Comportamiento de Enfermedades Cronicas no Transmisibles en Adultos Mayores
Autor: Gustavo Rangel Carredano | Publicado:  26/10/2010 | Medicina Interna , Geriatria y Gerontologia | |
Comportamiento de Enfermedades Cronicas no Transmisibles en Adultos Mayores .2

El tratamiento de los datos se realizó mediante la utilización de un sistema de bases de datos (EPINFO-6.0). Se utilizaron medidas para datos cualitativos como son las frecuencias absolutas y los porcentajes.

Resultados

Se encontró una alta prevalencia de factores de riesgo cardiovasculares y enfermedades crónicas no trasmisibles; 55.0 por ciento de los participantes refirieron antecedentes de hipertensión arterial y el 51.7 por ciento cumplieron los criterios de la Sociedad Internacional de Hipertensión (4), 18.3 por ciento tenían un diagnóstico anterior de diabetes mellitus, y 9.3 por ciento refirieron antecedentes de ictus (enfermedad cerebro vascular) diagnosticada por un médico especialista (Tabla 1). Las enfermedades del corazón fundamentalmente la cardiopatía isquémica representaron el 32.3%.

Con relación a la distribución de ancianos según presencia de enfermedades no transmisibles y sexo se observo una frecuencia casi similar para la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la enfermedad cerebrovascular y el deterioro cognitivo; no obstante, se observaron diferencias en mujeres y hombres como es el caso de la depresión con un predominio en mujeres del 9.6% y en hombres solo del 0.98% de los estudiados, otros factores predominaron en hombres como es el caso del alcoholismo con un 5.9% de los estudiados y el habito de fumar con un 37.3%.

En la Tabla 2 se presenta la distribución de los pacientes con enfermedades del corazón según tipo de afección. Se puede apreciar un predominio de las afecciones por cardiopatía isquémica con una frecuencia del 37.1.4%, seguido por las valvulopatías en un 16.5%. Dos o más enfermedades cardiacas asociadas se encontró en un tercio de los pacientes estudiados, predominando la asociación cardiopatía isquémica y su consecuencia insuficiencia cardiaca.

En relación con la distribución de los ancianos con enfermedad cerebro vascular según tipo de afección, podemos observar que de los pacientes con ictus isquémico fue la afección de mayor prevalencia con un 53.7% y la de menor fue el Ictus Hemorrágico con un 10.7%.

En la tabla 3, mostramos la prevalencia de demencia, deterioro cognitivo leve y depresión por grupos de edades y en relación con la muestra total. La prevalencia de demencia se incremento desde un 3.9% en el grupo de 65-69 a 23.6% en el de 80 y mas anos, con una prevalencia global de un 12%. La prevalencia de depresión resulto mayor en los grupos de edades extremos y estuvo presente en el 6.6% de los pacientes estudiados.. La prevalencia de demencia fue superior en el sexo femenino 14.1% a diferencia de un 7.8% en el sexo masculino.

La enfermedad de Alzheimer constituyo dos tercios del total seguida por la demencia vascular con un 22.2%.(Tabla 9)

Discusión

Las enfermedades crónicas no trasmisibles constituyen en la actualidad la principal causa de muerte en todas las regiones del mundo, con excepción del África Sub – Sahariana. De los 35 millones de muertes en el año 2005 debido a enfermedades crónicas no trasmisibles, 80% ocurrieron en países en vías de desarrollo (5). Esto se debe en parte a que la inmensa mayoría de los adultos mayores viven en estas regiones - 60% hoy día y alcanzarán un 80% en el año 2050. Sin embargo, el cambio en los patrones de factores de riesgo también es un contribuyente de lo que está aconteciendo. América Latina ejemplifica la tercera etapa de la transición en salud. Con el incremento en la esperanza de vida, las dietas ricas en grasas, el habito de fumar y los estilos de vida sedentarios se hacen más comunes, por tanto las enfermedades cardiovasculares, se convierten en el problema más sobresaliente de la salud pública – mayor que en aquellas regiones que se encuentran en la segunda etapa (China e India) donde los factores de riesgo son menos prominentes y las regiones en la cuarta etapa (Europa) donde las políticas de salud pública han reducido los niveles de exposición (6-7).

