Sindrome Compartimental Agudo del Compartimiento Tibial Anterior de la Pierna. Presentacion de un caso clinico
Autor: Dr. Rafael Martinez Leon | Publicado:  19/10/2006 | Traumatologia , Angiologia y Cirugia Vascular , Imagenes de Angiologia y Cirugia Vascular , Imagenes de Traumatologia , Casos Clinicos de Traumatologia , Casos Clinicos de Angiologia y Cirugia Vascular | |
Sindrome Compartimental Agudo del Compartimiento Tibial Anterior de la Pierna. Caso Clinico 3.

Discusión:

El Síndrome Compartimental Agudo (SCA) de los miembros, es una entidad patológica que debe conocer y saber manejarla todo cirujano ortopédico y médicos en general, saberlo diagnosticar y tratar correctamente, porque a pesar de que es poco frecuente, se trata de una grave situación y con amplias repercusiones funcionales que pueden, incluso, dar al traste con la vida del paciente y, sin embargo, es fácil de solucionar en su etapa inicial.

El síndrome Compartimental Agudo (SCA) es una patología que aparece a cualquier edad, no hay diferencia de sexos y puede afectar tanto en miembros superiores como inferiores.
 
El síndrome compartimental es el resultado de una presión elevada por diversas causas que disminuyen el tamaño del compartimiento o que incrementan el contenido del mismo. En la práctica clínica, las lesiones por aplastamiento, el trauma contuso asociado a fracturas, la isquemia y reperfusión de extremidades posterior a embolectomía arterial, especialmente en pacientes con retardo en el diagnóstico, son condicionantes para el desarrollo del mismo. (9-11)

Desde el punto de vista fisiopatológico, Al aumentar la presión compartimental se produce, a nivel capilar, una disminución del gradiente arteriovenoso, por aumento de la presión venular postcapilar. El resultado es una mayor presión hidrostática, extravasación de líquido, isquemia nerviosa y muscular y aumento del edema y la presión. De no tratarse, se crea un círculo vicioso en el que aparece éxtasis venoso y linfático con pulso arterial normal, lo que aumenta aún más la presión intracompartimental, pudiendo desembocar en una necrosis de las estructuras involucradas. El daño en los tejidos se vuelve irreversible en pocas horas, con pérdidas musculares y nerviosas difíciles de corregir. (12)

Las manifestaciones clínicas pueden aparecer en un período de cuatro a seis horas después de la lesión, pero se pueden presentar en forma tardía hasta las 48-96 horas, aunque esto es poco frecuente.

Este cuadro clínico ha sido descrito como la enfermedad de las seis P, por sus siglas en inglés. (13)

1. Parestesias: Es el primer síntoma en aparecer, primera indicación de isquemia nerviosa, se encuentra fácilmente por estimulación directa, sensación de hormigueo, quemadura o entumecimientos, pérdida de discriminación entre dos puntos.

2. Dolor (Pain): Es extremadamente desproporcionado con respecto al tipo de lesión, se exacerba por movimiento pasivo del grupo muscular afectado o por compresión directa del compartimiento, descrito como punzante o profundo, localizado o difuso, se incrementa con la elevación de la extremidad, no cede con narcóticos.

3. Presión: A la palpación el compartimiento está tenso y caliente, la piel tensa y brillante.

4. Palidez: Signo tardío, piel fría y acartonada, llenado capilar prolongado ( > 3 segundos).

5. Parálisis: Signo tardío, movimiento débil o ausente de las articulaciones dístales.

6. Ausencia de pulsos (pulselessness): Es un signo tardío.

A pesar de que lo más importante en el diagnóstico es el cuadro clínico, existen diversos métodos para determinar la presión intracompartimental, estas pruebas tienen su mayor validez en aquellos pacientes en los que el examen clínico no es confiable (alteración en el sensorio o bajo anestesia general, niños pequeños, pacientes con múltiples lesiones y aquellos con lesiones nerviosas periféricas), y en quienes el retardo en el reconocimiento de esta enfermedad y su tratamiento tiene resultados pobres y secuelas graves. (14)

