La interaccion como arte del cuidado hacia la mujer gestante en trabajo de parto
Autor: Msc. Leida C. Montero | Publicado:  10/07/2008 | Ginecologia y Obstetricia , Enfermeria , Gestion Sanitaria | |
La interaccion como arte del cuidado hacia la mujer gestante en trabajo de parto.3

Los primeros, de acuerdo a Swadesh (2000), “…están estructurados por palabras que constituyen una abstracción mental, un símbolo representado en el caso de la palabra hablada por sonidos que transmiten significados que se comparten con los demás” (p. 32). En otras palabras, en toda expresión, oral donde la embarazada, vuelca su personalidad, sus estados de ánimo, toda una gama de matices psicológicos, en relación a su situación de allí que para el presente estudio, los mensajes verbales comprenden a las creencias, valores y sentimientos que transmite la embarazada a la persona enfermera en el trabajo de parto.

 

Por otra parte, los mensajes verbales expresan también los valores de las personas, por ser una cualidad intrínseca al objeto que suscita la admiración, estima, respeto, afecto, búsqueda y complacencia. La enfermera, realiza la transacción del cuidado lleva sus propios valores; que regulan su comportamiento en relación con la persona cuidada adecuados a la práctica concreta de su campo de actuación. Considerando los valores de la embarazada durante todo el proceso del parto. En este sentido la comunicación no verbal para Kozier, y Colb (1999), incluye “los gestos, movimientos corporales, uso del tacto y del aspecto físico” (p. 134).

 

En relación a las expresiones faciales, se puede decir que ninguna parte del cuerpo es tan expresiva como la cara. Los sentimientos de alegría, tristeza, temor, sorpresa, cólera y aversión pueden manifestarse con expresiones faciales. Los músculos que rodean los ojos y la boca son particularmente expresivos. De esta forma, las embarazadas notan en el rostro del personal de enfermeras, la incomodidad e inconformidad que genera su situación de angustia y temor ante un proceso desconocido en muchas oportunidades por ellas. Por estas razones, el personal de enfermeras, tiene que ser conscientes de sus expresiones faciales y de lo que comunican a los demás. Si bien es imposible controlar todas las expresiones faciales, la enfermera tiene que aprender a controlar sentimientos tales como el temor y la aversión, en determinadas situaciones.

 

Así como existen las expresiones faciales, también se tienen las expresiones corporales, donde se incluyen los gestos. Señala que los gestos son rasgos definibles del carácter o de conducta de una persona. En este orden los gestos resaltan y aclaran las palabras expresadas; además tienen significados específicos o pueden crear mensajes con otros elementos de comunicación. También es importante en los mensajes no verbales el contacto físico, es decir, un abrazo, o una mano tendida pueden comunicar mucho más afecto que las palabras en momentos de tensión. Al respecto indican Kozier, y Colbs (1999), que “En muchas ocasiones, es este contacto el que permite que el paciente se desbloquee, deje de fingir que controla todo y que nada le preocupa y se permita llorar y expresar sus sentimientos” (p. 391).

 

Por lo tanto, la enfermera debe proporcionar a la gestante durante el proceso de parto, contacto físico tales como: el tomarle la mano, pasarle las manos por la frente, estas expresiones permiten un contacto más cercano y de confianza entre ambas, acelerando el trabajo de parto. En este orden de ideas, también ha de considerarse uso del espacio personal, el cual es invisible y viaja con la persona. Durante la interacción humana las personas mantienen diversas distancias entre sí dependiendo de sus culturas, la naturaleza de su relación y la situación. Cuando el espacio personal está amenazado las personas responden a la defensiva y se comunican con menos efectividad. De modo que las enfermeras se mueven frecuentemente en los territorios de las personas cuidadas y el espacio personal debido a la naturaleza de los cuidados.

 

En este sentido la enfermera cuando cuida a la embarazada al invadir su espacio personal ha de transmitir confianza, amabilidad y respeto por la intimidad especialmente porque su interacción requiere contacto intimo e implica una zona vulnerable de la embarazada. Ahora bien, después de establecer la relación de ayuda más directa y de confianza, la enfermera permitirá a la parturienta expresar sus opiniones negativas o positivas de su condición durante el proceso de parto, de esta manera se sumerge en la siguiente fase de la relación de ayuda, fase de Trabajo, en dicha fase, explica Cibanal (1991), “La principal función de la enfermera consiste en reflejar exactamente los pro y los contra de los diferentes objetivos y acciones que el paciente vislumbra” (p.133).

