Muerte Subita Cardiaca. Resultados Epidemiologicos en 5 años de seguimiento
Autor: Dr. Luis Alberto Ochoa Montes  | Publicado:  26/04/2008 | Cardiologia | |
Muerte Subita Cardiaca. Resultados Epidemiologicos en 5 años de seguimiento.3

Tabla # 4.Muerte Súbita Cardiaca. Distribución por lugar de presentación y sexo. p= 0.128

 

muerte_subita_cardiaca/intrahospitalaria_extrahospitalaria

 

El infarto miocárdico agudo se confirmó en el 58.4% y los trastornos del ritmo cardíaco en el 20.7% de los fallecidos (Tabla #5). En el 24.5% del universo estudiado no se pudo establecer el diagnóstico definitivo al no contar con la necropsia.

 

Tabla # 5. Muerte Súbita Cardiaca. Distribución por diagnóstico definitivo y edad. p=0.059

 

muerte_subita_cardiaca/diagnostico_edad

 

TEP: Tromboembolismo Pulmonar, DMVI: Disfunción Miocárdica Ventricular Izquierda, DMB: Disfunción Miocárdica Biventricular.

 

DISCUSIÓN:

 

En nuestra investigación el 9.3%, de los fallecidos cumplieron los criterios de Muerte Súbita de origen cardíaco 9. La incidencia mundial de muerte súbita cardiaca (MSC) es difícil de estimar debido a la amplia variedad de la prevalencia de la enfermedad arterial coronaria en los diferentes países. Analizando además que esta variación está basada, en parte, sobre la definición de muerte súbita cardiaca (MSC) usada en estudios individuales y los registros sobre el fenómeno en las diversas naciones, en no pocas de las cuales no existen estadísticas sobre su comportamiento 10. En nuestro país no existe un registro oficial sobre la muerte repentina de origen cardíaco. De esta manera, si consideramos que alrededor del 50.0% de las muertes coronarias son súbitas y en el año 2006 se reportaron en Cuba 21.221 decesos por cardiopatía isquémica, cabe esperar que alrededor de 10.610 de estas muertes (12.9%) hayan sido súbitas 19, estimándose una tasa especifica de fallecimiento repentino de 99.0 por 100.000 habitantes 8.

 

A. Bayés de Luna y colaboradores en el estudio español de Muerte Súbita demostraron una incidencia de 40 por 100.000 habitantes y año, lo que representa alrededor del 10.0% de las muertes naturales 6. En una serie de 6.051 pacientes estudiadas por este autor durante 7 años, se observó este evento en 574 casos, el 9.4% de los fallecidos 11.

 

Al realizar la distribución de frecuencias en escala cualitativa en relación al sexo, obtuvimos una razón de 1.02:1 del comportamiento de la muerte repentina en el sexo masculino respecto al femenino. No existiendo significación estadística (p=0.057) al evaluar esta variable. Resultados que atribuimos a que la muerte repentina de origen cardíaco es expresión en el 90.0% de los casos de enfermedad isquémica del corazón la cual muestra una mayor incidencia en los hombres, con una proporción global varón/mujer de aproximadamente 3:1 hasta la sexta década de la vida. En las mujeres se aprecia la existencia de un factor hormonal que ejerce una función protectora relacionada con la menarquía 5.

 

Un estudio epidemiológico de Muerte Súbita Cardíaca realizado en España demostró que al igual que ocurre con la enfermedad arterial coronaria, esta se manifiesta con mayor prevalencia en varones que en mujeres en un relación de 7:1 en individuos de 55-64 años, proporción que se equilibra posterior a los 65 años, llegando a ser 2:1 a pesar de lo cual se estima que el 75-90.0% de los casos se presentan en la población masculina 12.

 

El grupo de 60-74 años, resultó el más afectado, lo cual se explica teniendo en cuenta que la incidencia del fallecimiento repentino corre paralelo con el comportamiento de la enfermedad arterial coronaria. La cual se hace más frecuente a partir de la cuarta década de la vida (segundo pico de edad para la muerte súbita) como evidencia del desarrollo de la aterosclerosis responsable en más del 90.0% de los síndromes coronarios agudos (SCA), y más aún de los cambios dinámicos que sufre la placa y su transformación en placa inestable, con los consecuentes riesgos para el corazón. Es importante señalar que el 4.0% de las paradas cardiacas no recuperadas acontecieron entre los 15-44 años, muestra de que los inmensos esfuerzos que se realizan en la época actual a fin de revertir esta realidad no solo están justificados por su elevada incidencia, sino también por el dramatismo de su presentación pues afecta a personas jóvenes, aparentemente sanas, con las graves implicaciones que estas pérdidas ocasionan en el orden económico, social y familiar.

 

En el estudio Framingham se demostró que el 62.0% de las muertes por cardiopatía isquémica en varones de 45-64 años y el 42.0% en edades comprendidas de 65-74 años, fueron muertes súbitas de origen cardíaco 12.

 

A partir de reportes de varios autores en series originarias en diferentes países se ha demostrado un predominio en la aparición de la muerte inesperada en grupos etáreos a partir de la cuarta década de la vida. Lo cual es indicativo de las modificaciones que sufre el proceso aterosclerótico en los sectores vasculares orgánicos y en especifico el coronario. Con el desarrollo de lesiones extensas, numerosas e irregulares que cada vez comprometen más el riego sanguíneo y cuya traducción clínica es el angor precordial y la manifestación inicial en la cuarta parte de los casos es el fallecimiento repentino. Ha sido una alerta en dichos reportes los índices cada vez más elevados de muertes súbitas en grupos poblacionales jóvenes, en ausencia aparente de enfermedad conocida, “pacientes sanos”, en los cuales este fenómeno constituye el debut.

 

En nuestro grupo investigado no existió significación estadística (p=0.128) al evaluar el fallecimiento repentino en asociación al lugar de presentación del evento y sexo. Nuestros resultados se fundamentan en los pilares en que se sustenta el fallecimiento repentino: su carácter inesperado, súbito e imprevisible, condicionado en el 90.0% de los casos a un trastorno del ritmo cardíaco (generalmente una arritmia ventricular maligna), en pacientes aparentemente sanos o con afección cardiovascular conocida, pero en los cuales las circunstancias que rodean la muerte son desconocidas. Estos elementos explican la mayor tasa de mortalidad que se observa en el medio extrahospitalario y no en pocos casos, en ausencia de testigos presénciales. Elementos que retardan el diagnóstico del evento, su tratamiento oportuno y conllevan a un incremento de la letalidad, más importante cuando los síntomas sobrevienen fuera del hospital.

 

Según un trabajo publicado en Circulation por Zipes y colaboradores más del 80.0% de las Muertes Súbitas en adultos son de origen cardíaco, y en más del 40.0% ocurren sin ser presenciadas. En su mayoría en el ámbito prehospitalario y dentro de esto, en el domicilio de los pacientes 13.


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