ESTRATEGIAS
GENERALES DE PREVENCION EN LA CI
Tanto los diferentes estudios
epidemiológicos como las estadísticas de mortalidad, nos han aportado las
suficientes evidencias científicas que nos demuestran la importancia de
efectuar una intervención adecuada para controlar los FRC modificables e influir
positivamente en la historia natural de la CI.
Las bases sobre las que podríamos asentar esta necesidad de aplicar
los programas de prevención en la enfermedad coronaria, serian: 1º. Existencia
de una fuerte relación de causa-efecto entre los FRC y la CI. 2º. Que
las diferencias de frecuencia entre países está en relación con sus
diferentes hábitos y estilos de vida. 3º. Ha sido posible modificar la
prevalencia de los FRC más importantes en diferentes poblaciones con
estrategias de prevención. 4º. La disminución de la prevalencia en
los FRC, conlleva un descenso en la incidencia de nuevos casos.
5º. Que esta disminución es proporcional a la intensidad de la
intervención. 6º. Que
el enfoque de la intervención debe ser multifactorial y continuo.
La Prevención en la CI tiene dos
periodos según se lleve a cabo antes del primer evento clínico - Prevención
Primaria - , o después del mismo - Prevención Secundaria - ; y
dos tipos diferentes de estrategias según que sus actuaciones se dirijan a
la comunidad o a un grupo poblacional de alto riesgo.36,37
La Prevención Primaria tiene como objetivo evitar la aparición
del primer cuadro clínico, que habitualmente suele ser un IAM, un síndrome
anginoso o una muerte súbita. Consiste fundamentalmente en promover una serie
de recomendaciones a la población, entre las que cabría destacar por su
especial impacto, el abandono del hábito tabáquico, el control de la HTA, la
promoción del ejercicio físico moderado no competitivo y aquellas
encaminadas a seguir una dieta cardiosaludable.
Estas estrategias cuando van dirigidas a la comunidad, requieren la
participación activa tanto de la población, del sistema sanitario, como de las
autoridades responsables de todas las instituciones implicadas (legislación
sobre un adecuado control de la composición y etiquetado de los alimentos,
publicidad sobre productos cardiosaludables, control de la legislación
vigente sobre el consumo de alcohol y tabaco, actuaciones en el medio ambiente,
etc...). Cuando estas actuaciones van dirigidas al grupo de "alto
riesgo", comprende la identificación de los individuos con alto riesgo de
padecer CI y aplicar las medidas necesarias para el control de sus FRC, recomendándose
como estrategia utilizar la visita de los pacientes por cualquier otro motivo
para investigar los posibles FRC. Para
la identificación del "riesgo individual" es necesario tener
presente varias premisas: 1ª. Que el riesgo es relativamente bajo en
hombres antes de los 35 años, y en la mujer antes de los 50. 2ª. Hay
que evaluar la coincidencia de varios FRC además de sus respectivos niveles.
3ª. Contemplar en el área geográfica donde se va a intervenir, la
frecuencia de la enfermedad coronaria.
La Prevención Secundaria, tiene como objetivo detener o disminuir
la progresión de la CI tanto en estados sintomáticos como asintomáticos, para
así incrementar la supervivencia, mejorar la calidad de vida, disminuir las
recidivas y la incidencia de muerte súbita.
Esta, se inicia ya con las medidas adoptadas para reducir la mortalidad
en las fases pre y hospitalaria del IAM y Angor, en cualquiera de sus periodos
evolutivos. Entre las múltiples estrategias que deben ser contempladas a raíz
de una estimación individual del riesgo, cabrían destacar: 1ª.Control
de multifactorial y continuo de los FRC. 2ª. Programas de Rehabilitación
y adaptación del coronario. 3ª.Tratamiento farmacológico preciso con:
antiagregantes/anticoagulantes, antiarrítmicos, fibrinolíticos,
hipolipemiantes, IECA, etc... 4ª.Técnicas cruentas como: cirugía
cardiaca y terapias percutáneas.
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