En esta revisión, la conciencia se entiende como una integración de las funciones del organismo. Pasando por la dificultad en la definición y la extensa red neural, la conciencia es considerada por tres componentes: alerta, atención selectiva y contenidos mentales. Se muestran cinco modelos de la conciencia: Las contribuciones de Plum y Posner: La derivada del estudio de pacientes con diagnóstico de estado vegetativo: El sistema de la unidad cuerpo-mente: El modelo de Pribram de distribución vertical y horizontal de las funciones de conciencia: El derivado de del concepto de la muerte.
La conciencia es el núcleo central de las aproximaciones neurobiológicas a los procesos mentales. En esta revisión se presenta la conciencia desde la perspectiva neurobiológica. El problema de la definición de la conciencia está omnipresente en su estudio. Se puede entender de distintos modos dependiendo de las perspectivas que se adopten. Actualmente el término conciencia juega un papel importante en la evaluación clínica de los pacientes y en la mayoría de las consideraciones fisiológicas, ocupando una parte importante del trabajo de neurólogos, biólogos, psiquiatras, neuropsicólogos y otros neurocientíficos. Se identifican tres componentes: vigilancia, atención selectiva y contenidos mentales, siendo el factor tiempo fundamental en el estudio de la conciencia. La conciencia es una función del cerebro que al igual que la respiración es un proceso activo en la vida del individuo sano.
La senso-percepción es una de las funciones neuropsicológicas que despiertan gran interés tanto desde el punto de vista teórico como aplicado [1]. Esto se debe a que es las vías de comunicación por la que le damos significado e interactuamos con el mundo que nos rodea. Cómo ocurre esto ha sido siempre de interés en la relación del hombre y el mundo.