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Publicaciones de Cardiología

Factores psicosociales que inciden en la rehabilitación del enfermo cardiaco.

          

El patrón de conducta tipo A, se caracteriza por un profundo sentido de impaciencia o urgencia en el tiempo, que lo obliga a involucrarse en más actividades las que puede abarcar y a un alto grado de empeño en la ejecución, siendo  perfeccionista e intolerante, lo cuál a menudo lo lleva a la hostilidad. Intenta controlar el ambiente, el cuál es percibido como hostil y amenazante.[10]

En las últimas décadas este tipo de carácter se impone como otro de los factores de riesgo de enfermedad coronaria, junto con el trabajo y la hipertensión. Se sostiene como hipótesis que los enfermos cardíacos presentan las características mencionadas en el patrón de personalidad Tipo A.

Diversos estudios demuestran que los hombres con patrón tipo A tienden a presentar altas concentraciones plasmáticas de triglicéridos y colesterol y un aumento en las secreciones diurnas de noradrenalina.

Los sujetos tipo A tienen imposibilidad de manejar un orden generalizado. Es la incapacidad para representarse en el pensamiento en forma generalizada una realidad ausente o distante. Necesitan entrar en contacto directo con las personas o las cosas, ya que no puede hacerlo a través de representaciones. Por ejemplo, un empresario que toma vacaciones y está constantemente en contacto telefónico con quien deja al mando de su empresa. No puede pensar en su empresa a la distancia y verla panorámicamente. No  aprovecha sus ratos libres para imaginar cambios en su empresa o nuevas estrategias. Sólo puede verla cuando el sujeto está físicamente próxima.

Loa sujetos del patrón tipo A sufren de angustia frente a la sospecha de que un desastre lo tome desprevenido. No recibe información de la representación de objeto dentro suyo. En vez de presentimientos específicos lo invade una vivencia de peligro indiscriminada. No tiene la posibilidad de sentir de acuerdo a las señales que envía una realidad interiorizada. Sólo el control físico directo con el objeto externo le brinda una precaria tranquilidad.

El modo con que trabaja la mayoría de los pacientes coronarios está regido casi exclusivamente por la búsqueda del logro personal. Las realizaciones sólo importan en la medida en que quede claro que es el sujeto quien lo consigue. Resulta difícil detectar la otra vertiente de la actividad,  que consiste en desarrollar el conocimiento, comprender, aproximarse a lo verdadero. Es una inteligencia subjetiva que transforma toda actividad en algo personal, que debe ser tomada a pecho.

Los sujetos que se encuentran  fuera de este patrón de conducta pueden reconstruir conceptualmente todos los pasos de su tarea y localizar el error. Pero es notable la dificultad que tienen los sujetos Tipo  A para sacar conclusiones conceptuales de los aciertos o fracasos. Frente a un resultado determinado la idea que prevalece es Yo lo hice bien o Yo lo hice mal.

Cada objetivo no conseguido, por  insignificante e inmediato que sea, es vivido como un fuerte fracaso personal, cuestionándolo al sujeto en su totalidad. Este fracaso es seguido por uno de los siguientes caminos[11]:

a) El sujeto consigue mantener de manera precaria el ideal que tiene de si mismo, culpando a otras personas o situaciones, su discurso se carga de aclaraciones y justificaciones y su actividad motora se redobla en un vano y ciego intento de compensar el desacierto

b) El ideal del sujeto no puede ser mantenido y colapsa, formando parte de los factores desencadenantes del infarto.

 

[10]Crf. Op. Cit.  

 

          

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