Actitud de los docentes del Departamento de Enfermeria del decanato de ciencias de la Salud de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado hacia la practica clinica
Autor: Lic. Ana Teresa Berríos | Publicado:  25/11/2010 | Formacion en Ciencias de la Salud , Enfermeria | |
Actitud docentes Departamento Enfermeria decanato ciencias de la Salud practica clinica .2

En la carrera de Enfermería, el docente ha asumido el rol de intermediario en la generación del conocimiento y del desarrollo de las habilidades sociales de los estudiantes, mediante el empleo de estrategias docentes. Estas estrategias deben contribuir a optimizar los recursos para un excelente servicio a la colectividad, mayor superación a nivel personal y por ende la efectividad del trabajo multidisciplinario del equipo de salud.

De acuerdo a lo expresado se desarrolla el presente trabajo de investigación, cuyo objetivo es determinar la actitud de los docentes del Departamento de Enfermería del Decanato de Ciencias de la Salud de la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado” (UCLA), hacia la práctica clínica - Período Julio-Diciembre 2007. Con ello, se intenta tener información que sirva de aporte para la formación integral de los estudiantes.

Planteamiento del Problema

La formación del personal de enfermería es una práctica compleja y multifuncional que desempeña distintas funciones con relación al sistema social y sanitario. Toda práctica social institucionalizada como es la enseñanza práctica de la enfermería parte de unas plataformas conceptuales, perspectivas ideológicas o estructuras de racionalidad sobre el cuidado y su enseñanza que la orientan y le dan sentido.

En este contexto, la experiencia clínica es una actividad que provee al estudiante la oportunidad de integrar la teoría a la práctica, es a través de esta experiencia, que el estudiante integra los conocimientos, valores y destrezas que se requieren como competencias básicas para ejercer como profesional del área de la enfermería. Lo antes descrito concuerda con lo planteado por Casanova cuando destacó que “la práctica clínica es un componente esencial del proceso de enseñanza y de aprendizaje, puesto que brinda la oportunidad al estudiante de desarrollar un conocimiento que sólo se adquiere con la acción” (3).

Sin embargo, es importante subrayar que el desarrollo de la práctica clínica de enfermería exige por parte de los docentes, una actitud que debe tornarse en un deseo, en un compromiso y en un juicio consciente que se manifieste en actos concretos. Además, debe representar un ideal moral, que trascienda el acto y que vaya más allá de la acción, que produzca actos colectivos para la profesión con consecuencias importantes para la civilización humana.

Sobre este aspecto Córdoba expresó que “la actitud asumida por el docente influye en el desempeño de los estudiantes, por lo tanto según sea ésta, favorecerá o no el entorno de aprendizaje de los alumnos” (4). Planteamiento semejante fue el de Aguirre cuando expuso que “la actitud afectiva del docente promueve un clima de confianza propicio para el aprendizaje, además de facilitar la comunicación entre docentes y estudiantes” (5).

En consecuencia, el docente debe servir de modelo a sus estudiantes. Por lo tanto, su actitud debe estar enmarcada en los siguientes aspectos: respeto, disposición de colaborar; empeño en que el estudiante aprenda, decencia en sus actos, admitir sus errores, satisfacción por los logros del estudiante, y no establecer preferencias ni privilegios entre ellos (6).

La situación planteada dista de la realidad actual, así lo destacó Siso cuando planteó que “múltiples son las quejas de estudiantes sobre las actitudes desfavorables de los docentes durante la práctica clínica, las cuales son consideradas por los alumnos como variables que interfieren en el logro de sus objetivos de aprendizaje” (7). Entre las actitudes desfavorables se tienen: expresiones peyorativas con respecto a las capacidades intelectuales de los alumnos y en otros casos de prepotencia por parte del docente.

