Las disfunciones sexuales son patologías que se relacionan directamente con la conducta, tanto del hombre como de la mujer, y en general está vinculado con una ausencia de placer frente a situaciones relacionada en el plano sexual, generando como consecuencia una disminución de su funcionalidad dentro de su ámbito biopsicosocial. Dentro de los trastornos sexuales se ubica la disfunción orgásmica, la cual es predominante en la población femenina, y está caracterizada por el retraso persistente o recurrente del orgasmo o una ausencia del mismo, después de una fase de excitación sexual normal, lo que puede generar tensión emocional y física, además de dificultades interpersonales en la mujer. La mujer que padece disfunción orgásmica presenta un conjunto de síntomas que perjudican su desempeño sexual, y entre estos frecuentemente se conjuga la ansiedad, que en algunos casos resulta desadaptativa, debido a que impide el desarrollo normal de la cognición y por ende, el de la conducta.