Calidad de Vida relacionada con la Salud. Una mirada desde la Complejidad
Autor: Dr. Harold Guevara Rivas  | Publicado:  31/01/2011 | Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Calidad de Vida relacionada con la Salud. Una mirada desde la Complejidad .2

Comprender la Calidad de Vida (CV) requiere la búsqueda continua de un equilibrio dinámico entre el conocimiento intuitivo y el racional, lo cual choca con la concepción científica newtoniana-cartesiana tradicional propia de nuestra civilización occidental, en la que se privilegia el desarrollo de lo racional e intelectual (la autoafirmación, el individualismo) y se obvia el cultivo de la sabiduría intuitiva (la integración) como dimensión relevante del conocimiento.

Según la teoría general de sistemas el mundo se concibe con base en la interrelación y la interdependencia de todos sus fenómenos; un sistema, desde este punto de vista, es una unidad integrada cuyas propiedades no pueden reducirse a las de sus partes, cada sistema está organizado formando estructuras poliniveladas, comprendiendo cada nivel un número de subsistemas que forman una unidad respecto a sus partes y una parte respecto a una unidad mayor (18-24).

Asumiendo la concepción sistémica del mundo, cada ser humano es un “holón”, un subsistema que es a la vez una unidad y parte de otra, poniendo de relieve la necesidad de conjugar y complementar la integración (lo intuitivo, lo gregario) y la autoafirmación (individualidad), de forma de lograr un equilibrio que no puede ser estático, ya que nace de la interacción dinámica de dos tendencias complementarias que hacen que el sistema sea flexible y abierto al cambio.

El desequilibrio entre estas tendencias, particularmente un comportamiento basado únicamente en la agresividad y la competitividad, podría condicionar un deterioro sostenido de la Calidad de Vida (CV) y de la salud de la persona.

Calidad de Vida relacionada con la Salud (CVRS)

La medicina actual insiste en un modelo biomédico en el que la salud es ausencia de enfermedad y esta a su vez, tiene un origen monocausal y se le considera como el inadecuado funcionamiento de los mecanismos biológicos, excluyendo los aspectos psicológicos y sociales. Por otra parte, para Escobar (25) el concepto holístico tiene en cuenta particularmente la interdependencia del cuerpo y la mente tanto en la salud como en la enfermedad. Es un concepto eminentemente dinámico que considera la salud como un proceso activo en busca de un equilibrio constante y que reconoce de alguna manera las capacidades curativas intrínsecas de todo organismo vivo, ya evidenciadas con los procesos autopoiéticos que podemos desarrollar. En dicho modelo se considera la salud como el equilibrio entre el cuerpo del individuo, sus emociones, sentimientos y pensamientos.

Por su parte el Hastings Center (26), un prestigioso centro de investigación en bioética, sostiene que la Salud es una experiencia de bienestar e integridad del cuerpo y de la mente, caracterizada por la ausencia de males de consideración y consecuentemente, por la capacidad de la persona para perseguir sus metas vitales y para funcionar en sus contextos social y laboral habituales.

La Calidad de Vida relacionada con la salud (CVRS) podría definirse como la percepción que tiene el individuo de los efectos de una enfermedad o de la aplicación de un tratamiento, en diversos ámbitos de su vida; en especial, de las consecuencias que provoca sobre su bienestar físico, emocional o social.

La cuantificación de la Calidad de Vida relacionada con la salud (CVRS) debe comprender el punto de vista del paciente y del médico que no siempre coinciden. Los métodos de medición de la Calidad de Vida (CV) utilizan instrumentos para medir los efectos de las intervenciones en la salud en términos de estatus de salud, Calidad de Vida (CV) o de esta en relación con la salud. Los aspectos cualitativos son difíciles de interpretar en términos cuantitativos. Pero el análisis cualitativo es indispensable para la medición, pues a partir de este es que se da valor a la medida del análisis de la calidad, y el objeto de la medición deben ser los atributos medibles. Se deben tener en cuenta el estado psíquico del paciente, su actividad social y sensación de bienestar. Pero existen otras perspectivas en las que se tienen en cuenta otros aspectos de la existencia, como el hábito de vida, la imagen de sí mismo, las relaciones personales, las responsabilidades y el estatus profesional, por lo que la Calidad de Vida relacionada con la salud (CVRS) tiene una característica interdimensionalidad y la identificación de esas dimensiones es de gran importancia en la medición en conjunto de la Calidad de Vida relacionada con la salud (CVRS).

Con este enfoque destacan cuatro categorías principales:

1) el estado psíquico de la persona (autonomía, capacidades físicas);
2) sus sensaciones somáticas (síntomas, consecuencias de traumatismos o de procedimientos terapéuticos, padecimientos);
3) su estado psicológico (emotividad, ansiedad, depresión); y
4) sus relaciones sociales y su relación con el ambiente familiar, las amistades o actividad profesional. Es un modelo médico que enfatiza sobre las capacidades para cumplir las tareas cotidianas y satisfacer los roles sociales. Este modelo supone que existe un nivel óptimo de funcionamiento humano al cual aspirarían todos los individuos. Pero debe tenerse en cuenta que una persona puede estimar como buena su Calidad de Vida (CV), aunque tenga severas limitaciones, pues existe en las personas la capacidad de adaptación a las circunstancias de la vida, y lo que puede ser para nosotros una situación totalmente intolerable desde el punto de vista médico, pudiera resultar para un paciente como digna de ser vivida por tener como contrapeso motivaciones muy fuertes que sostienen su impulso vital.

