Ser o tener. ¿He ahi la cuestion?
Autor: Dr. José Cukier  | Publicado:  25/11/2008 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Psicologia | |
Ser o tener. He ahi la cuestion.1

 

 

Ser o tener. ¿He ahí la cuestión?

 

Prof. Dr. José Cukier.


Asociación Medica Argentina. Maestro de la Medicina Latinoamericana. Miembro honorario de A.M.A.

 


Índice

 

  • Resumen. Abstract
  • Palabras clave
  • Introducción. La familia hoy. Vínculos interindividuales. Organización psíquica.
  • El problema de la cantidad
  • El problema de la aceleración temporal.
  • Bibliografía.

 


Resumen - Abstract

 

El autor justifica metapsicológicamente algunos de los males sociales de nuestra época. El vacío interior, la desconsideración en las relaciones humanas, la aceleración del diario vivir, la drogadicción, entre otros. Desarrolla la relación entre los vínculos familiares simbióticos, la ausencia materna y la falta de la función paterna en la organización psíquica del infante. Acumulación pulsional, falta de matiz afectivo indiscriminación en la constitución de la sensorialidad.

 

Aborda el problema de la identificación primaria y la vinculación entre la falencia de la misma con los vínculos de tener por sobre los de ser; el problema de la cantidad pulsional no tramitada, la aceleración y la indiscriminación en la constitución del tiempo.

 


Introducción

 

En esta comunicación intentaré dar cuenta de la metapsicología de algunas configuraciones propias de nuestra época.

 

El vacío interior, las patologías psicosomáticas, la aceleración del cotidiano vivir, la enajenación en el trabajo, la drogadicción, el maltrato corporal, el uso especulativo del prójimo y la entronización del dinero, la violación de lo humano en general, la pérdida y la tergiversación de los valores humanamente deseables... y la enumeración podría continuar; aparecen como los males de nuestro siglo. En la nueva condición cultural predomina la imagen sobre la cultura letrada, la inmediatez sobre la memoria la reflexión y la elaboración, la experiencia sobre la razón, la incertidumbre sobre las certezas.

En nuestro país el problema adquiere singularidades por la mixtura latinoamericana en donde coexisten regiones de posmodernidad. Esta puede entenderse como una condición objetiva en el rebasamiento de la modernidad, constitutivo de la cultura contemporánea. Como continente cultural donde operan las ideologías, Follari, R, (1994), la cultura masmediática y proliferación tecnológica, el aumento de la mortalidad infantil con la fibra óptica y el fax.

 

En los psiquismos individuales influye la cultura y desde ésta, la ideología dominante. Pero esta afirmación es válida si se tiene en cuenta que la eficacia depende no sólo de lo social, sino del procesamiento intrapsíquico.

 

Las relaciones interindividuales, tienen como meta principal procesar la realidad pulsional, y sólo secundariamente obedecer a las exigencias de la realidad exterior y del superyó. Es evidente la importancia del discurso del contexto; pero existen en el psiquismo operaciones de producción de significado, que tienen orientaciones necesarias, más allá de la contingencia vivencial, a partir de una lógica que reordena lo percibido.

 

Las relaciones, entonces, no son ni en sentido único, ni de moldeamiento, ni de causalidad circular o de influjo recíproco. Son de un sentido complejo, en donde cada cual genera su exterioridad siguiendo las leyes del psiquismo.

 

Los estímulos, las vivencias accidentales, son eficaces si se articulan con la individualidad de los procesos pulsionales y la necesidad del esfuerzo psíquico que conduce a la autoconstrucción de procesos anímicos, Freud, 1915e, 1923b.

 

La familia hoy. Vínculos interindividuales. Organización psíquica -Matiz afectivo. Sentimiento de sí.

En la institución familiar es posible observar el resultado de los esfuerzos intrapsíquicos e interindividuales por procesar las triples exigencias, las instintivas las exigencias de la realidad y las derivadas de las tradiciones.

 

En aquellas situaciones en que claudica la posibilidad de tramitar las exigencias pulsionales por déficit o ausencia materna, éstas según las hipótesis Freudianas se vuelven tóxicas. Lo verdaderamente tóxico es la pulsión y esto se da cuando el yo inerme ante ella no la puede tramitar ni en forma motriz ni psíquica, Freud, 1895b, 1898a, 1912f.

 

Cuando ocurren estos estancamientos libidinales surgen afectos desbordantes de los cuales Freud describió la angustia automática 1926d. En todos ellos prevalece la misma característica: que la magnitud de los procesos pulsionales estancados es tan grande, que desborda la posibilidad de que la conciencia, registre los estados afectivos correspondientes. Se dan emociones, cuya intensidad imposibilita captar el tono psíquico, las variedades de matiz, Maldavsky, D, 1990.

