoplasia sinovial, muchos de los factores conocidos que promueven la angiogénesis y la proliferación de los tumores invasivos están presentes y son producidos por éstas células sinoviales in vivo e in vitro 7.

 

Aportaciones de la tecnología Microarray a la Artritis Reumatoide.-

 

Como hemos visto, el diagnóstico de las enfermedades reumáticas no se presenta sencillo, ya que partiendo del desconocimiento de la fisiopatología, alcanzar un diagnóstico certero e identificar las dianas terapéuticas parece harto difícil. Por ello, el screening de la expresión de distintos genes abre la puerta a mejorar la comprensión de los mecanismos patológicos de enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide.

 

En un principio, los perfiles serológicos de auto-reactividad proporcionan importantes parámetros para identificar y clasificar la enfermedad. Partiendo de la existencia de una predisposición familiar, ésta se ha convertido en uno de los objetivos principales de los análisis genómicos, de ahí que en la AR no solo se puedan utilizar análisis multiparámetro mediante arrays de ARNm, sino también de proteínas y para la localización de polimorfismos genéticos (SNP´s)5.

 

Por el momento, para realizar el diagnóstico y clasificación de las enfermedades reumáticas, la herramienta más habitual se basa en análisis fenotípicos y signos clínicos. Dentro de los escasos parámetros moleculares establecidos, son utilizados actualmente en la caracterización diagnóstica de la artritis reumatoide 5,9:

 

  • Auto-anticuerpos (factor reumatoide):
  • Antiproteínas cíclicas citrulinadas (anticuerpos Anti-CCP)
  • Anticuerpos antinucleares (ANA).
  • Marcadores inespecíficos de la inflamación: proteína C-reactiva y velocidad de sedimentación globular (VSG).

 

Aparte de estos, se han investigado muchos parámetros moleculares incluyendo las citoquinas, moléculas de señalización intracelular y factores de transcripción, marcadores de la destrucción de la matriz y marcadores genéticos como los de los locus del HLA. Por el momento, la falta de especificidad de la enfermedad así como la variabilidad de presentación entre los pacientes, han desalentado su uso para fines de diagnóstico de rutina 9.

 

Las modernas técnicas de la genómica también han sido utilizadas para conseguir las nuevas estrategias diagnósticas como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a) y la interleucina-1 (IL-1) 10.

 

Dada la heterogeneicidad en la presentación de la artritis reumatoide (como ocurre en la mayoría de las enfermedades reumáticas), los microarrays (biochip de ADN que permite la hibridación simultánea de cientos de genes, posibilitando la monitorización de la expresión génica) suponen una esperanza de cara al diagnóstico gracias a su poder para caracterizar la enfermedad por la aparición de un gen concreto, sino por la expresión de multitud de genes. De esta forma no solo nos permitirán detectar una enfermedad reumática concreta, sino caracterizarla en supuestos sub-tipos que actualmente no se reconocen y que podrían explicar la variabilidad de presentación 5,11,12.

 

Para la realización de los microarrays en un paciente con artritis reumatoide, las muestras de su material genético se puede extraer de 2 fuentes: Tejido sinovial o purificado de tipos celulares. La primera de las muestras es más específica, pues se toma directamente del tejido afectado, pero tiene el inconveniente de la dificultad para discernir la procedencia del material genético analizado dada la gran infiltración celular de este tejido en la artritis reumatoide. Por otro lado, el análisis de tipos celulares purificados es más preciso en cuanto a detectar el tipo específico de célula patológica y su perfil y regulación de genes concretos, aunque está sujeto a artefactos del proceso de purificación. Ambas muestras proporcionan complementariamente los datos necesarios, y gracias al apoyo de la bioinformática, se pueden compensar y eliminar los problemas de la caracterización génica, depurando y optimizando los datos obtenidos 12,13.

 

Microarray en tejido sinovial.

 

Heller et al. demostraron la aplicabilidad de los arrays sobre muestra de tejido sinovial con un chip de 96 genes pre-seleccionados para la detección de genes implicados en la destrucción conjunta (metaloproteinasa estromelisina 1, colagenasa 1, gelatinasa A y Metalo-elastasa humana e inhibidores titulares de metaloproteinasa 1 y 3) y factores implicados en los procesos inflamatorios (IL-6, VCAM, MCP-1 y RANTES) 14.

 

Van Der Pouw et al. 15, realizaron análisis  más detallados de los tejidos sinoviales utilizando un microchip con 24.000 muestras de cDNA. Mediante su estudio sugieren una sub-clasificación en al menos dos diferentes grupos de AR definidos molecularmente: uno con marcas de alta inflamación por activación de células T y B (inmunoglobulinas, LCK, STAT1, SDF1, HLA de clase II, IFI30, etc) y el otro con baja inflamación pero con signos de actividad en procesos de remodelación tisular, incluyendo la expresión de diferentes tipos de colágeno (II, XI) y la activación de vías de señalización ya conocidas en la morfogénesis embrionaria (Wnt5a).  Otros estudios confirman estos resultados 16,17,18,19.


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