El solido poder de la observacion
Autor: Dr. P. García Férriz | Publicado:  30/05/2011 | Otras Especialidades , Articulos | |
El solido poder de la observacion .1

El sólido poder de la observación

García Férriz, P.

Índice
Resumen. Palabras clave
Mis primeras observaciones (razonamientos)
Pruebas
Bibliografía

Resumen.

He de manifestar, sinceramente, la suerte que tengo de poder gozar de una paciencia ilimitada. Sin ella no podría ejercer el poder de la observación. Es de sobra conocido que personas poseedoras de un alto índice de inteligencia no tienen paciencia para ejercer tan laboriosa ejecución.

Con frecuencia, hechos que acontecen en la vida profesional pasan desapercibidos. No se les concede la menor importancia. El poder de la observación es un don, un privilegio que muchos intelectuales no están dispuestos a llevar a la práctica. Y ellos mismos lo confiesan.

En el terreno profesional al que me he dedicado durante más de cincuenta años, han ocurrido ciertos fenómenos que han pasado totalmente desapercibidos por numerosos profesionales. Algunos (muy pocos) han reparado en dichos fenómenos, pero no han profundizado en el porqué han sucedido y en su posible trascendencia.

En este caso concreto me refiero a la total y definitiva desaparición de hiperqueratosis en los enfermos parapléjicos en un reducido espacio de tiempo. Posteriormente, he comprobado que tampoco puede aparecer ningún proceso tumoral en las extremidades de dichos enfermos por las razones que aquí se exponen. Y también, cómo en el sistema neurovegetativo tampoco aparecen los tumores, o se forman muy raramente.

Palabras clave: Observación. Presencia eléctrica, Cáncer. Ausencia eléctrica, Alzheimer.

Mis primeras observaciones (Razonamientos)

Todos cuantos se han dedicado y se dedican a la investigación científica están rigurosamente poseídos de una sublime cualidad: decir siempre la verdad. La verdad está siempre por encima de toda autoridad humana. Y debemos conservarla, pues sin esta idea no puede haber patrones susceptibles de investigación en crítica de nuestras propias conjeturas, ni tanteos en lo desconocido, ni búsqueda del conocimiento.

Siempre me he basado con rigor en tratar de demostrar a las autoridades científicas debidamente reconocidas, que cuanto aquí se expone (y en estudios anteriores), va respaldado con sólidos elementos conceptuales difícilmente separables. No puede haber la menor duda ni error alguno en la íntima relación existente entre todos los efectos dependientes de una misma causa.

La causa de una determinada enfermedad, como por ejemplo el cáncer, constituye una cadena en la que se engarzan fuertemente uno a uno todos los efectos a los que denominamos eslabones. Y la electricidad de nuestro organismo es la causa de la que dependen todos los efectos que más adelante se describirán.

Creo que la observación necesita una tarea definida, como la que pretendo llevar a cabo; que despierte interés, especialmente por su originalidad, y que ofrezca nuevos y prometedores horizontes en la investigación con claras perspectivas de esperanzas al optimismo. Si así no fuese, no me atrevería nunca a presentarlo ni a exteriorizarlo.

No soy partidario de afirmar nada mientras me asista la menor duda. Si hago una afirmación, hay que justificarla. Precisamente, en mis trabajos de investigación de clínica sobre la etiopatogenia tumoral, me he decidido a afirmar el origen de un hecho que suele acontecer en el aparato locomotor. Me refiero a que “es imposible que aparezca un proceso tumoral en las extremidades del parapléjico”. En PortalesMédicos.com (el mayor portal de habla hispana en internet sobre medicina y salud) he publicado un estudio con todos los requisitos necesarios para creer en la afirmación que hago.

Esto significa estar en condiciones para responder a las siguientes preguntas:

1ª ¿Cuáles son las fuentes que afirmo? Me baso en la imposibilidad de formación tumoral en las extremidades del parapléjico por falta de corriente electromotriz, lo cual me hace pensar que un proceso similar en el sistema neurovegetativo sería muy difícil. Y esta rareza de aparición tumoral está comprobada en el corazón, diafragma y en las regiones yeyuno e íleon del intestino delgado.

2ª ¿Concuerda esta primera observación con posteriores formaciones? Trato de demostrarlo basándome en la neuroanatomía, en la neurofisiología, en su semejanza con el primer hecho observado y, finalmente, en las casuísticas conocidas mundialmente.

