La violencia invisible en la pareja. Factores de riesgo
Autor: Manuel Luque Oliveros | Publicado:  26/03/2012 | Otras Especialidades , Articulos | |
La violencia invisible en la pareja. Factores de riesgo

La violencia invisible en la pareja. Factores de riesgo

Luque Oliveros, Manuel. Servicio de Cuidados Críticos y Urgencias Adulto del AH “Virgen del Rocío

¡Si maltratas, perdemos todos!

El tipo de interacción humana que se manifiesta en aquellas conductas o situaciones que, de forma deliberada, provocan, o amenazan con hacerlo, un daño o sometimiento grave (físico o psicológico) a un individuo o una colectividad, es lo que denominamos VIOLENCIA. En este artículo se ponen en evidencia los comportamientos "invisibles" de violencia y dominación, que casi todos los varones realizan cotidianamente en el ámbito de las relaciones de pareja. Dichos comportamientos, definidos como "micro machismos", son descriptos, clasificados (coercitivos, encubiertos o de crisis) y analizados sus efectos sobre la autonomía y psiquismo de las mujeres. Para favorecer la igualdad de género, los varones deben reconocer y transformar estas actitudes, grabadas firmemente en el modelo masculino.

Actualmente la mayoría de los varones ya no ejercen un machismo contundente de superioridad en todas sus facetas. Si imagináramos una línea continua en la que en un extremo colocáramos a los varones en los que predominan los comportamientos violentos, dominantes y desigualitarios y en el otro a aquellos que se caracterizan por sus comportamientos pacíficos, respetuosos e igualitarios, ubicaríamos a la mayoría de los hombres alejados del primer extremo.

Sin embargo, todavía hoy, no podríamos situar a la mayoría a de los varones, aun los más progresistas, en el otro extremo de esa línea, debido al elevado número de comportamientos de control y dominio que "de forma inconsciente" sigue imperando en sus parejas de una forma discontinua en el tiempo. Como señala un estudio 1, “la violencia contra las mujeres en la pareja han determinado el predominio de las actitudes negativas hacia esta violencia en población general, aunque el 43.53% de la varianza total y evalúan las actitudes hacia comportamientos del varón hacia la mujer en pareja como la invasión de espacios físicos y simbólicos, la generación de inseguridad y temor, la relegación de la mujer hacia el rol femenino tradicional y las maniobras de control e infravaloración. Se analiza el nivel de aceptación de estos micro machismos entre la población estudiada, en general y diferenciada por género y edad.

Bien sabemos que, esos comportamientos, que son obstáculos y también resistencias para la igualdad con las mujeres en lo cotidiano son de una dominación “suave” o de "bajísima intensidad", formas y modos larvados y negados de abuso e imposición en la vida cotidiana. Son, específicamente, hábiles artes de dominio, comportamientos sutiles o insidiosos, reiterativos y casi invisibles que los varones ejecutan permanentemente pero que en definitiva muchas de las mujeres que soportan tales “abusos de poder” son arraigados desde nuestras enseñanza de la infancia. Por ello, debemos centrar esfuerzos en edades tempranas para cambiar lo que actualmente se sigue (en menor proporción) como que, el HOMBRE es la autoridad sobre la MUJER. Y por ello es el que debe de mantener la unidad de la familia en todas sus fases, ¿la mujer? Procrear.

“Siempre un cambio requiere un esfuerzo. Pero no hay mayor gratitud y satisfacción que detrás de cada cambio hemos dado un pasito para nuestra sociedad”

Sabemos que la violencia de género no es un problema de las mujeres, sino un problema masculino/patriarcal que ellas sufren. Son los hombres quienes producen el problema en lo público y en lo doméstico, y son ellos los que aun tienen más poder social, necesario para tomar decisiones privadas, públicas y políticas para la erradicación de la violencia de género. Porque son parte del problema, deben ser parte de la solución y por ello es necesario implicarlos en la lucha contra esta violencia de todas las formas y en todos los ámbitos posibles.

El análisis realizado de la situación de la problemática de los hombres en relación a la violencia de género nos revela que la implicación masculina en la erradicación de dicha violencia, es insuficiente y que debe incrementarse. “MAS VALE PREVENIR QUE CURAR”

Las enseñanzas recogidas al evaluar lo que dicen los organismos nacionales e internacionales y los resultados de diversas estrategias preventivas con hombres nos llevan a realizar las siguientes recomendaciones:

En primer lugar, es necesario que la prevención de la violencia de género incluya actuaciones específicas dirigidas a todo el colectivo masculino y no solo a los maltratadores, en tanto todos los hombres, de una u otra manera por acción, omisión, complicidad, indiferencia o rechazo, son parte del problema de la existencia de la violencia de género, y por tanto, tienen que ser parte de la solución.

A su vez, para que estas actuaciones sean efectivas deben incluir:

• La perspectiva de género,
• La promoción de valores de igualdad, justicia, democracia y paz
• La promoción de los comportamientos masculinos
• La consideración de los factores de protección contra la violencia de género
• La consideración de los factores facilitadores al cambio
• Intervenciones que contribuyan a ampliar la percepción de lo que es la violencia de género
• Intervenciones que tengan en cuenta la diversidad de los hombres y sus diversas facetas de su vida

Por otra parte, para optimizar y contextuar adecuadamente las estrategias de prevención consideramos necesario que, el aprovechamiento del conocimiento existente es el punto de partida para promover el desarrollo de todas las intervenciones, ya que además de desarrollar nuevos horizontes de investigación en este plano, comprometen a los hombres a tener una visión distinta contra la violencia machista.

Desde un enfoque integral de la violencia de género, excluir a los hombres como objetivo específico de intervención no es adecuado. Son ellos quienes producen mayoritariamente el problema en lo público y en lo doméstico, y son ellos los que aun tienen más poder social, necesario para tomar decisiones privadas, públicas y políticas para la erradicación de la violencia de género. Incluirlos supone tenerlos en cuenta como sujetos posibles, no sólo de sanciones judiciales, sino también de investigación, prevención y compromiso. Dados los diferentes formatos de ejercicio de la violencia, no existen hombres violentos y hombres no violentos hacia las mujeres como categorías dicotómicas

“Todos los hombres se encuentran en un algún punto del continuum violencia/ no violencia, y por eso todos ellos son —y deben ser— sujetos posibles de intervención en las estrategias de prevención”

BIBLIOGRAFÍA

1. Ferrer Pérez, Victoria A.; Bosch Fiol, Esperanza; Navarro Guzmán, Capilla; Ramis Palmer, M. Carmen; García Buades, M. Esther. Los micros machismos o micro violencias en la relación de pareja: Una aproximación empírica Anales de Psicología, Vol. 24, Núm. 2, diciembre, 2008, pp. 341-352 Universidad de Murcia. España
2. Luis bonino. Micromachismo. Más allá de los maltratadores y de los factores de riesgo



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