Las practicas de autocuidado y actividades de la vida diaria en el adulto mayor
Autor: Lic. Manuel J. Boggio | Publicado:  24/06/2010 | Geriatria y Gerontologia , Enfermeria | |
Las practicas de autocuidado y actividades de la vida diaria en el adulto mayor .2

Por lo tanto, también se describe que: El fomento del autocuidado requiere de un enfoque humanista, por que es necesario partir del concepto de persona como ser integral, y de salud como “el resultado de los cuidados que uno mismo se dispensa a sí mismo y a los demás, de la capacidad de tomar decisiones y controlar la vida propia y de asegurar que la sociedad en que uno vive ofrezca a todos sus miembros la posibilidad de gozar de un buen estado de salud. (6).

Cuando se piensa en promover el autocuidado en el marco del desarrollo humano, se requiere que toda persona pueda ser, tener, hacer y estar; ella necesita la satisfacción y el desarrollo en condiciones de equidad que le permitan la subsistencia, el afecto, la protección, la participación, el entendimiento, el ocio, la creación, la libertad y la identidad. Es por ello, que siempre se debe tomar en cuenta que el adulto mayor debe estar centrado en sus actividades de la vida diaria.

Las Actividades de la Vida Diaria.

A lo largo del siglo pasado, especialmente después de 1917 distintos profesionales afines al ámbito de las ciencias de la salud y del trabajo social comenzaron a considerar la importancia que tenía para las personas las diferentes actividades que realizaban cotidianamente y que por algún acontecimiento inesperado, ya desde la gestación o a lo largo del desarrollo, suponían un reto difícilmente salvable sin la ayuda profesional y del entorno social más próximo.

Por lo tanto se define las actividades de la vida diaria como “El proceso espontaneo de resolución de problemas e indicación de lo que hay que hacer en primer lugar para responder a las necesidades de la persona y resolver problemas sencillos, sin una finalidad concreta de evolución hacia la autonomía o el mayor bienestar.” (6). De igual manera, las actividades de la vida diaria también se define como “las tareas que una persona debe ser capaz de realizar para cuidar de sí mismo independientemente, incluyendo el cuidado personal, la comunicación y el desplazamiento”. (7).

Los diferentes avances en el ámbito de la biomedicina, el aumento de la esperanza de vida y el estado del bienestar también han contribuido a que en el mundo occidental uno de los valores más preciados sea la independencia y autonomía personal. Los conceptos de independencia y autonomía personal inexorablemente están unidos al de actividades de la vida diaria. De hecho, la independencia y autonomía personal se refiere a la misma en las actividades de la vida diaria. Dentro de las diferentes posibilidades de actuación hay un tipo de actividades que son comunes a las distintas culturas y tiempos y tienen que ver con la supervivencia y mantenimiento personal. Otras conductas son rutinarias, esperables y, a veces, responden a las responsabilidades personales en función de los distintos roles. A estas actividades se las conoce habitualmente como actividades de la vida diaria (también conocidas como AVD).

Las actividades básicas de la vida diaria (ABVD)

Es necesario la evaluación funcional del adulto mayor para la ejecución de sus actividades básicas en la cual se analiza la capacidad para realizarla y la necesidad de ayuda para las mismas, las cuales puede ejecutar el adulto mayor en forma independiente las cuales son definidas como: Las actividades Básicas de la Vida Diaria como las tareas que realiza el adulto mayor propio de su autocuidado sin ayuda o con ayuda. Entre las cuales se encuentra, la alimentación, vestido, calzado, baño, continencia de esfínteres, uso de inodoro, arreglo personal, levantarse y sentarse de la cama y silla. (8). Además señalan que “la autosuficiencia en el cuidado de uno mismo y su entorno es una de las dimensiones imprescindibles cualquiera que sea el concepto de calidad de vida que se adopte”. (8).

En relación a las actividades de la vida cotidiana Poletti señala en el modelo de enfermería de Roper las actividades de la vida cotidiana: Son las que permiten la satisfacción de las necesidades básicas… y que debido a la connotación de estas palabras necesidad tiene una connotación negativa y actividad tiene una connotación positiva, de igual manera, la teorizante cita las categorías de la vida cotidiana como son: alimentación, eliminación, limpieza personal, vestido, socialización, trabajo, (9).

