Tabla II: Morbimortalidad por Meningoencefalitis Bacteriana. Distribución por sexo y grupos de edades. Años 2002 - 2006. Hospital Pediátrico Docente Provincial. Santi Spíritus.

** 2 fallecidos. * 1 fallecido.
En la tabla II apreciamos la distribución de los pacientes por edad según sexo, el grupo con más afectados fue el de menores de un año, con 20 pacientes o sea el 50% de la casuística, seguido por el de los escolares con 12(30%). Referente al sexo no existió grandes diferencia, ni por grupos de edades, ni en el total, pues la enfermedad se presentó en 21 niños y 19 niñas.
En cuanto al estado de inmunización con las vacunas que protegen contra gérmenes que ocasionan Meningoencefalitis Bacteriana, en este caso meningococos b y c y Hib, de la vacuna antimeningocócica el 55% tenía el esquema completo, el 30 incompleto y el 15% no tenían esquema. En el caso de la vacuna contra el Hib, el 20% tenía esquema completo, el 35% incompleto y un 45%, 18 casos, no tenían esquema. Podemos precisar como los tres pacientes portadores de Meningoencefalitis Bacteriana por haemophilus influenzae, tenían el esquema contra dicho agente incompleto y los que hicieron Meningoencefalitis Bacteriana por meningococo y a germen no precisado tenían un mejor nivel de inmunización con la vacuna antimeningocócica. Los niños que fueron afectados por estreptococo pneumoniae presentaban mayor nivel de vacunación tanto frente a meningococo como ante Hib.
Tabla III: Estado de inmunización previa. Morbimortalidad por Meningoencefalitis Bacteriana. Años 2002 –2006. Hospital Pediátrico Docente Provincial. Sancti Spíritus.

Tabla IV: Estado de salud previo. Morbimortalidad por Meningoencefalitis Bacteriana. Años 2002 - 2006. Hospital Pediátrico Docente Provincial. Sancti Spíritus.

En la tabla IV observamos que siete pacientes eran portadores de enfermedades crónicas de la infancia, tres asmáticos, dos cardiópatas, uno epiléptico y uno con enfermedad celíaca. Un total de 16 pacientes presentaron un proceso infeccioso previo al ingreso, 10 infecciones respiratorias agudas, tres infecciones del tractus urinario, uno diarrea aguda, uno onfalitis y uno un cuadro febril sin focalización. De los pacientes anteriores 10 usaron antibióticos: tres cefalexina, dos sulfaprim, dos ampicillin, dos penicilinas y uno esta, combinada con gentamicina.
La positividad del cultivo del líquido cefalorraquídeo (LCR) en nuestros pacientes se expone en la tabla V, la positividad fue de 62,5%, en 12 creció estreptococo pneumoniae, en nueve Neisseria meningitidis, en tres haemophilus influenzae y en uno estreptococo beta hemolítico, que fue en un recién nacido, en 15 pacientes, el 37,5% no existió crecimiento bacteriano.
Tabla V: Cultivo bacteriológico del líquido cefalorraquídeo (LCR). Morbimortalidad por Meningoencefalitis Bacteriana. Años 2002 - 2006. Hospital Pediátrico Docente Provincial. Sancti Spíritus.

Tabla VI: Diagnóstico al egreso por edades. Morbimortalidad por Meningoencefalitis Bacteriana. Años 2002- 2006. Hospital Pediátrico Docente Provincial. Sancti Spíritus.

En la tabla VI relacionamos el diagnóstico al egreso, para los distintos grupos de edades, en 14 fue Meningoencefalitis Bacteriana a germen desconocido con una distribución equitativa en lactantes y escolares, en 12 Meningoencefalitis Bacteriana a neumococo que predominó en menores de un año, en nueve Meningoencefalitis Bacteriana a meningococo, con similar distribución en lactantes y escolares, en un niño el diagnóstico fue Meningoencefalitis Bacteriana a pseudomona, en otro a estreptococo del grupo b y en tres fue Meningoencefalitis Bacteriana por haemophilus influenzae, todos lactantes.
Discusión
Nuestra investigación se inserta en un momento vital, de cambios epidemiológicos, con un programa de inmunización contra meningococo ya establecido y en los inicios del programa de inmunización contra Hib. Coincidimos con Dickinson (13) en su estudio a nivel nacional realizado en Cuba en 2005 y con Goicoechea y colaboradores (14) y Puricelli y colaboradores (15) en sus investigaciones, publicadas en 2003 y 2004 en España y Brasil respectivamente, en regiones con esquemas de vacunación muy similares a los aplicados en nuestro país, quienes señalan una disminución en la incidencia de la enfermedad.