Reflexiones sobre las Aspectos filosoficos y eticos de la Tecnologia del cuidado de Enfermeria en el final de la vida
Autor: Benavente Y | Publicado:  26/11/2009 | Enfermeria , Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
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Reflexiones sobre las Aspectos filosóficos y éticos de la Tecnología del cuidado de Enfermería en el final de la vida.

 

Benavente Y. Lozada A. Oviedo S. Parra F. Piña M. Romero I. Suárez S. Vargas E.

 

Consideraciones filosóficas sobre Enfermería

 

La profesión de enfermera está marcada por la vocación, por la necesidad de cuidar, se requiere conocer mejor el cuidado, en todas sus dimensiones y componentes, pero sobre todo en aquellos aspectos que hacen la diferencia entre un cuidado adecuado o una acción profesional rutinaria e intrascendente. Las enfermeras en el ejercicio del acto de cuidado, se ven frecuentemente en situaciones que implican dilemas éticos, porque hay conflicto entre un mandato legal y otro de los principios morales. Rehusarse a realizar una actividad relacionada con el proceso de cuidado, alegando motivos éticos, religiosos, científicos o técnicos se denomina objeción de conciencia. (1).

 

La bioética Poblete (2) señala que la bioética nace como una necesidad urgente de prescribir y norma criterios para problemas generados por el vertiginoso avance de ciencia y la técnica: la urgencia de los problemas bioéticos que nos atañen a todos los seres humanos en una sociedad posmodernistas, ha permitido que proliferen opciones insuficiente fundadas y con argumentos débiles que restringen su validez, anteponiendo en última estancia la relatividad moral o predominando la toma de decisiones con altas cuotas de incertidumbre.

 

Así mismo, todos los profesionales de la salud y especialmente las enfermeras estamos comprometidos con el proyecto de humanización de los servicios de salud, infundiendo en el servicio a los demás un dinamismo más humano como exigencia principal, y su medio de expresión en la declaración de los derechos de los pacientes pero a su vez, favoreciendo la calidad de vida del trabajador de la salud. En palabras de Poblete (2) afirma que “el personal de Enfermería, frecuentemente enfrenta dilemas de carácter moral, dada su participación en estudios de investigación como autores o colaboradores, por tanto, debe considerar los aspectos bioéticos inherentes, sobre todo en aquellas investigaciones que involucran a seres humanos, sin olvidar que sus intervenciones para mejorar la práctica de salud, deberán dirigirse en beneficio de los mismos.”

 

Por ello, dentro del proceso de actualización y de la formación permanente, las enfermeras debemos hacer un alto, mirarnos, reconocer nuestros conflictos, reflexionar sobre los elementos que han influido en esa evolución, superarnos, mirar alrededor las condiciones actuales, políticas, sociales, económicas y tecnológicas que influyen en el desarrollo de nuestra profesión, igualmente, estimular el trabajo interdisciplinario reconociendo en los otros profesionales, interlocutores muy válidos y profundizar en el estudio de la Bioética en sus principios, fundamentos y características de tal manera que desarrollemos la capacidad de razonamiento moral para la adecuada toma de decisiones éticas que promuevan el respeto por la vida, la dignidad y los derechos del ser humano.

 

Bajo esta premisa, hoy en día, surgen interrogantes morales sin precedentes, sobre cómo y cuándo utilizar la tecnología para mantener a las personas con vida; la tecnología permite alterar dramáticamente la vida y la muerte en unidades hospitalarias altamente tecnificadas en las cuales, el personal de Enfermería no dimensiona el alcance que tiene para las personas el uso de estas y en donde continuamente el personal de salud toma decisiones drásticas sobre la vida o la muerte de un ser humano, bajo el cuestionamiento de cuan ética ha sido su actuación.