Otro aspecto relevante en destacar es que la educación del docente de áreas clínicas suele consistir en el entrenamiento recibido en pre-grado. Tal entrenamiento fortuito, no implica que al profesional de enfermería le falte compromiso con su labor como docente, por el contrario, es sensible a esta responsabilidad. Sin embargo, esto no significa que esté preparado integralmente para asumir el rol de experto en el área clínica. Este ejercicio requiere de un educador clínico con claro conocimiento de cuáles son las funciones que su papel requiere, cuáles ha desarrollado y cuáles de ellas permanecen deficientes. Si el docente identifica las deficiencias en su quehacer, puede crear estrategias que le permitan modificar su metodología educativa para mejorar la calidad de su enseñanza y por ende el desempeño y rendimiento del estudiante.

Al analizar la problemática expuesta, surge la siguiente interrogante ¿Cuál es la actitud de los docentes del Departamento de Enfermería hacia la práctica clínica? Responder a esta interrogante constituye el objetivo fundamental del presente estudio, el cual, pretende determinar la actitud del docente del Departamento de Enfermería hacia la práctica clínica. Periodo julio-diciembre 2007.

Objetivos de la Investigación

General

Determinar la actitud de los docentes del Departamento de Enfermería del Decanato de Ciencias de la Salud de la UCLA, hacia la práctica clínica, periodo Julio-Diciembre 2007.

Específicos

• Identificar los componentes cognitivo, afectivo y conductual que definen la actitud de los docentes del Departamento de Enfermería.
• Interpretar los componentes cognitivo, afectivo y conductual de los docentes participantes en el estudio, como configuradores de la actitud que asumen hacia la práctica clínica.
• Recomendar estrategias que contribuyan al mejoramiento de las actitudes de los docentes del Departamento de Enfermería, hacia la práctica clínica de enfermería.

Justificación de la Investigación

En la enseñanza de enfermería el equilibrio entre los conocimientos teóricos y prácticos junto con la experiencia personal es la base del proceso de aprendizaje. Es a través de ésta que se proporciona al estudiante, los conocimientos, habilidades y actitudes que requieren para llegar a ser profesionales capaces de ofrecer cuidados a la salud que la sociedad demanda.

Por su parte, la práctica clínica constituye el componente esencial del proceso de enseñanza y de aprendizaje en enfermería, dado que brinda a los estudiantes la oportunidad de desarrollar un conocimiento práctico (conocimiento en la acción) diferente al mero conocimiento teórico de la práctica. Este conocimiento que sólo se adquiere en la acción es el que permite posteriormente el reconocimiento rápido de situaciones problemáticas y la respuesta característica de una práctica experta. Es por tanto un conocimiento íntimamente ligado a la experiencia y que se centra en el cuidado de la persona en su concepto más amplio.

En este contexto, el conocimiento del conocimiento práctico aporta al estudiante la competencia necesaria para el desarrollo de una práctica profesional excelente. A su vez, que les permite ser los protagonistas de su aprendizaje y éste a su vez debe ser compartido de forma activa con el profesor.

Sin embargo, la actitud del docente ante las prácticas clínicas juega un papel importante, dado que éstas configuran la calidad de la formación de los estudiantes. Las actitudes han sido uno de los aspectos psicológicos objeto de estudio que más difusión ha tenido tanto en el campo de la psicología social, como en el ámbito de la educación. Es por ello que en la actualidad, la mayoría de los currículos educativos han introducido las actitudes como un contenido que, junto con los procedimientos y los conceptos, forma parte de todas las áreas del proceso de enseñanza y de aprendizaje.

Desde esta perspectiva es evidente que la actitud juega un papel fundamental en el proceso de aprendizaje por interacción social. Éste se inicia con la socialización primaria que se verifica en el seno de la familia y encuentra su continuación en la socialización secundaria cuando el individuo entra en contacto con otras agencias e instituciones socializadoras, sin olvidar el efecto de modelaje que ejerce el contacto con personas, experiencias y situaciones sobre él mismo. Las actitudes son el resultado de los procesos de socialización y de maduración y desarrollo cognitivo (8).


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