Helicobacter pylori. Prevalencia y asociacion con enfermedades digestivas
Autor: Dra. Alina de la Cruz del Valle | Publicado:  27/02/2008 | Microbiologia y Parasitologia , Gastroenterologia | |
Helicobacter pylori. Prevalencia y asociacion con enfermedades digestivas

Helicobacter pylori, prevalencia y asociación con enfermedades digestivas.

 

MsC. Alina  M. de la Cruz del Valle.

Especialista 1er Grado en MGI. Profesora Asistente. Policlinico Dr. Diego Tamayo

 

Dra. Ylei de la C. Suárez de la Torre. Especialista 1er grado en MGI

 

Dra. Zuleika Casamayor Laime. Especialista de 1er grado en bioestadística.

 

Servicio de endoscopia policlínico “Antonio Guiteras”.

 

Resumen

 

Se realizó un estudio de cohorte longitudinal con carácter retrospectivo a  partir de los 968 pacientes que se realizaron panendoscopias durante los periodos comprendidos entre enero 2003, 2004 y hasta junio 2005 en el servicio municipal del Policlínico Antonio Guiteras de la Habana Vieja y se construyó una base de datos con las siguientes variables estudiadas estadísticamente, edad, sexo, presencia de ulcera, presencia de gastritis, hernia hiatal y test de ureasa para detección del Helicobacter pylori (HP). Finalmente estos datos se exponen en forma de tablas y gráficos que a su vez son explicados para su mejor comprensión.

 

Se observó que predominó el grupo etáreo de entre 35-44 años y entre estos las mujeres con un 58,4%. De las 467 pruebas de ureasa realizadas obtuvimos un 74,7% de positividad y una alta frecuencia de asociación del Helicobacter con las patologías digestivas estudiadas, un 93,4% de asociación con gastritis y/o duodenitis, un 78,8% con la presencia de ulcera y predominando dentro de esta el sexo masculino.

 

El estudio se realizó con el objetivo de determinar la prevalencia del Helicobacter pylori en los pacientes de la atención primaria en el municipio habana vieja, debido a que contamos con muy pocos datos científicos de este nivel de atención donde se lleva a cabo la verdadera prevención, tratamiento y diagnostico, del paciente pues es a nosotros a quienes acude por primera vez. Con la nueva disposición de este servicio endoscópico a nivel primario, para brindarle al paciente una atención medica más completa y calificada.

 

Palabras clave: panendoscopias, pruebas de ureasa, Helicobacter pylori

 

Introducción

 

En 1983, Warren y Marshall reportaron resultados de observaciones, que se remontaban a unos 4 años antes, sobre la presencia en tejido gástrico de bacilos curvos de forma espiral y cubiertos con una vaina. Constataron, además, que dichas bacterias se encontraban solamente en las muestras hísticas con signos de inflamación. Estos hallazgos dejaron perplejos a muchos investigadores, entre otras razones, porque era admitido que las bacterias eran destruidas en el medio ácido del estómago, antes de que pudieran colonizar la mucosa gástrica y establecerse allí. Ellos confrontaron dificultades para lograr el crecimiento de estas bacterias “desconocidas” - en realidad redescubiertas - en cultivos. En Abril de 1982, ambos autores habían intentado el cultivo de muestras de más de 30 pacientes, en todos los casos sin éxito. Pero en ocasión de Semana Santa y, de manera accidental, las placas de cultivo quedaron conservadas durante más de 5 días, en vez de los usuales 2 días. Al quinto día crecieron colonias. Las denominaron Campylobacter, ya que tenían cierta semejanza con estas especies, que habían sido encontradas en el tracto gastrointestinal 1. No transcurrió mucho tiempo antes de que se advirtiera que estos microorganismos no pertenecían, realmente a ese género. De este modo, un nuevo género, Helicobacter, fue creado 2,3. Los hallazgos de Warren y Marshall fueron confirmados por gran número de investigadores de muchos países y, finalmente, el microorganismo fue denominado Helicobacter pylori (HP). En realidad, la existencia de bacterias espirilares en el estómago de animales y seres humanos era conocida desde la segunda mitad del siglo pasado; dentro de los reportes principales figuran el de Bizzozero en 1893, seguido de Salomón en 1896 3,4. Ambos autores encontraron estos microorganismos en perros, gatos y ratones. Posteriormente, en 1906, Krienitz describió microorganismos semejantes en el jugo gástrico de pacientes con cáncer gástrico. Estos hallazgos fueron vistos con cierto escepticismo pues las muestras fueron obtenidas post mortem y la contaminación podía haber sido responsable de la presencia de los microorganismos. Mientras tanto, Luger en 1921, llamó la atención sobre la ausencia de microorganismos en individuos saludables. Por varios años, continuaron produciéndose, aunque esporádicamente, reportes semejantes, hasta que en 1938 Doenges y St. Louis reportaron la identificación de espiroquetas en el 43% de 242 estómagos humanos estudiados 4.

 

A la par de todos estos acontecimientos, varios autores documentaron la presencia de actividad de ureasa endógena en el estómago de muchas especies. Esta enzima cataliza el proceso de conversión de urea en amonio, y de hecho se ha convertido actualmente, en la base de un importante método de diagnóstico de la infección por Helicobacter pylori, ya que en el tubo digestivo, esta bacteria es, prácticamente, la única capaz de producir cantidades de ureasa en esa cuantía. Según Davenport, la presencia de amonio en el jugo gástrico ya había sido observada por el año 1852 4,5.


En 1950, estudios de Fitzgerald confirmaron una asociación entre la presencia de la ureasa y la enfermedad ulcerosa 6. Se reconoció, asimismo, que existía una fuerte asociación entre esta bacteria y la gastritis crónica superficial. De especial significación histórica son los trabajos de Kornberg y Davies en 1955, que sugerían un origen bacteriano a la ureasa encontrada en el estómago y el hecho de que animales que recibían antibióticos, tetraciclina o penicilina, perdieran actividad de ureasa en la mucosa gástrica 4,5.


Estas observaciones que indicaban una relación entre las bacterias productoras de ureasa y la úlcera gástrica fueron también desestimadas, ante la sublime autoridad del dogma, que aseveraba la imposibilidad de la supervivencia de bacterias en el entorno del estómago 6,7.

 

La utilidad del test de ureasa radica en la posibilidad de realizar la determinación de la presencia de Helicobacter pylori en una muestra de biopsia gástrica y, por otra parte, identificar las colonias de la bacteria cuando se lleva acabó el cultivo de las mismas. El fundamento de la prueba consiste en que la única bacteria capaz de producir en el estómago ureasa en tan grandes cantidades es el Helicobacter pylori. De esta manera, la ureasa que posee la bacteria al entrar en contacto con una solución de urea convierte por hidrólisis la urea en amonio y anhídrido carbónico lo que modifica drásticamente el pH y hace que se produzca un cambio de coloración de rojo anaranjado o amarillo oscuro a fucsia.

 

helicobacter_pylori/test_ureasa

 

Actualmente sabemos que aunque la acidez gástrica es necesaria para la formación de úlceras, no es suficiente para explicar su ocurrencia. De hecho muchos pacientes con cantidades normales de ácido y otros con altos niveles de producción ácida, nunca desarrollan una úlcera.

 


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