Comportamiento de los accidentes atendidos en el servicio de urgencias del hospital de Jibacoa
Autor: Dr. Alexander Garcia Urquijo | Publicado:  24/03/2008 | Medicina de Urgencias | |
Comportamiento de los accidentes atendidos en el servicio de urgencias del hospital de Jibacoa.4

En los grupos de edades menores de 15 años, el predominio masculino también es evidente, coincidiendo con otras investigaciones (14, 15,16) y que se relaciona con las características propias de de ese sexo en la edad infantil y al complejidad de los juegos en los infantes varones.

La mayor incidencia se reportó en las edades comprendidas entre 1 y 45 años (80,0%), lo cual se relaciona con las características de la población de montaña que es predominantemente joven, unido esto a que los menores de 15 años son los más vulnerables de todas las edades (8,10) y los mayores de 15 hasta 45 años constituyen los más activos desde todos los puntos de vista, por tanto no es de extrañar el elevado número de pacientes en este rango de edad. La alta incidencia en el grupo de 11 a 15 años(17,4%) se puede explicar por su relación con la labor productiva de apoyo que brindan los centros escolares durante la época de recogida cafetalera, los cuales en su mayoría provienen de otros municipios con otra geografía y sin experiencia en las labores agrícolas. Los menores de un año y mayores de 60 tuvieron bajos porcientos de incidencia, datos que califican la estupenda labor de promoción y prevención desarrollada por los médicos de atención primaria de esta área de salud hacia estos grupos priorizados.

 

La distribución de accidentes a lo largo del año, justifica al mes de abril como el de mayor incidencia (11, 2%), y al primer trimestre como el de mayor incidencia (26,7%), aunque separado por escaso margen del segundo trimestre (26,4%). Este resultado constituyó el menos esperado, dado que estos trimestres son los de menor carga de trabajo en el cultivo del café y aun de otros por cuanto forman parte de la época de mayor sequía. Los meses de menor incidencia son los de Septiembre (6,2%) y Agosto (6,6%), esto pudiera estar dado porque ambos meses son escogidos por un número significativo de obreros para disfrutar de vacaciones, causantes estas de movimiento poblacional hacia otros lugares. De los meses de campaña cafetalera, el más afectado fue el de noviembre (9,6%).

 

El día de mayor incidencia fue el martes (19,9%) y los de menor el sábado (10,6%) y el domingo (10,7%). La escasa diferencia entre días laborales y no laborales debe estar relacionada con las características culturales de la población, la cual dedica hasta sus días de descanso en las labores agrícolas de autoconsumo.

 

El mayor porciento de accidentados provino del propio poblado de Jibacoa (24,8%), pero creemos que este resultado no justifica una mayor vulnerabilidad de esta población, por el contrario, la causa bien podría relacionarse con la cercanía, accesibilidad al centro de atención médica. Comunidades con frecuencias mínimas de lesionados como Picos Blancos(0,8%) y la Piedra(0,7%), no nos hablan a favor de baja incidencia en estas localidades, mas bien, debe estar relacionado con el mayor nivel de solución local por parte de los médicos de familia que laboran en las mismas. Procedencia de importancia no relacionadas con el área de salud como Manicaragua (5.8%), otros municipios (6.9%) y Santa Clara (3.3%), también tienen su causa, en las características de la mano de obra laboral durante los meses de cosecha cafetalera ya explicada anteriormente.

 

Otro resultado relacionado con las características geográficas de la zona estudiada y con la labor agrícola predominante, son las patologías atendidas en el servicio de urgencia. Predominaron las lesiones ortopédicas (55.6%) en forma significativa, y dentro de estas, las contusiones de miembros superiores e inferiores (24.5%), lo cual habla a favor del carácter leve predominante en la accidentalidad. Las patologías quirúrgicas siguieron en frecuencia con un 29.1% de aparición, siendo las heridas de miembros inferiores y superiores (9.3% y 7.4% respectivamente), las lesiones predominantes dentro de este tipo de patologías. Estos resultados coinciden con otros obtenidos en nuestro país (11, 12, 17), incluso, el de predominio de accidentes leves en forma general (11).

 

Aunque una buena parte de los accidentados están incluidos dentro de los grupos de edades no laborales (<15 años), creemos que la elevada frecuencia de lesiones ortopédicas y quirúrgicas en estos grupos está más relacionada con la alta vulnerabilidad de estos grupos, a los riesgos propios de la ruralidad y del carácter montañoso de su topografía. Los lesionados por accidentes fueron poco considerables en cuanto a su número, no obstante, vale destacar que la mayoría fueron adultos mayores, por lo que sería recomendable aumentar la labor preventiva para disminuir dicho número. La mayor parte (87.8%) de los accidentes atendidos en el hospital estudiado, fueron dados de alta a domicilio, comportamiento similar a los de otras áreas del primer mundo (13-18), y que se justifica por el alto porcentaje de lesiones leves, de fácil solución por el personal de asistencia. En solo el 11.5% se requirió remisión a centros de atención especializada y solo el 0.6% se ingresó en el propio hospital en observación, lo cual debe estar relacionado con la lejanía domiciliaria de dichos casos, lo cual puede obstaculizar el seguimiento estrecho de los casos por el personal médico. Estas cifras, aunque alentadoras, son mayores que las reportadas por León (8) como las promediadas en nuestra nación.

 

Durante todo el año se reportó un solo fallecido por accidente, lo cual está por debajo del 1.8% reportado como promedio en Cuba (8), y habla a favor del bajo nivel de complejidad de las lesiones que se presentan en el área, aunque esta cifra se reportó por haber llegado al servicio de urgencias ya fallecido, quedando fuera de este estudio, los posibles fallecidos en centros especializados posterior a su remisión, entre los cuales se encontraban accidentados alto riesgo de mortalidad por la complejidad de sus lesiones tales como Politraumatizados (4 casos), trauma de cráneo (6 casos), heridas por arma de fuego (1 caso), herida en miembros inferiores (5 casos) y miembros superiores (2 casos).

Los remitidos son fundamentalmente por lesiones complicadas de difícil tratamiento en el área dada la ausencia de personal médico especializado en el servicio de urgencia, con capacidad para resolver urgencias complejas, o de difícil valoración pronóstica. Por lo antes analizado, consideramos como adecuadas y justificadas, las remisiones efectuadas.

 

Conclusiones:

 

Aunque los accidentes no constituyen un problema serio de salud en esta área, ni un motivo de consulta frecuente en el servicio de urgencias estudiado, estos alentadores resultados no deberían justificar un debilitamiento del trabajo de promoción y prevención de la atención primaria hacia este tipo de daño a la salud en Jibacoa. Por su parte, la elevada vulnerabilidad del sexo masculino en todos los grupos etáreos debería priorizar la atención sobre este grupo poblacional, sobre todo, al incluido en edades entre 1 y 45 años.

 

Las lesiones producidas por accidentes tuvieron bajo nivel de complejidad, y el personal médico fue capaz de resolver un alto porcentaje de ellos, reduciendo los gastos por concepto de remisión y atención secundaria, así como contribuyendo con el bienestar de la población a la cual da cobertura sanitaria. Los resultados obtenidos no fueron muy diferentes a los obtenidos en otros estudios dentro y fuera del país, y su detección permitió elaborar un conjunto de medidas, que como propuesta de los autores, permitirán disminuir mucho más el impacto de la accidentalidad en el área de Jibacoa.


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