En este orden de ideas, Brock (27) acepta que siempre habrá un componente de felicidad o hedonístico de la buena vida, ese aspecto que representa la respuesta subjetiva consciente de una persona en términos del disfrute y de las satisfacciones de la vida que ha elegido y de las actividades y éxitos que contiene. Sugiere que se deben hacer descripciones más complejas de la Calidad de Vida (CV) que las utilizadas frecuentemente en programas diseñados para mejorarla en las personas reales, teniendo en cuenta los elementos esenciales de una buena vida.

Por otra parte, visto desde un enfoque positivista y lineal, el cuestionario SF-36 es un instrumento utilizado para medir la Calidad de Vida relacionada con la salud (CVRS), comprende las siguientes dimensiones: función física, rol físico, dolor corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional, salud mental y valoración personal de la salud, siendo lo ideal obtener cien (100) puntos en cada dimensión. Algunos autores consideran que el SF-36, conjuntamente con las nuevas versiones desarrolladas, es un instrumento muy adecuado para su uso en investigación y en la práctica clínica. (28).

Entre los adultos mayores, la perspectiva de análisis de Morales (29) es la de considerar el envejecimiento como un evento fisiológico, que si bien está presente a lo largo de toda la vida se hace más intenso en las últimas décadas, y se expresa en dificultades para la adaptación tanto del organismo frente al propio Yo biológico y psicológico, como frente al medio social en que se desenvuelve quien alcanza la senectud. Uno de los desafíos más importantes en la geriatría de hoy es poder definir qué es el “envejecimiento sano”, para establecer la frontera con lo patológico. Sabemos que en el envejecimiento biológico tienen participación factores como la herencia, el sexo, los estilos de vida, el ambiente, estado nutricional, los niveles de ingreso y educacionales, la actividad laboral desarrollada en la época activa, condiciones de vivienda en términos arquitectónicos y familiares, entre otros. El conjunto de estas y otras variables nos lleva a la elaboración del concepto Calidad de Vida (CV), recurriendo para su análisis a la propuesta de Lolas (30).

El concepto de Calidad de Vida (CV) considera que la subjetividad es un elemento esencial, por tanto la expectativa es ante todo individual. Externamente, podrá afirmarse que una Calidad de Vida (CV) es mejor o peor, pero en último término es la propia persona la que la valida. En la senectud esto es una crucial fuente de conflictos y por cierto de reflexión moral. Cuando se piensa en forma analógica, basándose en los propios criterios, es difícil hacer justicia a los demás. Se descubre que individuos gravemente limitados, viviendo vidas casi inhumanas aun en las peores circunstancias, desean conservarlas. En otros casos, no se entiende por qué alguien desea terminar su vida si a juicio del observador, posee bienes materiales y espirituales suficientes. Esto ocurre porque existen anomalías que conducen a percepciones erróneas que desconocen al otro como agente autónomo. Parte de esta anomalía deriva de las buenas intenciones o de lo que se cree que es solidaridad, que conduce frecuentemente a los seres humanos a hacer el bien al otro sin dejarle la posibilidad de negarse.

La Calidad de Vida (CV) es interdimensional, por tanto no puede evaluarse atendiendo solamente a los bienes materiales o al estado de salud. Debe comprender el estado físico, la espiritualidad, la capacidad de desplazarse, la independencia, la satisfacción, esto es, innumerables dimensiones. No es de extrañar entonces, que en algunos aspectos haya mayor precisión que en otros, siempre teniendo en cuenta que lo que es estimado como bueno, pueda variar según el tipo de escala o la forma de medir. Así llegamos al tercer elemento del concepto: su complejidad, producto de la heterogeneidad. El cuarto componente es que Calidad de Vida (CV) es un concepto dinámico, por tanto varía con el paso del tiempo. De esta forma, la apreciación de la Calidad de Vida (CV) que se tiene a los veinte años es distinta a los cuarenta o cincuenta, no sólo porque cambian algunas preferencias, sino porque determinadas limitaciones fisiológicas imponen diversos tipos de satisfacciones, y porque el propio criterio con que se evalúan las cosas cambia. Una cuantificación o una evaluación cualitativa que no tome en cuenta esto, perdería algo indispensable para comprender la diversidad por edades.

Propone Morales (29) adoptar este enfoque de la Calidad de Vida (CV) en sus posibles aplicaciones para el estudio y elaboración de políticas públicas en beneficio de la población de adultos mayores, es el marco que ofrece la mejor interpretación integral para abordar futuras acciones respecto a la Calidad de Vida relacionada con la salud (CVRS).


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