El cuidado enfermero: un arte
Autor: Lic. Rosa Y Reina C | Publicado:  26/07/2010 | Enfermeria | |
El cuidado enfermero: un arte .2

Es así como los comportamientos de cuidado que generen empatía, confianza, y socialización, mediante acciones basadas en sus conocimientos y por su pericia en la comunicación, orientación, información, educación al paciente, se hacen indispensables en la calidez del cuidado que respeta la dignidad humana de la persona. En ese sentido, Benner y Wrubel (1989) afirman que: “el cuidado es esencial para el ejercicio eficaz de la enfermería. La enfermería nunca puede reducirse a la mera técnica y al conocimiento científico, porque el humor, el enojo el cariño la administración de medicamentos e incluso la enseñanza del paciente tienen distintas consecuencias en un contexto cuidador frente a otro que no lo es” (5)

Desde esta perspectiva, cuando a un paciente acude al médico y este le indica hospitalización, lo hace porque esa persona requiere atención profesional directa, en otras palabras requiere cuidado de enfermería que en un consultorio médico no le puede ofrecer. La enfermera atiende al paciente apoyándole, uniéndose a el en interacción con actitudes y comportamientos que demuestren lo que le preocupa su bienestar y aceptándole como persona y no como un objeto. Al respecto Colliere (1999), afirma: “el cuidado conecta al que cuida con el que es cuidado. Su importancia reside en la presencia constante y no en la competencia técnica. Es una clase de relación constituida por una disposición genuina para con el otro, reciprocidad y el compromiso de promover el bienestar del otro” (6).

Sin embargo, en el contexto actual de la salud nos encontramos en oportunidades, por no decir en todos los servicios públicos con condiciones de trabajo deplorables que no incentivan el trabajo creativo, no hay espacio ni recursos para la creación sino para la improvisación de tareas que se hacen pesadas sin gracia y sin desenvolvimiento. En ambientes en esas condiciones el trabajo se hace algunas veces, tan solo como actividad de producción y no de interacción, lo cual en el pensamiento de Arendt (1996) es una de las actividades de la condición humana. (7)

Un contexto pluricultural, amerita ampliar el abanico en las formas del cuidado, el respeto a los diferentes patrones culturales y nuevas perspectivas para dar respuestas a cada comportamiento único de una cultura concreta. Como bien lo dice Leininger (1978) “a pesar de que el cuidado humano es un fenómeno universal, las expresiones, los procesos y los métodos de los cuidados pueden variar entre culturas” (8). De lo que se deriva que los cuidados son muy personales y su expresión difiere de un individuo a otro, siempre deben estar orientados a la ayuda de los grupos considerando por encima de todo el mejoramiento de la condición humana.

De allí que se habla, que la educación venezolana ha tenido sus mejores momentos con la democratización; sin embargo la ideología política que se ha mantenido al margen ha desmejorado la intencionalidad de formar ciudadanos productivos, con sentido de pertenencia nacional, concientes de su rol en función de lo que son capaces de hacer y transformar en su cotidianidad. “La educación debía considerar las peculiaridades del hombre como persona, con una existencia no solo física sino espiritual que requiera del conocimiento y amor” (9). En este sentido, la educación está en todas las actividades humanas en la que se identifican cuatro áreas: la familia, los medios de comunicación, el ejercicio profesional y vocacional además de las instituciones educativas; se clama por la participación social de todos sus sectores pero de allí parte la deshumanización porque se identifica la educación como un sistema de producción de bienes.

Partiendo de los objetivos propuestos, para mejorar la calidad de vida, la educación en Venezuela en sus diferentes ámbitos sociales ha buscado la valorización del trabajo como factor de humanización; de allí que el VI Plan de la Nación en el sector educación 1981-1985 propuso 5 objetivos; como fue fortalecer la educación para el trabajo, ampliar la cobertura de los servicios educativos, crear un clima de estímulo al docente y de reconocimiento profesional y modernizar la gestión político y de administración del sector; de describió un perfil del docente con roles básicos de facilitador, orientador, promotor e investigador con un diseño curricular con principios fundamentales basados en la democratización, participación, autorrealización, creatividad, identidad nacional, regionalización y desarrollo autónomo; que de plasmarse se lograría la toma de decisiones para mejorar la vida en las comunidades e instituciones.

