Ejercicio fisico y cancer de mama. Prevencion, inter-tratamiento y post-tratamiento
Autor: Iván Chulvi Medrano | Publicado:  15/12/2009 | Ginecologia y Obstetricia , Oncologia , Medicina del Deporte | |
Ejercicio fisico y cancer de mama. Prevencion, inter-tratamiento y post-tratamiento .2

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Tabla 1. Resumen de las componentes básicos para la prescripción de ejercicio físico según el ACSM, 1998.

 

A la hora de prescribir ejercicio físico entre pacientes con cáncer de mama, se parte de la base establecida por el posicionamiento del ACSM comentada anteriormente. No obstante, diversas revisiones y apuntes de autores han observado la existencia de una gran variabilidad en los métodos y formas de ejercicio, al igual que han detectado diversas carencias metodológicas a la hora de describir los escasos estudios que abordan este tópico.

 

Recientemente ha sido descrita la necesidad de atener a los aspectos psicológicos en la prescripción del ejercicio físico con el fin de generar una mayor adherencia (Maddocks et al., 2009).

 

Ejercicio aeróbico.

 

Con el fin de unificar los criterios utilizados en la intervención mediante ejercicio físico del cáncer de mama se han extraído las recomendaciones descritas a continuación (tabla 2) están tomadas literalmente de la excelente revisión de Pinto & Floyd (2007)

 

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Tabla 2. Resumen de la prescripción de ejercicio físico en paciente con cáncer. Modificado de Pinto & Floyd 2007.

 

Sobre el ejercicio de carácter cardiovascular es conocido que puede ser seguro y efectivo en sujetos en tratamiento (Courneya, 2001; Schwartz et al., 2001; de Paleville et al., 2006) como en supervivientes (Burnham, 2002; Irwin et al., 2004; Courneya et al., 2004). El ejercicio aeróbico tiene efectos principalmente sobre el estado cardiovascular (Knuttgen, 2007), el cual parece estar relacionado inversamente sobre el riesgo de padecer cáncer y de mortalidad por dicha causa (Lee y Blair, 2002). Sin embargo, sus efectos sobre el sistema musculo-esquelético son pequeños, cuando juegan un papel muy importante en la fatiga para afrontar las actividades de la vida diaria (ver figura 1) (Warburton et al., 2006).

 

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Figura 1. Descenso –valores hipotéticos- de la aptitud musculoesquelética funcional debido a los procesos de sarcopenia asociados con la edad. Tomado de Warburton et al., 2006.

 

Programas de acondicionamiento neuromuscular (PANM).

 

Sobre programas de acondicionamiento neuromuscular existe una mayor carencia de estudios al respecto (Galvao y Newton, 2005). Pero ha sido sugerido que su inclusión puede ser muy efectivo para las secuelas de la enfermedad (Cheema et al., 2008).

 

Tal y como ha sido avanzado anteriormente, en la actualidad existe carencia de conocimientos que vinculen los PANM a pacientes con cáncer, sin embargo, los expertos coinciden en destacar ciertas consideraciones a tener presentes entre los pacientes que comiencen un programa de ejercicio físico que incorpore ejercicios contra resistencias. A la hora de plantear un PANM en estos sujetos se deberá tener presente la existencia de complicaciones como la ataxia o la neuropatía periférica se deberían evitar las actividades que requieran de coordinación (Pérez, 2006), y si existiera metástasis al hueso se deberán evitar con carga muy elevada (Pedersen y Saltin, 2004). Otras consideraciones relevantes que son enumerados a continuación son enunciadas por Marcos y Rubio (2007):

 

a) Importancia de realizar revisiones periódicas con el fin de poder controlar los efectos conseguidos.

b) Realizar ejercicios que involucren los grandes grupos musculares.

c) El ejercicio deberá estar controlado y supervisado en todo momento.

d) Debe existir una combinación entre la modalidad de ejercicio aeróbica y los PANM.

 

Como punto de partida para el diseño de los PANM también se ha aplicado en citado posicionamiento de 1998 del Colegio de Americano de Medicina Deportiva (ACSM, 1998).

 

En los últimos años, se ha despertado un gran interés en el papel del músculo como órgano endocrino (Febbraio & Pedersen, 2005) que libera citoquinas especializadas –conocidas también como mioquinas-     que podrían tener un papel muy importante en las patologías de bajo grado de inflamación (Petersen & Pedersen, 2005) crónica como puede ser el cáncer de mama (Coussens & Werb, 2002; Smith & Missailidis 2004; DeNardo & Coussens, 2007)

 

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Figura 2. Secreción de miokinas y sus posibles diferentes efectos. Tomado de Peterson & Pedersen, 2005).

 

Conclusiones.

 

Aunque el mecanismo por el cual el ejercicio físico puede ser un agente profiláctico y terapéutico para los pacientes con cáncer, permanece desconocido, es conocido que el ejercicio puede alargar los años de vida e incrementar la calidad de los mismos.


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