Un tema que no quería dejar de mencionar es que hay que diferenciar las convulsiones febriles de las que tienen como consecuencia las infecciones cerebrales (meningitis) o de la médula espinal, en las que se ve también fiebre y convulsiones, pero el enfoque ha de ser más intervencionista por parte del médico.
Por ello, ante la primera convulsión febril conviene acudir al médico, si bien en siguientes episodios puede haber más tranquilidad.