El nuevo modelo que se plasma en la actualidad, tienen de común la finalidad de formar integralmente a la persona para vivir en una sociedad democrática y plural, donde la ciencia y la técnica contribuyan al desarrollo humano. Sin embargo, se evidencia déficit en cuanto a cobertura, calidad y pertinencia de los contenidos educativos, junto a un modelo de sociedad agotado; deshumanizado y sin sentido de pertenencia social.

Frente a esta situación, surge mi inquietud como profesional con largos años de experiencia tanto del área asistencial como docente, además mi experiencia personal como madre cuidadora nata, como mujer y como todo ser humano necesitado de cuidados por saber cómo estamos cuidando.

En esa búsqueda mas allá de la práctica cotidiana, de los referentes empíricos de las acciones de la enfermera, donde en ocasiones he observado y sentido ciertas incongruencias en la interacción enfermera-usuario; que se manifiesta en algunos procederes cotidianos como al administrar un medicamento, actúa de inmediato sin darle una clara explicación al paciente del cómo y por qué, las causas y consecuencias de este procedimiento.

Otro aspecto que llama mi atención es que hay casos donde no se observa la iniciativa de dar una palmadita en el hombro al enfermo, aludiendo que andan apuradas porque tienen exceso de trabajo, sin considerar que el contacto humano es un aliciente que no lo proporciona los objetos materiales, como el tensiómetro o el termómetro, sino que es exclusivo de la mano humana, la artesana de las bellas artes, el nombre que le dio Florence Nightingale a la enfermería.

Es de hacer notar que lo descrito hasta aquí; no se corresponde con la generalidad de las enfermeras, porque también puedo decir y he comprobado que hay enfermeras que no desagravian al paciente cuando este las llama, mostrando signos de solidaridad oportunos, de respeto a la dignidad humana y la satisfacción en lo que dicen y hacen por el bienestar de la persona

Según Wiedenbach (1964) “El arte de enfermería se hace visible a través de la acción tomada para proporcionar cualquier cosa que el paciente requiere para restaurar o ampliar su capacidad de sobrellevar las exigencias de su situación”.(10) Para que la acción tomada tenga una cualidad estética requiere de la transformación activa del objeto inmediato, vale decir, que el comportamiento del paciente, responda a la necesidad que está siendo expresada por ese comportamiento.

El trabajo tiene como propósito construir la aproximación de un aporte teórico para enfermería que contribuya a fortalecer la práctica profesional en la comprensión del arte cuidar como el objeto formal de Enfermería.

Antecedentes de investigación como la de Gotthard (1996) titulado: Detrás de las escenas de la enfermería: el arte de cuidar como la esencia. Se trata de una investigación cualitativa, cuyo objetivo es centrarse en las representaciones sociales sobre el arte de cuidar inherentes a enfermería, que nacen de un grupo de enfermeras que trabajan directamente para la atención de enfermería en el Instituto Fernández Figueira FIOCRUZ / RJ. O. Los datos se construyen a partir de la objetivación hecho en el arte de cuidar a través de las entrevistas que revela el arte oculto y lo que es el arte de cuidar a estas enfermeras. Descubriendo que el arte se ejecuta a través del amor, la trascendencia, la sensibilidad, compromiso y transformación; generando placer. Concluyendo que hay un conocimiento sobre lo que es el arte de cuidar representada por la experiencia práctica del cuidado de las enfermeras. (11); esta investigación revela que el arte siempre ha estado implícito en el cuidado humano y que es el quehacer de nuestro cuidado.

Arenas N (2003); realizo un trabajo sobre: La enfermera en la cotidianidad del cuidado humano”. Tuvo como propósito generar un aporte teórico explicativo que le permitiera explicar y clarificar algunos rasgos relacionados con la condición humana y la vocación profesional de la enfermera (o), tomando como realidad empírica, su acción cotidiana del cuidado en su ambiente de trabajo. El abordaje teórico-metodológico fue orientado filosóficamente por la corriente del Interaccionismo Simbólico, utilizando el método de la Teoría Fundamentada de los Datos.


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