Para no contactarse con la
tristeza desplaza ese grado de insatisfacción a otras actividades que pueden
resultarle "pseudogratificantes", por ejemplo: trabajo, evadiéndose
así de la responsabilidad de hacerse cargo de sus motivaciones, sus deseos y
sus miedos. De ahí la utilización del término "pseudogratificante"
pues, es una trampa más, para no permitirse ser él mismo y continuar así
obedeciendo a sus Mandatos.
Como ya dijimos el paciente con
enfermedad coronaria tiene grandes dificultades en demostrar lo que siente,
expresar lo que piensa, de ser él mismo, de disfrutar, por lo tanto utiliza en
forma defensiva una actitud de Omnipotencia (en contraposición a su
inseguridad) y de Complacencia con el "otro" (para sentirse
reconocido), generalmente se sobreadapta.
Después del evento agudo otro
mecanismo de defensa es la negación de la enfermedad, con una actitud maníaca
o rebelde frente a la situación angustiante.
Durante las primeras setenta y
dos horas de internación generalmente el paciente toma una posición de
introyección donde se replantea parte de su vida, sus relaciones
interpersonales, proyectos realizados y no realizados; es importante que el
médico conozca esta etapa ya que con apoyo psicoterapéutico brindado en ese
momento se podrá comenzar a trabajar su redecisión de vida.
Pasada esta etapa (después del
primer mes del evento agudo) de no tener una contención médica y familiar
adecuada, es posible que el paciente refuerce sus conductas anteriores, por lo
tanto no modifique actitudes de base.
Como consecuencia, desplazará en
su enfermedad sensaciones displacenteras, como ser: miedo, inseguridad,
tristeza, que en realidad eran previas al evento coronario pero ahora
encontrarán una justificación a través de la organicidad. Mecanismo que
observamos frecuentemente en estos pacientes para sentirse reconocidos y tenidos
en cuenta, como si buscaran el soporte emocional a través de la lástima por no
aceptar como derecho individual el reconocimiento, el afecto, la comprensión,
la contención y fundamentalmente la confianza del ser querido.
En nuestro seguimiento
encontramos gran cantidad de pacientes con antecedentes de duelos no resueltos
generalmente por la falta de los soportes afectivos en su entorno familiar y
social, como consecuencia de las dificultades antes mencionadas.
De acuerdo a nuestras
estadísticas estamos en condiciones de afirmar que los sujetos jóvenes con
psicoterapia no han repetido evento coronario, en un seguimiento de siete años;
en tanto que muchos de los pacientes que no aceptaron un apoyo psicoterapéutico
o que no tuvieron un compromiso en el mismo, aún tomando la medicación
cardiológica en forma adecuada, reingresaron a la Unidad Coronaria con nuevo
evento isquémico.
Esto nos hace reevaluar a
nosotros, como cardiólogos y psiquiatras, la decisión inconsciente de vida de
nuestros pacientes con relación a la evolución y pronóstico de su enfermedad.
Es oportuno recordar aquí a los
viejos maestros y profesores que se preocupaban frente a aquellos pacientes que
al ingreso de su internación, aun con un infarto estadísticamente con buen
pronóstico, manifestaban miedo a la muerte, estos maestros nos decían: "a
este paciente hay que seguirlo muy de cerca, dice que se va a morir".
Hoy, después de dieciséis años
en contacto directo con sujetos portadores de enfermedad coronaria, después de
haber realizado trabajos estadísticos, haciendo revisiones con bibliografía
mundial e intercambio con colegas nos sentimos con la capacidad de replantear
como otro factor de riesgo y marcador pronóstico de importancia para enfermedad
coronaria, a la personalidad del paciente, donde se relaciona en forma directa y
en la mayoría de los casos a duelos no resueltos por pérdidas y sensaciones de
angustia prolongadas y no compartidas, haciéndose manifiestas a través de la
enfermedad.
Nosotros como médicos no debemos
engañarnos con los pacientes que, dados de alta o después de los primeros
controles, dicen estar "bárbaros", ya que serán éstos los que no se
controlarán adecuadamente. Muchas veces el paciente con enfermedad coronaria
decide solamente sobrevivir.
Son estos los pacientes que en forma risueña dicen a sus amigos "mejor no
consultar, los médicos siempre encuentran algo"; en realidad el mensaje es
"mejor no consulto, a ver si encuentran algo; que siga todo igual",
quizás el que "no" siga todo igual los confrontaría a una realidad
temida y el empezar a hacerse cargo de su propia vida, de sus temores, de sus
miedos, hacerse cargo de vivir.
El paciente con enfermedad
coronaria que decide hacerse cargo de su vida dejará de ser dependiente de un
"otro" para ser "él mismo" permitiéndose ser feliz.
Sabemos que toda etapa de cambio duele, que crecer duele, pero vale la pena
vivir.
XXII Congreso Argentino de
Cardiología
II Jornadas Internacionales de Psicosomática y Psicología Médica
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