3ª ¿Se ha definido alguna causa que determine y sea responsable de la ausencia de otros procesos tumorales y que sea coincidente con la primera observación? Lo intento aclarar exponiendo con claridad y sencillez la sola presencia de potenciales eléctricos débiles en algunos órganos. El corazón recibe potenciales eléctricos débiles procedentes de unos finos nervios que parten del plexo subaórtico; el diafragma recibe los potenciales eléctricos débiles de las tres finas ramas nerviosas que se originan en la parte terminal de los nervios frénicos, poco antes de llegar al diafragma; y, finalmente, del plexo de la arteria mesentérica superior emergen también unos finos nervios que terminan en el mesenterio, el cual está insertado en el yeyuno e íleon.

En estas tres partes orgánicas con funciones bioquímicas claramente distintas, los efectos de los potenciales eléctricos que reciben aportan la misma actividad: ejercer las contracciones de los órganos que inervan. Pero nunca procesos tumorales; como sucede en las extremidades de los parapléjicos, donde no pueden producirse acciones químicas o bioquímicas por falta de corriente electromotriz.

4ª ¿Se ha comprobado que eliminando esa supuesta causa han desaparecido los dis¬tintos efectos? Tanto en clínicas privadas como en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo (España) se ha demostrado suficientemente la desaparición de todo tipo de hiperqueratosis que padecían los enfermos con anterioridad a la paraplejía, así como la imposibilidad de formarse ningún tipo de neoplasia en las extremidades afectadas. Sin embargo (y este dato clínico es muy importante), a estos mismos enfermos se les han presentado tumores malignos en el sistema neurovegetativo. Es normal y lógico: en dicho sistema permanecen intactos y sanos los sistemas simpático y parasimpático.

Estos importantes datos clínicos nos fueron proporcionados por la directora de dicho centro de Toledo, la Doctora Valdizán Valledor, M.C. y sus colaboradoras, las Doctoras Contreras Porta, M.P. y Alcázar Rouslet, M.P. y el Profesor, Dr. Rodríguez Rodríguez, L.P. De ellos quedo profundamente agradecido por su muy valiosa colaboración.

Y 5ª Trato de demostrar que sin electricidad no es posible que se forme ninguna neoplasia. Creo que existen suficientes elementos de juicio para comparar los casos de parapléjicos referidos en el punto 4º con los enfermos de Alzheimer. A estos enfermos no les llega la suficiente electricidad a la central vegetativa para poder ejercer sus importantísimas y vitales funciones bioquímicas. Sobre este interesante trabajo científico me he ocupado recientemente y ha sido publicado en PortalesMedicos.com

Como vemos, he establecido un estado comparativo entre dos sistemas distintos: el esquelético y el neurovegetativo. En ambos casos, al desaparecer la causa (electricidad) desaparecen sus respectivos efectos (acciones bioquímicas).

Pruebas

En PortalesMédicos.com he tenido la oportunidad de publicar diversos trabajos de investigación clínica que aportan pruebas suficientes para esclarecer nuestra teoría electrobioquímica sobre la etiopatogenia del cáncer. Son los siguientes: “Tumores benignos y malignos”, “Nuevas aportaciones sobre la escasez de cáncer en el corazón, diafragma y yeyuno e íleon”, “Pruebas de clínica y de laboratorio sobre el origen tumoral”, “Metástasis y curación espontánea del cáncer”, “Por qué no aparece el cáncer en el aparato respiratorio de grandes fumadores”, “Cáncer y Alzheimer”.

Y, finalmente, sobre la enfermedad de Alzheimer, cuya etiopatogenia considero que se origina en las células de los parénquimas de los órganos genitales, en el testículo y en el ovario. Entre las causas posibles que le atribuyo y que he expuesto en dichos trabajos, incluyo también la siguiente: Como se sabe, los terminales nerviosos se nutren de las células con las que mantienen conexión. Se puede producir el microinfarto, lo mismo que sucede en el cerebro, oído, intestino, etc., dando lugar a la desaparición del trofismo que le es imprescindible al parasimpático sacro para su supervivencia. Exactamente igual ocurre en todos los nervios motores.

Esta última y leve referencia que he hecho sobre el Alzheimer, ha sido para tratar de demostrar una vez más la importancia que tiene la patología de nuestra propia electricidad tanto por su presencia como por su ausencia.

De aquí que compare la ausencia de la corriente electromotriz en los parapléjicos con la ausencia de electricidad en los centros vegetativos del sistema nervioso central (central vegetativa). En ambos casos y por la misma causa han desaparecido todos sus correspondientes efectos bioquímicos y mecánicos.

Y con esta breve exposición hemos tratado de demostrar la gran importancia que tiene “el poder de la primera observación”.


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