Tecnociencia y conciencia. Reflexion de un cirujano pediatra
Autor: Dra. Jessica Tweeboom Marisela | Publicado:  13/08/2009 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Cirugia Pediatrica , Pediatria y Neonatologia | |
Tecnociencia y conciencia. Reflexion de un cirujano pediatra.3

Esta evolución rápida de la Tecnología influye o quizás determina nuestra vida, y parece multiplicarse por sí sola y eso debería asustarnos porque de ser creadores y beneficiario de la tecnología pasamos a ser medio de la propagación de esta misma. El avance tecnológico tiene un gran impacto en nuestras vidas y más aun muchos efectos secundarios que tienen poco que ver con lo que la tecnología fue diseñada, por el avance estrepitoso de esta, amenaza con transformarnos a un punto que ya no nos reconozcamos.

 

Nunca debemos olvidar la perspectiva histórica de la tecnología, la historia social del desarrollo científico y tecnológico. Desde la prehistoria, la especie humana puso a trabajar su cerebro para hacer uso de la piedra, para hacer uso de la madera, aprovechar los metales.

 

Miles de años pasaron cuando pudo acceder al fuego, se estimularon sus sentidos. Crucial fue el descubrimiento de la caza, la pesca, la agricultura, el uso de la cerámica, hasta llegar a formar pueblos, con grandes edificaciones, con conocimientos astronómicos, con conocimientos de Meteorología entre otras.

 

Quien iba a pensar que 5 mil años después de los egipcios, de los griegos, de los etruscos, de los romanos, se vendría a conformar una explosión tecnológica que, consciente o inconscientemente, aparta al hombre de su propia identidad y de sus verdaderos valores, dando paso a los nada recomendables anti valores a la Tecnología.

 

El desarrollo de nuestra sociedad se ha producido, entre otras cosas, gracias a los adelantos tecnológicos, de personajes conocidos y desconocidos, pero los anti valores han crecido, la corrupción, el materialismo excesivo y desmesurado, la falta de ética, la intriga, la injusticia, la mentira, la calumnia y otros que, desafortunadamente, crecen como la espuma, al grado de que niños y jóvenes los ven naturales y se convierten en parte de su cultura.

 

Hoy se habla de universalización, de digitalización, de fundir a los mundos en la informática, en imágenes fijas y en texto escrito. En el siglo XXI se habla de globalización, la economía de carácter multinacional a través de la tecnología de la información y de la comunicación, ya fue superada por la economía globalizada.

 

Hoy se habla de realidad virtual, de la fantasía del entorno tecnológico, en donde se pueden analizar escenarios de tiempo pasado y de tiempo futuro.

 

Quién puede negar el endiosamiento de la evolución tecnológica en el siglo XXI Estamos en la etapa en que la máquina puede prescindir del maquinista. Los medios, las herramienta en muchos casos ya han desplazado a sus creadores. Vivimos una época de avances y progresos pero también sin humanismo.

 

Hay quienes señalan que hace 500 mil años, el hombre inició su aventura en la expresión artística, en la técnica adquirida, en la habilidad o maestría para hacer algo. En el paleolítico imitó actitudes, conformó el arte rupestre, fue un artista naturalista, pero después llegó a cultivar la tierra, a desarrollar textiles y hubo un “boom” de herramientas primitivas, de cerámicas, de textiles, entre los 10 mil y 3 mil años antes de Cristo.

 

No obstante los adelantos científicos y tecnológicos no han logrado borrar la pobreza y la desigualdad.

 

Hay millones de seres humanos en pobreza lacerante; hay personas que viven con hambre crónica y de ellos, son niños menores de 5 años que por padecer malnutrición aguda, reducen 10% su capacidad de aprendizaje.

 

¿Podría ser que en nuestro viaje evolutivo hubiésemos olvidado o rechazado algo importante en el camino, algo que está produciendo profundos desequilibrios en todos los niveles de la vida humana?

 

Este avance evolutivo entre tecnología y avance de la consciencia es sumamente peligroso. Somos capaces de invocar el `fuego nuclear' pero no hemos dominado todavía nuestra `conciencia nuclear'. Todavía no somos capaces de utilizar sin peligro nuestros descubrimientos y avances tecnológicos, el mismo hecho de diseñar, aunque solo sea mentalmente una bomba nuclear (hay que reflexionar sobre la `utilidad' real de una bomba) es ya una grave irresponsabilidad, esto es un síntoma de que hemos desarrollado tanto ciertos niveles de la conciencia a costa técnica de otros, que este abismo entre nuestra inmadurez espiritual y nuestra habilidad podría bien llevarnos a nuestra propia autodestrucción.

 

Si somos conscientes de que el Hombre es un Ser Complejo que consta de muchos niveles de conciencia, y que todos ellos tienen un importantísimo papel que jugar en la Evolución del Ser Humano Equilibrado, quizás daremos el primer paso hacia esta recomendación tan simple y tan saludable.

 

Los continuos y fascinantes avances científicos técnicos de la medicina mundial están alcanzando grandes éxitos en la lucha contra la enfermedad, pero también se convierte en una amenaza para el ser humano. La ciencia y los científicos, necesitan, cada vez, más un mapa de principios morales que les oriente en el servicio a la humanidad, porque no todo lo técnicamente posible es éticamente admisible.

 

La Pediatría es muy sensible, a todo ello al verse capaz de sustituir con la técnica funciones vitales (diálisis, trasplantes, nutrición parenteral) o cuando se enfrenta a cuestiones éticas en pacientes graves (técnicas de soporte vital y de reanimación).

 

Está claro que la tradición actual del médico tendente a hacer todo lo que está al alcance de la mano para salvar la vida del paciente, necesita de una cuidadosa reinterpretación, desde el momento en que las posibilidades reales de perjudicar al paciente tienen un alcance que hace unos años atrás eran de ciencia-ficción.

 

IV. Reflexión

 

La tecnología moderna también arropó al campo de la cirugía pediátrica, con la adquisición de nuevas técnicas e instrumentos quirúrgicos. Su valor es inmensurable. Sin embargo el Cirujano Pediatra no ha evolucionado a la par de esa tecno ciencia, es verdad que su dominio es de más alcance en la actualidad y se ha conformado con jugar el papel del objeto científico que obtiene beneficios con la aplicación de esta cada día más moderna tecné quirúrgica, tanto en el diagnóstico y abordaje terapéutico.

 

Ha ganado prestigio, pero ha ido perdiendo su valor e integridad, su relación directa con Dios, es decir su conciencia, porque su mirada no está puesta sobre valores. Su felicidad y verdad van dirigidas más a su saber que a su ser.

 

Por otra parte, la aplicación técnica y los beneficios materiales obtenidos en una sala operatoria infantil han ido apoyando su conciencia, perdiendo los valores que lo humanizan.

 

Los elementos para clínicos modernos han desplazado a la otrora semiología quirúrgica y el acercamiento mediante exámenes, ha sustituido el contacto directo con el paciente. Alejándose del yo interior del enfermo pediátrico, manipulando su propio yo, como decía San Agustín, desconociendo a su propio ser basado en la ética y la moral.


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