Infecciones respiratorias agudas. Causa frecuente de consulta en la edad pediatrica. Revision bibliografica
Autor: Dra. Erdie Cristina Santana Fonseca | Publicado:  29/12/2009 | Enfermedades Infecciosas , Neumologia , Pediatria y Neonatologia | |
Infecciones respiratorias agudas. Causa frecuente consulta edad pediatrica. Revision bibliografica .

Infecciones respiratorias agudas. Causa frecuente de consulta en la edad pediátrica. Revisión Bibliográfica.

 

Dra. Erdie Cristina Santana Fonseca. Especialista Primer Grado MGI. Máster Enfermedades Infecciosas. Instructor

Dr. Jorge Boris González Díaz. Especialista Primer Grado MGI. Máster Enfermedades Infecciosas. Instructor

 

Palabras clave: Infecciones respiratorias agudas

 

Resumen:

 

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) constituyen una causa frecuente de consulta en la edad pediátrica siendo responsable de una elevada morbilidad en los infantes. Su etiología así como sintomatología es variada. El epitelio del tractus respiratorio constituye la mayor superficie anatómica del organismo expuesto a los agentes externos.

 

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) constituyen la causa más frecuente de consulta en la edad pediátrica. Están presentes a lo largo de todo el año y aumentan de manera muy importante durante los meses de invierno. (1).

 

El epitelio del tractus respiratorio constituye la mayor superficie anatómica del organismo expuesto a los agentes externos, por lo tanto, las infecciones respiratorias son las más comunes que afectan al ser humano (2).

 

Para preservar la función respiratoria, dada por un eficiente intercambio de gases, existe un importante sistema de mecanismos locales de defensa pulmonar, considerándose el pulmón como un órgano inmune único. Este complejo sistema destinado a proveer las defensas fundamentales contra las infecciones del tractus respiratorio tiene varios componentes: mecánicos y humorales. Dentro de los mecánicos tenemos la tos, el estornudo y el aclaramiento mucociliar y en los humorales las inmunoglobulinas y el complemento (2).

 

Sí dividimos el aparato respiratorio en dos partes, las vías respiratorias superiores y las inferiores, separadas ambas por la epiglotis, vamos a encontrar algunos de estos mecanismos en ambas partes por igual, a veces con predominio en una de las dos. Sin embargo, en general, los mecanismos del tractus respiratorio superior van a diferir bastante de los del inferior. En las vías respiratorias superiores se realiza la filtración nasofaríngea, la adherencia en la mucosa, la interferencia bacteriana y la IgA secretoria (2).

 

La nariz por sus características anatómicas ofrece una combinación de una pequeña sección para el cruce del aire y finas curvas y pelos en su interior que aumentan también la posibilidad de impacto de las partículas (2).

 

En condiciones normales la flora oral provee al tractus respiratorio de un tipo de protección por interferencia bacteriana en la cual posibles patógenos como el estafilococo aureus y los bacilos gramnegativos se ven imposibilitados de desarrollarse en las vías respiratorias superiores, cuando esta flora normal se altera como puede ocurrir en aquellos casos de tratamientos con antibióticos, se favorece la colonización por estos gérmenes virulentos , con la consiguiente infección del tractus respiratorio (2).

 

La IgA constituye un elemento importante en la protección de las vías respiratorias sobre todo las superiores. Está constituida por un dímero de IgA unido a un componente secretor por lo que se llama IgA secretoria (IgAs), este es sintetizado por las células plasmáticas cuyos precursores son los linfocitos B provenientes del tejido linfoide asociado al bronquio (BALT) (2).

 

Los mecanismos de defensa que forman parte de las vías respiratorias inferiores son más numerosos y complejos, están dados por: el reflejo de la tos, ramificación de las vías aéreas, broncoconstricción, depuración mucociliar, factores humorales, Inmunoglobulinas, complemento, células y sus productos, Linfocitos, Macrófago Alveolar, Leucocitos Polimorfo Nucleares, Células Epiteliales, Lisozima, Lactoferrina, Surfactante, Defensinas, Glandulinas entre otros (2).

 

Cuando algunos de estos mecanismos fallan total o parcialmente, se pueden producir las Infecciones Respiratorias Agudas.

 

Según la última Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas relacionados con la Salud, las Infecciones Respiratorias Agudas comprenden un grupo de entidades relacionadas a continuación (2).

 

Infecciones Agudas de las Vías Respiratorias Superiores.

 

Rinofaringitis aguda (Resfriado Común)

Sinusitis Aguda.

Faringitis Aguda.

Amigdalitis Aguda.

Laringitis y Traqueitis Aguda.

Laringitis Obstructiva Aguda (Crup) y Epiglotitis.

 

Infecciones Agudas de las vías Respiratorias Superiores de sitios múltiples o no especificados.

 

Influenza (gripe) y Neumonía.

Influenza debida a Virus de la Influenza.

Influenza debida a Virus no identificado.

Neumonía Viral no Clasificada.

Neumonía debida a Estreptococo Neumonías.

Neumonía debida a Haemophilus Influenzae.

Neumonía bacteriana no clasificada en otra parte.

Neumonía debida a Microorganismos Infecciosos no clasificados en otra parte.

Neumonías en enfermedades Clasificadas en otra parte.

Neumonía por organismos no especificados.

 

Otras Infecciones Agudas de las Vías Respiratorias Inferiores.

 

Bronquitis Aguda.

Bronquiolitis Aguda.

Infección Aguda no especificada de las vías Respiratorias Inferiores.

 

Resfrío Común:

 

El resfrío común, también conocido como rinofaringitis aguda, es la infección más frecuente en los niños y se caracteriza principalmente por rinorrea, obstrucción nasal y estornudos. Su etiología es predominantemente viral, encontrándose ocasionalmente agentes bacterianos, en forma secundaria, en casos de complicación. Los agentes más importantes son el rinovirus, con más de 100 serotipos distintos, el coronavirus y el virus sincitial respiratorio. Los niños presentan un promedio de 5 a 8 infecciones al año, con una incidencia máxima en el menor de dos años. Esta frecuencia se mantiene relativamente alta a lo largo de la vida, aunque con cuadros más leves, con un promedio de 2 a 4 resfríos al año en el adulto. El período de incubación es corto, pudiendo ser incluso de pocas horas, y el cuadro dura generalmente de 3 a 7 días. La transmisión viral se produce por vía aérea desde un enfermo o portador a un individuo susceptible. La infección se localiza preferentemente en la mucosa nasal y rinofaríngea, donde se produce un fenómeno de inflamación local, con edema y vasodilatación en la submucosa, seguido de una infiltración de mononucleares y posteriormente de polimorfo nucleares. Finalmente se produce descamación del epitelio afectado (3-4).

 

Cuadro Clínico

 

Dentro de las manifestaciones más constantes a lo largo de las distintas edades se encuentran las locales como la rinorrea y la obstrucción nasal. En los lactantes el cuadro comienza habitualmente con fiebre, irritabilidad, decaimiento, estornudos y ruidos nasales. Pronto aparece rinorrea, inicialmente serosa, que se va transformando en mucosa al pasar los días hasta adquirir aspecto mucopurulento y desaparecer dentro de la primera semana. Mientras más pequeño el niño, más depende de su respiración nasal, por lo que esta obstrucción puede incluso producir síntomas de dificultad respiratoria.


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