Maltrato y envejecimiento. Algunas consideraciones, para la atencion integral al Adulto Mayor
Autor: Dr. Ernesto González González | Publicado:  27/08/2010 | Geriatria y Gerontologia | |
Maltrato y envejecimiento. Algunas consideraciones, para la atencion integral al Adulto Mayor .3

- Negligencia o abandono: implica descuido u omisión en la realización de determinadas atenciones o desamparo de una persona que depende de uno, o por el cual uno tiene alguna obligación legal o moral. La negligencia o abandono puede ser intencionada o no intencionada. La intencionada es cuando el cuidador por prejuicio o irresponsabilidad deja de proveer a la persona adulta los cuidados apropiados para su situación; sin embargo cuando el cuidador no provee los cuidados necesarios, por ignorancia o porque es incapaz de realizarlos, se considera que es negligencia o abandono no intencionado.

El abuso del adulto mayor puede presentarse en las cuatro categorías ya mencionadas y puede manifestarse de varias formas 10,11. En el ámbito familiar influyen, la diferencia generacional, donde están arraigadas las costumbres y modos de vida de los ancianos; el estrés del cuidador; nivel de dependencia de adulto mayor; la historia de violencia familiar; dificultades personales y financieras del cuidador; alcoholismo u otras adicciones; la falta de información y de recursos para la atención adecuada a una persona con discapacidad; aislamiento social del cuidador; falta de apoyo o de tiempo de respiro para el cuidador que es responsable por una persona discapacitada las 24 horas del día 11. En lo social influyen las barreras culturales y del conocimiento general que a veces limitan el acceso a servicios de importancia. Las mujeres son más vulnerables, y a la vez son inculpadas de maltrato por el rol asignado de cuidadoras 11.

Cada individuo es diferente; sin embargo existen características que influyen en la personalidad de los ancianos, y si bien no son problemas en sí, pueden llegar a serlo, sobre todo por la incomprensión de la familia 17,18,19. Entre los senescentes se establece casi siempre una relación de ayuda mutua basada en las actividades de la vida cotidiana, fundamentalmente en las relaciones padre- hijo, y abuelo- nieto, en la que el papel del anciano adquiere una importancia tendiente a satisfacer las necesidades de amor, cariño y comunicación que se expresan en las mismas. Las funciones vitales que ejerce la familia en términos de ayuda al adulto mayor sobrepasa la ayuda de cualquier organización formal. No siempre se toma en cuenta la forma de pensar y de decidir de nuestros viejos, no los queremos escuchar o no sabemos escucharlos y comprenderlos; en ocasiones los vamos desplazando, lo cual los limita en la realización de las actividades de la vida diaria, sin tener en cuente sus propias decisiones 18,19,20.

Se han identificado diversas situaciones que son consideradas como factores de riesgo de maltrato en ancianos, tales como: la edad, el abandono, los conflictos familiares, la ingestión de tóxicos por el cuidador que lo lleva a ser negligente y cometer errores, el hecho de ser mujer por ser inculpadas de maltratar, pues normalmente cumplen con el rol de cuidadoras, hombres ancianos que han sido violentos y la familia reproduce la forma en que fueron tratadas( son personas con estilos de afrontamientos pasivos y de evitación, más que estrategias activas de intervención frente a los problemas), parejas de larga data, personas que viven solas, ancianos que dependen física – emocional y económicamente de otras, enfermos con demencia o patologías en estadío terminal 10,11,21, etc.

Para abordar de forma integral el tema del Maltrato al Adulto Mayor debemos señalar los diferentes contextos en los que el anciano está inmerso 12,20,21. La aplicación del esquema de Bronfenbrenner( 1979/1987) 20,21, cuya aplicación nos permite ver como se instala la violencia en este grupo poblacional: el microsistema, que es el medio más directo relacionado con la persona y conformado por la familia, el vecindario y las instituciones; el mesosistema, es la interacción entre los microsistemas e incluye los cuidados, la salud y la economía; el ecosistema, formado por el contexto y circunstancias sociales, políticas, culturales, científicas y económicas( servicios públicos, seguridad social, etc); y por último el microsistema, que incluye las creencias religiosas, la comunicación y las representaciones sociales 12,20,21.

Desde cada uno de estos sistemas surgen situaciones que pueden llevar a situaciones de violencia hacia los ancianos. Desde el microsistema surgen los prejuicios y mitos que sufre toda persona por haber cumplido más de 64 años, lo que Butler (1968) llamó ageism, y que Salvarezza le llama viejismo 20,21. Este último autor en su reimpresión de la Psicogeriatría del año 2002, toma este concepto en la categoría de creencia, apoyado en Britton (1994); “subyace en el viejismo el espantoso miedo y pavor a envejecer y por lo tanto el deseo de distanciarnos de las personas mayores que constituyen un retrato posible de nosotros mismos en el futuro” 20,21. Sabemos que los prejuicios determinan que el viejo debe modificar su conducta y sus deseos de acuerdo a los más jóvenes. Viejo es igual a dependiente, enfermedad, soledad, egoísmo, terquedad o rigidez, pérdida de la sexualidad, falta de creatividad y de posibilidades de aprendizaje, pues su mundo gira en torno a su cuerpo. Toda esta negatividad lleva a la estigmatización y que sean considerados de menor valor que los más jóvenes, y por ende que el maltrato no pueda ser percibido como un problema tan serio como el de las personas más jóvenes (Kosberg 2000), más aún si están discapacitadas 21,22,23.

Atendiendo a lo expuesto, lo que debemos cambiar es el tipo de vínculo existente entre los actos que se entrecruzan, y es ahí donde podemos actuar, introduciendo un cuestionamiento de ideas, una alternativa y freno en las acciones, en las emociones, con lo cual introducimos una posibilidad de cambio en los sistemas, para lo cual debemos revisar nuestras creencias, emociones, nuestras formas propias de comunicación y nuestro lenguaje; revisar la manera de contribuir a que no continúen las relaciones abusivas y la violencia y propiciar un cambio en el futuro cercano 24,25,26.

El mundo actual desde cualquier latitud y edad, ha sido impactado por los cambios socioeconómicos; pero el anciano de hoy día ha sido el “ protagonista” de todos los cambios: ante su mirada apareció el sistema social mundial más justo y también presenció su derrumbe, en medio de una creciente economía de mercado llega al final de la vida con menos recursos para enfrentar el universo de la tecnología y la competencia; fue hijo y nieto de una familia tradicional y hoy vivencia una pérdida de su autoridad cuando le correspondió ser abuelo de familia, con menos posibilidades de ser cuidado por esta; ante su mirada, la mujer salió del hogar por vez primera y para siempre; llega al final de siglo como parte de una población que crece por primera vez en todo el mundo y se siente parte de esa alarma 16.

En Cuba existen condiciones humanistas ventajosas para el trabajo con los ancianos, y que potencian a esa generación como emergente de cambio social. Contamos con recursos espirituales que no son suficientemente utilizados en el diseño de modelos de atención a la tercera edad 16. EL adulto mayor cubano ha sido parte de los procesos más universales de cambios, y protagonista de un proyecto social de justicia que lo dignifica, y ha desarrollado su etapa de adulto maduro a lo largo del proyecto social, que los ha impactado como generación mayor de cambios, por lo cual merecen toda nuestra consideración, ayuda y respeto 16.

Bibliografía

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