El 9% de los adultos mayores estudiados viven solos. Datos estadísticos de 18 países desarrollados muestran un incremento en el número de personas adultos mayores que viven solas. Esta tendencia es más común en las mujeres. Pensamos que las extensiones familiares, podrían actuar como una red de apoyo, para mantener la socialización del adulto mayor, estimular su reserva cognitiva y su funcionabilidad social y familiar.

En el estudio Salud y Bienestar en las Américas (SABE) 7 el 44 por ciento de las personas mayores declararon ser hipertensos, con predominio de las mujeres. Esta cifra se basó en el reporte de la enfermedad y no en la medición de la tensión arterial como en nuestro estudio.

En el estudio referido 14.8 por ciento, refirió antecedentes de diabetes mellitus, y se encontró una tasa de prevalencia de 9.7 por ciento de enfermedad cerebrovascular para la Ciudad de La Habana, nosotros utilizando los criterios del Instituto Nacional de Salud – NIH encontramos una tasa de prevalencia de 18.3 por ciento.

En Cuba se han realizado varias investigaciones para evaluar la morbilidad de los mayores de 60 años; hay varios estudios locales que recogen cifras de prevalencia cercanas a las tasas nacionales.
Para las enfermedades crónicas no trasmisibles sujetas a dispensarización, las tasas de prevalencia más altas correspondieron a la hipertensión arterial, la cardiopatía isquémica y la diabetes mellitus con cifras de 552,9, 121,0 y 114,4 por 1 000 habitantes respectivamente en el año 2003. El análisis diferencial por sexo muestra tasas superiores en el sexo femenino para las causas seleccionadas, excepto para las enfermedades cerebrovasculares con una prevalencia ligeramente mayor en los hombres. (8)

La prevalencia de hipertensión arterial es alta en la población de edad geriátrica con cifras reportadas de 57% en hombres y 60% en mujeres.

Una revisión clínica sobre insuficiencia cardiaca (IC) en el adulto mayor (5) señala como hallazgo importante que la distingue de la que se presenta en los pacientes de mediana edad el aumento en la proporción de casos con función sistólica normal o disfunción “diastólica” (10% en menores de 60 años vs 50% en mayores de 75 años). Después de los 80 años se incrementan los síntomas atípicos como confusión, somnolencia, irritabilidad, fatiga, anorexia e inactividad.

El análisis global de los resultados de diversos estudios realizados en la población de 65 años y más, revela una prevalencia del síndrome demencial en Europa de un 9.4 por ciento y un 7.1 por ciento en América del Norte (9).

Guerra Hernández (10), en un estudio realizado en la población de Marianao reporta una prevalencia de 7.76 por ciento.

En el estudio sobre discapacidad y Alzheimer, un estudio puerta a puerta, realizado en el municipio Playa, en el que se estudiaron 18351 personas mayores de 65 años, se encontró una prevalencia de 9.3 por ciento(11).

El incremento de la demencia con la edad encontrada en el estudio, es semejante a la reportada en la literatura consultada (18).Con respecto a la prevalencia de demencia por sexo, la mayoría de los estudios reportan que las féminas son las más afectadas(9,10).

Las prevalencias encontradas coinciden con otros autores, donde la enfermedad de Alzheimer probable ocupa el primer lugar, seguida de la demencia vascular (4,7-11). A pesar de las limitaciones que en relación con los instrumentos diagnósticos utilizados pudieran ser señaladas, la confiabilidad del diagnóstico de Enfermedad de Alzheimer Probable, según los criterios del NINCD-ARDRA es elevada. Sin lugar a dudas la Enfermedad de Alzheimer constituye un problema de salud creciente, y dado las tendencias demográficas actuales, ha sido llamada la epidemia del siglo.


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