Para analizar la existencia de un comportamiento homogéneo de las variables se utilizó la prueba no paramétrica Chi cuadrado (χ2) con la corrección de Yates. Para Analizar la asociación entre el defecto óseo y la presencia de trazos complejos de fractura se calcularon las razones de posibilidades, Odds Ratios (OR), crudas y ajustadas a través de un modelo de regresión logística.
Se calculo un nivel de significación estadística del 95%.
Resultados
En la muestra (tabla 1) encontramos que prevale el sexo masculino (77%) respecto al femenino (23%) con una razón 3:1, y una tasa de incidencia de 1,54 por cada 10.000 habitantes. Los valores del estadígrafo X2 con dos grados de libertad resultó p=0,999 confirmando esta diferencia significativa.

El color de la piel Blanco se encontró en el 59% de los casos estudiados con una tasa de incidencia de 1,18 por cada 10.000 habitantes.
Hubo una mayor incidencia en el grupo de edades comprendido entre los 31 y 45 años (53%; =36,1 ±4,46) (tabla 2).

Los accidentes del tránsito fueron la causa etiológica de la fractura con defecto óseo en el 68% de la muestra (Figura 1). Esto destaca la magnitud energética que interactuó con cada paciente y el compromiso de partes blandas asociado.
Figura 1: Etiología de la lesión.

En la figura 2 vemos que en el 68% de los pacientes estudiados predominó el mecanismo indirecto en la producción de la lesión.
Figura 2. Mecanismo de producción de la lesión.

La zona Diafisaria (62%) fue la localización anatómica más frecuente de las fracturas con defecto óseo (figura 3).
Figura 3: Localización anatómica de la lesión.

Prevalecieron las fracturas con defectos menores o iguales al 50% en 74 pacientes. Lesiones con defecto óseo mayor del 50% (n=26) muchas veces correspondieron a fracturas abiertas y estas quedaron excluidas del estudio. En la tabla 3 vemos como se distribuyó el defecto óseo en relación con la localización anatómica. El 48% de las fracturas diafisaria y el 26% del total de mixtas tuvieron un defecto óseo menor o igual al 50%.
Tabla 3. Relación defecto óseo- localización anatómica.

El 52% de los casos (tabla 4) tuvo un patrón de fractura conminutivo, este representó el 80,7% en aquellos pacientes con defectos óseos mayores del 50%. Los valores del estadígrafo X2=9,983 con tres grados de libertad (p=0,979) confirman la hipótesis secundaria de que hay diferencia entre los dos grupos.
Tabla 4. Relación número de fragmentos- defecto óseo.

Los fragmentos focales desvitalizados pueden ir a la necrosis y dificultar la consolidación, como un factor mecánico o impidiendo la inducción por falta del terreno fértil necesario para ello. En la tabla 5 hacemos un análisis de la asociación entre el patrón de fractura y el riesgo de tener un defecto óseo.
Tabla 5: Relación entre el patrón de fractura y el defecto óseo.