Cuando se sospecha de la presencia del síndrome compartimental agudo incipiente en un paciente cuyo examen clínico es dudoso o poco confiable, deberá realizarse la medición de la presión con cualquiera de las técnicas existentes, si la misma es menor de 30 mmHg debemos vigilar estrictamente y con monitorización continua en las siguientes 24 horas (que es el periodo de mayor riesgo). Aunque no existe un consenso exacto entre los autores de cuándo realizar la descompresión quirúrgica, se considera que las presiones por encima de 30 mmHg son indicación de fasciotomía, que constituye el tratamiento de elección y definitivo de esta entidad. (9,13)

En este caso que se presenta en este trabajo se hubieran prevenido las serias complicaciones funcionales que ocurrieron de haber realizado una fasciotomía a su debido tiempo, es por eso que concluimos diciendo que:

SIEMPRE SERÁ MEJOR ERRAR POR UN TRATAMIENTO DEMASIADO AGRESIVO QUE ESPERAR DEMASIADO TIEMPO Y DAR LA OPORTUNIDAD A QUE SE ESTABLEZCAN LESIONES IRREVERSIBLES.

Referencias bibliográficas:

1. Volkmann R. Die ischaemischen muskellahmunjen und kontrakturen. Zentralbl Chir 1881;8;801.
2. Mills JL. Fasciotomy in vascular trauma and compartment syndrome. In: Ernst CB, Stanley JC (eds.). Current therapy in vascular surgery. 3rd ed. St Louis Missouri: Mosby, 1995: 644-50.
3. Berlemann U, al-Momani Z, Hertel R. Exercise-induced compartment syndrome in the flexor-pronator muscle group. A case report and pressure measurements in volunteers. Am J Sports
Med 1998; 26: 439-41.
4. Harvey C. Compartment syndrome: When it is least expected. Orthop Nurs 2001; 20: 15-23; quiz 24-6.
5. Tumbarello C. Acute extremity compartment syndrome. J Trauma Nurs 2000; 7: 30-4.
6. Azar FM, Pickering RM. En: Canale ST(eds.) Cirugía Ortopédica de Campbell. Ed Interamericana, Buenos Aires Argentina 1998: 1405-11.
7. Oda Y, Shindoh M, Yukioka H, Nishi S, Fujimori M, Asada A. Crush syndrome sustained in the 1995 Kobe, Japan, earthquake; treatment and outcome. Ann Emerg Med 1997; 30: 507-12.
8. Matsen FA. Compartmental syndromes. Nueva York. Grune & Stratton 2002.
9. Hoover TJ, Siefert JA. Soft Tissue complications of orthopedic emergencies. Emerg Med Clin North Am 2000; 18: 115-39.
10. Wood KE, Reedy JS, Pozniak MA, Coursin DB. Phlegmasia cerulea dolens with compartment syndrome: a complication of femoral vein catheterization. Crit Care Med 2000; 28: 1626-30.
11. Warner ME, LaMaster LM, Thoeming AK, Marienau ME, Warner MA. Compartment syndrome in surgical patients. Anesthesiology 2001; 94: 705-8.
12. Eaton RG Green WT. Volkmann’s ischemia: a volar compartment syndrome of the forearm. Clin Orthop 1975; 113:58-64.
13. Schepsis AA, Gill SS, Foster TA. Fasciotomy for exertional anterior compartment syndrome: is lateral compartment release necessary? Am J Sports Med 1999; 27: 430-5.
14. Garr JL, Gentilello LM, Cole PA, Mock CN, Matsen FA 3rd. Monitoring for compartmental syndrome using near-infrared spectroscopy: a noninvasive, continuous, transcutaneous monitoring
technique. J Trauma 1999; 46: 613-8.

Autores:

Dr. Rafael Martínez León (1),
Dra. Juliett Leal Yanes (2).
Dr. José Ramón Hernández Puerto (3),
Dr. Esteban González Sánchez (3)

(1) Especialista de Primer Grado en Ortopedia y Traumatología.
(2) Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral.
(3) Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral y en Ortopedia y Traumatología.

Servicio de Ortopedia y Traumatología del Hospital del Pueblo “Simón Bolívar”. Mariara. Estado Carabobo. Venezuela.


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