El desarrollo psicomotriz en el primer año de vida.
Autor: Pablo Alberto Carrara | Publicado:  24/04/2006 | Pediatria y Neonatologia , Neurologia | |
La prension.

Existe una correlación importante entre el psiquismo y la prensión, quizás mayor que entre el psiquismo y el caminar.

La mano es un órgano cortical por excelencia. Durante varios meses el niño de pecho conoce el mundo exterior merced a sus manos y ayudados por ellas explora su propio cuerpo.

Existen cuatro etapas en la prensión:

1. La localización visual del objeto

2. La aproximación de la mano (llevada por todo el cuerpo superior)

3. La prensión propiamente dicha o Grasping.

4. La exploración

En realidad este análisis objetivo prescinde del elemento esencial que llamaremos iniciativa ideomotriz, antes de ella o sin ella no existe prensión. Hacia los tres meses la iniciativa ideomotriz se manifiesta por primera vez. Cuando el niño ve un objeto agita los brazos como una marioneta, todavía es incapaz de tomarlo, pero tiene esta reacción refleja, especifica.

La prensión voluntaria empieza a los cuatro meses, edad en la que podemos ver el período de simetría (los dos miembros superiores se dirigen en completa simetría a la línea media).

Veremos a partir de esta edad, es decir, los cuatro meses, los dos componentes cinéticos esenciales, a saber: la aproximación y el Grasp.

Aproximación

Si se mira desde lo alto el trayecto realizado por la mano se puede describir tres periodos.

1º periodo: 4 o 5 meses, en el cual la aproximación es sobre todo lateral, se hace prácticamente con el extremo del brazo, y el hombro que es la única articulación móvil. Este tipo de aproximación se llama Grasp cúbito palmar.

2º periodo: es intermedio, el objeto se aborda después que la mano describió un trayecto mas o menos parabólico (7/8 meses). El codo realiza un movimiento mas o menos amplio, si bien muy imperfecto, todavía domina la movilidad del hombro. En este periodo, el Grasp es esencialmente una prensión entre los cuatro últimos dedos y la palma.

3º periodo: la aproximación directa, que pone en juego hombro, codo, articulaciones de la muñeca y de la mano. Esta, que primero se halla en flexión cubital, se dobla finalmente en pronación y la pinza pulgar-índice llega al objeto como la mandíbula de una grúa.

Grasp

Evoluciona siguiendo dos ejes:

Eje transversal, del borde cubital al radio

Eje longitudinal, que va de la palma a la yema de los dedos.

1º Primera prensión (4 meses)

Es cúbito palmar, solo se hace distancia fija porque el codo no es funcional, es torpe, el niño suelta rápidamente lo que sujeta, por último, como os hallamos en el periodo de espejo, suele ser muchas veces bimanual simultánea.

2º Prensión palmar simple (5 o 6 meses)

Todo sucede entre los cuatro, y sobre todo los tres , últimos dedos y la palma. Este periodo corresponde al periodo intermedio de aproximación, caracterizado por los siguientes elementos:

Juego del hombro y extensión del codo, pero sin prono-supinación.

El eje transversal de la mano esta en plano horizontal (ya no vertical como a los cinco meses).

El predominio de los últimos cuatro dedos se traduce por otro fenómeno frecuente a los seis meses, cuando el niño quiere tomar un objeto rasca la superficie de la mesa con esos cuatro dedos, es decir, prensión en zarpa.

En este momento el niño no puede tomar dos objetos a la vez. Al principio le basta ver un objeto nuevo para soltar el primero, al final de este periodo lo soltara con una mano y tomara otra cosa con la otra.

3º Palmar - Pulgar (7 - 8 meses)

El pulgar ya no es un accesorio inútil como sucede en el recién nacido, sirve de tope. En este periodo hace igualmente su aparición la prensión fina, que aún se realiza muy torpemente, entre el pulgar inmóvil, pegado contra la mesa y el borde lateral de la última falange del índice. A. Gesell le da el nombre de pinza inferior. Es importante destacar que el niño en este periodo puede pasar un objeto de una mano a la otra.

4º Radio digital (9 meses)

El tipo definitivo de prensión se inicia a partir de los 9 meses. La localización del objeto y el desarrollo del gesto más económico destinado a llevar la mano al contacto se hallan en estado de funcionamiento. Se deben a una coordinación activa de las percepciones propioceptivas cinestésicas y exteroceptivas visuales. La aproximación es directa en esta fase, todas las articulaciones participan, en particular la radio cubital inferior, que ejecuta un ligero balanceo en pronación que pone a la pinza pulgar-índice en contacto con el objeto a asir. El niño no posee todavía una clara representación del tamaño del objeto a asir, por eso abre desmesuradamente la mano antes de alcanzarlo.

Va a precisarse además, la individualidad de esta pinza pulgar-índice, por eso vemos en el niño del primer semestre del segundo año la pinza formada en el aire, mientras los tres últimos dedos están dispuestos en escalones ascendiendo del cordinal al meñique, con extensión de las primeras falanges y una semiflexión de las demás. Esta extensión permite dar gran precisión a la delicada flexión del índice que frena, mas adelante veremos como esta ajustada precisión del niño de dos años constituye una característica tan frecuente como típica. El índice sirve de guía, de localización: el es el que infaliblemente se dirige al objeto a asir, además parece ser el dedo más rico en terminaciones sensitivas.

Del cuarto al séptimo u octavo mes, la prensión es esencialmente palmar, un palmamiento.

La prensión final se efectúa, al final del primer año mediante la pinza superior, que se realiza entre la yema del pulgar y la del índice, opuestas frente a frente. Este hecho no solo posee un significado motor; constituye un importante acontecimiento en el terreno de la sensibilidad y del análisis; el niño, hasta ese momento, se lo llevaba todo a la boca. La riqueza en terminaciones de las mucosas bucales le permitían informarse del mundo exterior, de ahora en adelante podrá explorar la consistencia, la forma, la superficie, la temperatura del objeto y de su propio cuerpo con la punta de los dedos y con ayuda de la vista, crear verdaderos engramas.

Hasta el final del primer año el niño o bien dejaba caer involuntariamente el objeto que sostenía, o bien hacia los seis, siete, u ocho meses, lo soltaba al ponerlo en una superficie firma, lo cual aflojaba la contracción de sus flexores. A partir de este momento abre la mano voluntariamente, puede dar un objeto, colocarlo en una taza, pronto será capaz de arrojarlo, etc.

El estudio de la prensión demuestra, una vez mas, la ley céfalocaudal. La prensión empieza de forma esquemática, por el hombro, para llegar a los dos años a la pinza superior.


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