No siempre es posible dilatar las coronarias, colocar stents o hacer los puentes coronarios. Los diabéticos en especial, pueden tener enfermedad coronaria difusa o coronarias muy delgadas que representan dificultad técnica para la revascularización. En esos casos queda el tratamiento médico intensivo que consiste en mantener el colesterol LDL o colesterol "malo" por debajo de 70 mg/dL, el colesterol HDL o colesterol "bueno" en 50 mg/dL o más, los triglicéridos por debajo de 150, la glucemia en ayunas por debajo de 110 mg/dL, la hemoglobina glucosilada (HbA1c) menor de 7%, la presión arterial por debajo de 135/85 mmHg y si hay daño renal por debajo de 130/80 mmHg. La rehabilitación cardiaca es excelente por sensibilizar más al paciente, enseñarlo a hacer ejercicio físico en forma segura y modificar el estilo de vida. El control médico con el cardiólogo debe ser periódico y el paciente debe seguir en forma estricta las recomendaciones. El tratamiento intensivo del colesterol ya demostró que puede revertir (echar reversa) la enfermedad coronaria.