 

El yo real primitivo del infante queda abrumado por la pulsión e impedido de tomar conciencia de la vitalidad de los procesos pulsionales y del núcleo de la propia existencia. La conciencia inicial del sentirse vivo queda interdicta cuando quién está a cargo del infante carece de empatía o ternura. La familia es la encargada de brindar el sustento para desplegar la fractura en el ello y diferenciarlo del yo, facilitando la inscripción del matiz afectivo en la conciencia como contenido de la misma.

 

La imposibilidad de sentirse vivo resulta de la falencia en las primeras relaciones objetales. Se puede intentar suplir con estímulos espurios tales como las adicciones, el consumo acelerado, el incremento de operaciones económicas o el trabajo creciente sin freno. El tener es usado a la manera de seudopulsión para buscar el afecto no sentido y sustituir la ausencia del sentimiento de ser.

Las funciones fallidas o no surgidas del yo real primitivo buscan sustituirse por drogas que pueden clasificarse según las funciones que intentan suplir: sustitución del sueño (barbitúricos); mantenimiento del estado placentero de base (ansiolíticos, antidepresivos); perturbación de la motricidad voluntaria (cocaína); percepción y afectividad (marihuana, opio, LSD, anfetaminas). En un polo menor de la escala se encuentran las adicciones al trabajo, honores, deportes, el éxito fácil y al dolor..., como un intento supremo de recuperar el sentimiento de estar vivo.

 

El matiz afectivo deriva de la introyección del soporte materno, y el sentimiento de sí es un conjunto caleidoscópico que reúne diversos matices afectivos productos de la identificación. Provee un bienestar básico que sustenta el sentirse vivo, la captación de la propia vitalidad y la ajena y la capacidad para estar solo, Winicott, 1958. El matiz afectivo, si bien es un producto intrapsíquico importa para su constitución el enlace con otro diverso, de manera que el matiz es representante del ensamble pulsional y la realidad.

 

- Estancamiento pulsional.

Freud hace una observación: el estancamiento pulsional se despliega habitualmente en las relaciones interindividuales, y en particular en ciertas prácticas sexuales, como el coitus interruptus o la eyaculación precoz, Freud op. cit., en que uno de los participantes no logra la consumación voluptuosa, y por lo contrario conserva un grado de tensión sexual que se vuelve tóxica. Tales vínculos pueden extenderse a las relaciones entre diferentes miembros de la familia, más allá de la pareja misma.

Se mantiene el criterio que Freud describe; uno de los integrantes alcanza una descarga voluptuosa, a condición de que otro conserve la tensión pulsional la cual se vuelve tóxica. Son expresiones de estos tipos de descarga, gritos, golpes, muecas, estallidos bruscos de discursos evacuativos, alternando con momentos de indiferencia hostil.

 

En esos vínculos intoxicantes entre miembros de una familia algunos tienen una doble función:

 

a) como lugar en que uno descarga un exceso de voluptuosidad,

b) como coraza de protección antiestímulo.

 

Dice Freud, 1920g, que se puede considerar la neurosis traumática común, como el resultado de una extensa rotura de la protección que defiende al órgano anímico contra las excitaciones. Esta hipótesis justifica la denominación de coraza antiestímulo a la función de un miembro o un grupo en relación a otro, quien se encuentra desbordado. Por ejemplo, una madre funciona para un hijo como una droga, digamos con función ansiolítica que la protege. La madre se intranquiliza ante la ausencia de sus hijos y solo se recupera ante la presencia de estos. El hijo adquiere el significado de droga ante la esta madre adicta, la cual a su vez se puede constituir como modelo de identificación de tipo adictivo.

 

Se suele aseverar con razón que en el comienzo de la vida postnatal, para el recién nacido la madre cumple con las dos funciones antedichas: de escudo y de lugar para la descarga de un exceso pulsional. Luego ocurre una progresiva adquisición de tales funciones por el yo infantil y simultáneamente una mayor diferenciación de esta díada interindividual.

 

- Función paterna.

La ausencia de una función paterna conspira para que sobrevenga tal diferenciación.


Madre e hijo continúan operando con el supuesto de una unicidad orgánica, pero además con funciones invertidas y el niño es tomado por su madre, como lugar para la descarga de sus procesos tóxicos. En estas familias se parte de un supuesto: pertenecer a la misma confiere el derecho de tomar al cuerpo del otro como propio según se evidencia por ejemplo en las situaciones de maltrato infantil.

El hijo, y en particular su cuerpo, no constituye un bien social sino un patrimonio personal, sobre el cual es posible obrar según el capricho. La falta de una función paterna reordenadora es sustituida por el despotismo.


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