Parkinson
Autor: Dr. P. García Férriz | Publicado:  14/07/2010 | Neurologia | |
Parkinson .1

Parkinson.

García Férriz, P.

Resumen

No existe la menor duda de que, por diversas disfunciones, el sistema nervioso puede provocar muchas enfermedades, entre las que destacamos el Cáncer, el Alzheimer, la Esclerosis Múltiple y la enfermedad de la que aquí nos vamos a ocupar: el Parkinson.

En esta enfermedad influye poderosamente la desconexión entre el tálamo y diversos puntos (áreas) de la corteza cerebral. Como se sabe, el tálamo está relacionado directamente con diversas capas de la corteza cerebral. De ello nos ocuparemos ampliamente en este estudio.

Hemos creído necesario exponer (aunque brevemente) unos elementales conceptos de neuroanatomía y neurofisiología, y así poder situarnos y centrarnos con mayor facilidad para intentar esclarecer, en la medida que nos es permisible, el dificilísimo y complejo estudio de la enfermedad de Parkinson.

Y con la inestimable colaboración de los múltiples efectos que lleva consigo la enfermedad, tratamos de encontrar su verdadera etiopatogenia.

Palabras clave

Tálamo, células piramidales y extrapiramidales, hipocampo, corteza cerebral, dopamina, serotonina y electricidad.

Parkinson

La enfermedad de Parkinson, como otras muchas enfermedades, es producida por una patología del sistema nervioso. Es una enfermedad de etiología desconocida: su característica es de ser agitante. Es progresiva, caracterizada por fases inexpresivas, temblor peculiar, lentitud de los movimientos voluntarios, marcha a pequeños saltos, postura peculiar e hipotonía muscular. Se han reconocido lesiones degenerativas dentro de las masas nucleares extrapiramidales y una característica pauperización de las células gliales, en la sustancia gris y menor contenido de dopamina.

Más adelante veremos, al hacer el estudio de las capas de la corteza cerebral, cómo la hipotonía muscular y la lentitud de los movimientos voluntarios se deben a la existencia de potenciales eléctricos débiles, al disminuir el contenido de electrones en los conductores. “Las lesiones degenerativas que se han reconocido dentro de las masas nucleares extrapiramidales, son producidas, posiblemente, por no recibir las terminaciones nerviosas motoras procedentes del tálamo el trofismo que les resulta imprescindible para la supervivencia neural. Comparamos esta secuencia con la que acontece en la etiopatogenia de la enfermedad de Alzheimer, que consiste también en la falta de nutrición de sus terminales nerviosos en las células hísticas correspondientes a los parénquimas testiculares y ováricos. Por esta causa, el parasimpático sacro no puede conducir electricidad al corredor celular espinal que tiene conexión con el tronco cerebral (bulbo raquídeo, puente de Varolio y pedúnculos cerebrales); y el tallo cerebral no puede enviar electricidad al hipotálamo. Al carecer de electricidad, desaparecen las acciones químicas en esta importantísima glándula, afectando principalmente a la hipófisis y al hipocampo”.

En la masa encefálica de los enfermos de Parkinson se aprecia también una clara disminución de la actividad química, especialmente de la dopamina. Esta se forma en el organismo por descarboxilación de la dopa. Es un producto intermediario en la síntesis de la noradrenalina y actúa como neurotransmisor en el sistema nervioso central (SNC). La dopa es un aminoácido precursor de la dopamina, y también es un producto intermediario en la biosíntesis de la noradrenalina.

En esta enfermedad observamos como especial característica la presencia de una patología de las células gliales. Estas, como se sabe, contienen una especial proteína denominada citoqueratina. Esta sustancia proteica es la que produce la queratina en el sistema nervioso central (SNC) y en el sistema nervioso periférico. Las células gliales, por ser las más abundantes de todo el sistema nervioso y por sus peculiares funciones electroquímicas, aparecen afectadas en muchas patologías: el Cáncer y la Esclerosis Múltiple, entre ellas.

Mediante técnicas histoquímicas e inmunológicas, en estos últimos años se han logrado determinar las zonas del sistema nervioso central (SNC) por donde discurren los neurotransmisores y los puntos donde se sintetizan. 1 Los transmisores centrales son fundamentalmente las monoaminas, y dentro de ellas, las más importantes son la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. 1

El desarrollo en la parte encefálica de la conducción neural es más complejo que el de la médula. A nosotros nos interesa particularmente el estudio de la capa gris superficial (denominada corteza cerebral, córtex, manto de los hemisferios o sustancia gris cortical) y también los núcleos grises profundos, por considerar que en estas zonas radica el inicio de la enfermedad de Parkinson.

Es importante conocer o recordar la constitución de la corteza cerebral, por las características que en ella concurren en dicha enfermedad. Está formada por una capa de sustancia gris cuyo grosor es variable, siendo máximo de 4 mm a nivel del giro precentral y mínimo de 1’5 mm en la cisura calcarina. 1

La corteza tiene una superficie total de 2.500 cm2 y un volumen de unos 300 cm3, estando constituida por seis capas celulares. 1 Todas ellas quedan afectadas en la enfermedad de Parkinson. Pero antes haremos una breve descripción de las capas.

Capas de la corteza cerebral

De la superficie a la profundidad se distinguen las siguientes capas celulares. Las describiremos lo más simplificado posible, y así poder centrarnos mejor en el estudio de la electrofisiología patológica que produce la enfermedad de Parkinson.

Capa I. Capa molecular, plexiforme.

Está constituida por una densa capa de fibras procedentes de las dendritas apicales de las células piramidales de las capas III y V, axones ascendentes de las proyecciones talamocorticales no específicas y fibras de asociación. Tiene escasas células y son células de Cajal.1

Capa II. Capa granular externa

Está formada por numerosas células de los granos y algunas células piramidales. Se encuentra muy desarrollada en el hombre.

Capa III. Capa piramidal externa.

Es muy ancha y está constituida fundamentalmente por células piramidales. Los axones de las fibras piramidales se integran en el cuerpo calloso y fascículos de asociación. “En su parte basal hay sinapsis con fibras de proyección específicas del tálamo”. De esta parte hemos hecho una oportuna referencia, por su importancia, en el trabajo que hemos publicado sobre la enfermedad de Alzheimer.


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