El tratamiento precoz con cierre percutáneo o quirúrgico del defecto anatómico cuando todavía no hay evolución a complicaciones irreversibles, garantiza mejores resultados que el tratamiento médico a largo plazo. La enferma se negó a cualquier tipo de tratamiento invasivo desde el momento de diagnóstico. Mantiene durante años una aceptable clase funcional y finalmente fallece por insuficiencia cardiaca (IC) derecha.