Los productos de las abejas Apis Melliferas, han sido utilizados por el hombre desde la edad de piedra hasta nuestros días con fines medicinales y nutritivos. Entre ellos el propóleos está siendo objeto de numerosos estudios en la actualidad, aunque se conoce que ya era utilizado en el antiguo Egipto, donde los sacerdotes lo utilizaban frecuentemente como sustancia medicinal y como componente de los ungüentos y cremas de embalsamar. De los griegos recibimos su nombre pro (delante de) y polis (ciudad). Aristóteles lo consideró como remedio para las infecciones de la piel, llagas y supuraciones.