 

En dicha fase la embarazada tomando conciencia de su forma de actuar, va cambiando o rechazando aquellas conductas inapropiadas, viendo de otra forma su situación, la enfermera contribuye a clarificar su situación y adopta posiciones más positivas. Siendo así en la investigación está referida al conjunto de actividades directas y coordinadas que realiza la enfermera y la embarazada para alcanzar sus objetivos relacionados con lo establecido en el plan de acción.

 

Al respecto indica Cibanal (1991) que “una de las tareas importantes en esta fase es la toma de decisión por parte del paciente de la responsabilidad que le corresponde en su proceso de cambio” (p. 134). En dicho plan se establecen las prioridades en los cuidados, seleccionando los problemas que pueden presentar y se priorizan, para plantear los objetivos de la persona cuidada; para lo cual la enfermera se sustenta en la valoración de los signos vitales, frecuencia, intensidad y duración de las contracciones, además de cualquier otra particularidad que exprese la gestante durante el proceso de parto.

 

Toda relación de ayuda madura hasta el final, así indudablemente la interacción termina cuando a nacido el niño (a), a esta etapa se denomina como fase de separación, para la mayoría de las personas no es fácil decir adiós a una persona a la que debes haber tomado cariño después de una relación de ayuda. Cibanal (1991), explica que en esta fase surgen sentimientos de duelo por la separación, la cual será de la misma intensidad en que haya interrelacionado la enfermera y la embarazada. Para la investigación su definición está referida a la finalización de la interacción entre la enfermera(o) y la embarazada después del proceso de parto relacionado con las actitudes de la puérpera.

 

De esta forma, la enfermera comentará desde el inicio de la relación la finalidad de la misma y que el compromiso está limitado hasta que culmine su proceso de parto, señalando su rol; de igual forma se sensibilizará ante la actitud de la puérpera, de allí que esta constituya el indicador de este factor, siendo entendido como la expresión de sentimientos positivos y negativos después del proceso de parto. Al respecto, Cibanal (1991), explica que entre las reacciones que pueden surgir en el momento de la separación se encuentra la negación, agresividad, hostilidad, proyección, aislamiento y regresión; todos ellos sentimientos negativos que la enfermera deberá manejar adecuadamente.

 

Mientras que por el otro lado, se puede encontrar con autonomía y responsabilidad. En el marco está perspectiva, entender la salud como bienestar es concebirla como la capacidad de interactuar positivamente con el entorno y de disfrutar dicha interacción con una sensación y percepción placentera y agradable; así la relación de ayuda está referida a la interacción humana, dinámica entre la enfermera y la embarazada para lograr los objetivos del cuidado durante el tiempo que dure la relación, de esta forma, cada fase de dicha relación constituyen un indicador para determinar la intervención del cuidado enfermero.

 

En este sentido, cabe destacar, que la Filosofía y Ciencia del Cuidado Jean Watson (1979) aporta que el cuidado es el elemento central unificador de la práctica de enfermería: la esencia de enfermería. Un problema importante para la enfermería actual es la conservación y el avance del cuidado humano; al describir más claramente el papel de la enfermera en nuestra época (1995) plantea que se debe conceder más énfasis al cuidado transpersonal, la intencionalidad, la conciencia del cuidado y el campo del cuidado (Marriner, 2003).

 

Referencias bibliográficas

 

1.     Aree, y Colb. (1991) Proceso de Relación de Ayuda. Interamericana. España.

2.     Cibanal, L y Arce, C. (1992) Comunicación Y Relación De Ayuda Para Profesionales

3.     De La Salud. Editorial Harcourt Brace-Elsevier México.

4.     Kozzier, E.; Erb, A. y Wilkinson, D (1999) Técnicas de Enfermería, Interamericana.

5.     España.

6.     Lederman, K. (1996) Prevalencia y factores de riesgo para complicaciones obstétricas en la adolescente. Comparación con la población adulta. Ginecol Obstet Mex 1996

7.     Marriner, 2003 Modelos y Teorías en Enfermería. Editorial Mosby. Madrid. Barcelona

8.     Rodríguez, M. (2000) Enfermería Maternal. Serie "Manuales de Enfermería". Barcelona: Masson-Salvat; España.

9.     Rovati, M. (2006) La salud de la mujer en el embarazo: educación sanitaria. Madrid: DAE (Grupo Paradigma). España

 


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