Parece justo que se examine por igual la conducta del empresario y los técnicos dedicados a prevenir los riesgos laborales que la de los trabajadores. A veces los técnicos beben y se drogan tanto como los trabajadores. Hay que empezar por enjuiciar los salarios y otras condiciones a las que están obligados los empresarios. Muchos muertos y ningún empresario en la cárcel.