Los trastornos alimenticios son enfermedades crónicas y progresivas que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, en realidad consisten en una gama muy compleja de síntomas. La anorexia nerviosa está determinada por una pérdida de peso relevante generalmente decidida voluntariamente. La bulimia nerviosa se caracteriza fundamentalmente por ingesta alimentarias excesivas y descontroladas, junto con actividades compensatorias de tales excesos, determinadas por miedo a engordar. Son cuadros que, generalmente, cuando llegan al psiquiatra ya son crónicos, después de dar muchas vueltas consultando a varios especialistas (endocrinólogos, clínicos), hoy en día su detección es más precoz.