 

De allí, que las enfermeras al recuperar nuestro liderazgo ante el equipo de salud, y respetando los derechos de los pacientes y de nuestros compañeros de trabajo lograremos que nuestros hospitales sigan siendo más humanos. Enfermería, como profesión científica, independiente y humanística debe apoyar y conseguir que el enfermo sea respetado, que se tenga en cuenta su dignidad y su libertad, que no se le coaccione ni manipule y mucho menos que se le denigre mediante investigación o terapias irracionales El bienestar, el confort del enfermo es una cualidad intrínseca de la asistencia sanitaria. Cualidad que debe estar relacionada con la consecución de sus necesidades, tanto específicas como generales (3).

 

Razón suficiente para considerar la concepción integral de la Enfermería tiene como intención primordial y única, buscar, indagar, y promover la atención al enfermo en su dimensión integral. Las acciones prioritarias de Enfermería se han encaminando al conocimiento y manejo de la alta tecnología, a los exámenes clínicos y paraclínicos, a la suministración de medicamentos, es decir nos hemos preocupado por las rutinas del servicio las que generalmente son normas que tienen más en cuenta el buen funcionamiento del servicio que las propias necesidades del paciente, como: el interesarnos por su angustia, sus temores, por explicarle el procedimiento que se le va a realizar, el contestar sus dudas, y ante todo por brindarle el apoyo psicológico que tanto necesita (4).

 

Todos los profesionales de la salud y especialmente las enfermeras estamos comprometidos con el proyecto de humanización de los servicios de salud, infundiendo en el servicio a los de más un dinamismo más humano como exigencia principal, y su medio de expresión en la declaración de los derechos de los pacientes pero a su vez, favoreciendo la calidad de vida del trabajador de la salud.

 

La humanización de las instituciones de salud puede definirse como una filosofía, una estrategia que conduce a que se crea y se favorezca el trabajo en equipo y la colaboración interdisciplinaria, se estimule la especialización y la formación permanente.

 

Enfermería y tecnología del cuidado

 

El conocimiento teórico del cuidar empezó en Enfermería en la década de los 50 con Madeleine Leininger, quien defendió la concepción de que el cuidado es una necesidad humana esencial, y el cuidar es la esencia de Enfermería y es un modo de lograr salud, bienestar y la conservación de las culturas y de la civilización (5).

 

Todos asumimos nuestro papel como enfermeros y con rasgos bien específicos y variables, nos escondemos detrás de máscaras que nos llevan a crear barreras que obstaculizan una auténtica relación e impiden encontrarnos con las personas que atendemos como pacientes. Paralelo al comportamiento de los profesionales de la salud, se requiere también examinar particularmente la condición del enfermo, de quien recibe la atención. El paciente se pone una máscara ante su rostro y no permite que nadie se le acerque. Y si el encargado de atenderlo reacciona de la misma manera ocultándose detrás de otra máscara bien sea por temor, inseguridad o incomodidad, comienza el juego de las máscaras, anulándose entonces cualquier posibilidad de comunicación.

 

A menudo los familiares, los amigos y conocidos, se esconden también detrás de una máscara, los vemos en las horas de visita, no pueden exteriorizar más que sentimientos de indiferencia e insensibilidad y en realidad necesitan que les ayudemos a expresar esos sentimientos de dolor que vienen disfrazados (6). Esta imagen del hombre es característica de una medicina convencional, tecnológica y superespecializada en órganos, aparatos y sistemas pero muy lejos de la esencia de dicho ser humano.

 

Históricamente en cuanto a los Aspectos espirituales del cuidado, los hospicios modernos tienen su raíz en la fe cristiana, aunque en la práctica debería decirse más ampliamente: en el teísmo. El compromiso de los judíos ha sido evidente desde los primeros momentos y ahora existe también una asociación de hospicios budista. El trabajo con los moribundos exige fe en la vida. Esto es verdad tanto si ella se expresa como si no. Se estima que la vida tiene un sentido y un propósito aun durante una enfermedad terminal. Esta convicción se manifiesta más en las actitudes y acciones que en las palabras; más en el modo de responder a los moribundos y cuidar de ellos, que en lo que decimos.


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