En cuanto a la capacidad del adulto mayor Fernández N y otros, señalan que ellos: Establecen las dimensiones más frecuentes en los procedimientos de evaluación de las actividades de la vida diaria para: vestirse y calzarse, es parte de su vida cotidiana como colocarse y quitarse la ropa, atarse cordones, abrocharse botones y seleccionar y ordenar la ropa. También desarrollan tareas se cuidado e higiene como el baño y arreglo personal sin precisar ayuda para bañarse parcial o completamente, al igual es autosuficiente para peinarse, cuidarse el cabello, afeitarse, limpiarse los dientes o prótesis, lavarse, secarse la cara, aplicarse cosméticos y cuidarse las uñas. (10).

Se caracterizan por ser universales, estar ligadas a la supervivencia y condición humana, a las necesidades básicas, estar dirigidas a uno mismo y suponer un mínimo esfuerzo cognitivo, automatizándose su ejecución tempranamente (alrededor de los 6 años), con el fin de lograr la independencia personal. Se menciona que habitualmente dentro de las ABVD se incluyen la alimentación, el aseo, baño, vestido, movilidad personal, sueño y descanso. (11). No obstante, conviene reconocer el hecho de que las actividades relacionadas con la supervivencia son actividades dependientes de cada cultura, que regula el modo para llevarlas a cabo adecuadamente, a través de rituales que en algunas ocasiones hacen difícil su asimilación y comprensión, así como su desempeño eficaz.

Poseen además, “Una función social básica, puesto que son indispensables para ser admitido y reconocido como un miembro perteneciente a una determinada comunidad. Es decir, constituyen el soporte mínimo para que se dé una integración social básica, permitiendo a cada sujeto realizar actividades que lo incorporan a lo social y, a la vez, se conforman en insignias que permiten reconocer a un individuo como perteneciente a una determinada cultura y sociedad.” (11) En cambio, las actividades instrumentales de la vida diaria se expresan de la siguiente manera.

Las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD).

Conllevan un mayor sesgo cultural, están ligadas al entorno, suelen ser instrumentales, frente a las primeras que son finalistas, son un medio para obtener o realizar otra acción, suponen una mayor complejidad cognitiva y motriz e implican la interacción con el medio, tales como utilizar distintos sistemas de comunicación, escribir, hablar por teléfono, movilidad comunitaria (conducir, uso de medios de transporte), mantenimiento de la propia salud, manejo de dinero, realización de compras, establecimiento y cuidado del hogar, cuidar de otro, uso de procedimientos de seguridad y respuesta ante emergencias.

Existen actividades de la vida diaria que exige el adulto mayor realizar tareas para integrarse a la comunidad de una manera activa, en tal sentido, se señala que “las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) indican la capacidad que tiene un sujeto para llevar una vida independiente en la comunidad como por ejemplo tareas del hogar, realizar compras, manejo de dinero y responsabilidad sobre la medicación”. (11). al analizar los aspectos explicados selecciono las actividades instrumentales que se definen operacionalmente como la capacidad que tiene el adulto mayor para llevar una vida independiente en la comunidad.

De la misma manera el adulto mayor debe ser capaz de responsabilizarse en el cumplimiento del tratamiento farmacológico indicado, tomando en cuenta que por lo general están asociados a enfermedades crónicas que exigen un tratamiento prolongado y continuo.

No obstante la Clasificación Internacional de la Salud, la Discapacidad y el Funcionamiento (CIF, 2001), Citado por Fernández N. y otros, hacen la distinción de actividades básicas e instrumentales y proponen otra taxonomía: Aprendizaje y utilización del conocimiento: experiencias sensoria-les intencionadas, aprendizaje básico, aplicación de cono-cimiento, resolución de problemas y toma de decisiones. Tareas y demandas generales: realización de tareas sencillas o complejas, organizar rutinas y manejar el estrés. Comunicación: recepción y producción de mensajes, llevar a cabo conversaciones y utilización de instrumentos y técnicas de comunicación. Movilidad: cambiar y mantener la posición del cuerpo; llevar, mover y usar objetos; andar y moverse y desplazarse utilizando medios de transporte Autocuidado: lavarse y secarse, cuidado del propio cuerpo, vestirse, comer, beber y cuidar la propia salud. Vida doméstica: conseguir un lugar para vivir, comida, ropa y otras necesidades; tareas del hogar (limpiar y reparar el hogar, cuidar los objetos personales y de los del hogar y ayudar a otras personas. Interacciones y relaciones interpersonales: llevar a cabo interacciones interpersonales, particulares y generales de manera adecuada al contexto y entorno social. Áreas principales de la vida: educación, trabajo y empleo, y vida económica. Vida comunitaria, social y cívica: participación en la vida social fuera del ámbito familiar. (10).


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