Las fracturas de los huesos largos de miembros inferiores ameritan inmovilización por un tiempo que puede ser prolongado, siendo un condicionante que junto a la vía de entrada de agentes infecciosos, produce la formación de trombos que pueden desprenderse, convirtiéndose en émbolos que viajan a la circulación pulmonar originando tromboembolismo por estasis vascular.