Algunas consideraciones sobre las conductas de riesgo de los adolescentes
Autor: Luzmila Fuentes | Publicado:  15/03/2011 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Pediatria y Neonatologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Articulos | |
Algunas consideraciones sobre las conductas de riesgo de los adolescentes .2

Psicología evolucionista y conductas de riesgos

En relación con las conductas de riesgo, la psicología evolucionista, explica que la asunción de riesgos favorecería la salida del adolescente del grupo familiar, eliminando el peligro de endogamia y llevando a un inicio precoz de la actividad sexual y reproductiva, que pudiera tener un posible valor adaptativo desde un punto de vista evolucionista (6).

Por consiguiente, se han señalado ventajas adaptativas adicionales para el varón adolescente, tanto referidas al proceso de selección natural, según la cual los sujetos con una mayor disposición a afrontar peligros tendrían más posibilidades de sobrevivir y el caso particular la selección sexual, los individuos que asumen mas peligros resultarían parejas sexuales más atractivas y tendrían por tanto, más posibilidades de reproducirse y transmitir sus genes, sin embargo esta tendencia al peligro debe ser transmitida genéticamente, para que los procesos de selección natural y sexual puedan darse. (6)

Por otra parte, la adolescencia se relaciona con un período de búsqueda de sensaciones y comportamientos imprudentes, que algunas veces derivan en serios daños para su integridad física y psíquica., pero esta búsqueda de novedades, tiene un importante valor para el aprendizaje de estrategias de supervivencia y la adquisición de independencia, comportando al tiempo una gran vulnerabilidad (8).

Asimismo, se plantea, que es posible que una actitud adolescente conservadora y de evitación de riesgos, se asocie a una menor incidencia de algunos problemas de comportamiento y de salud, pero no obstante, es probable que esa actitud tan precavida conlleve a un desarrollo deficitario en áreas, como el logro de la identidad personal, la creatividad, la iniciativa personal, la tolerancia ante el estrés o las estrategias de afrontamiento. (6)

Otras consideraciones sobre las conductas de riesgo

En consecuencia, los cambios hormonales conocidos, la remodelación a nivel cerebral y búsqueda de sensaciones, pueden ayudarnos a entender muchos de los comportamientos que observamos a esta edad.

Sin embargo, frente a aquellos autores que consideran, que algunas limitaciones cognitivas afectan a la toma de decisiones previas a la asunción de riesgos, se plantea que el hecho de que, los jóvenes asuman más riesgos no sería fruto de un razonamiento deficiente. (6)

Por el contrario, se trataría de una elección racional y con mucho sentido, ya que para los adolescentes el futuro es más incierto que para los adultos, y demorar la gratificación inmediata en aras de unas ganancias venideras inciertas, sería más irracional entre aquellos adolescentes con unas expectativas de futuro más inciertas y pesimistas. (6)

Este hecho permite pensar que los adolescente, no se sienten invulnerable más bien tienen una clara visión de lo efímero de la vida, que lo induce a la inmediatez en el logro de la gratificación. Los jóvenes han expresado que, a diferencia de lo que los adultos se han empeñado en imponerles, el valor y el sentido de su vida están en el presente, en vivir el momento actual, no en el sentido de irresponsabilidad que los adultos les han querido imponer, sino en el sentido preciso, concreto y objetivo de vivir el día, construyendo sentido para su hoy ahora anclado en sus condiciones actuales (9)

Es relevante entender que los adolescentes, tienen capacidad para comprender, analizar y articular un conjunto de elementos importantes, y con ellos decidir, su futuro desde sus propios marcos de referencias.

Otros aspectos importantes a considerar en los problemas del riesgo en el proceso de construcción de la identidad y la inserción personal propias de la adolescencia, serian la dimensión la social y la personal en el riesgo (10)

En la dimensión social, en el riesgo entre otros, se proponen algunos factores sociales y ambientales, que influyen en la aparición de conductas de riesgo y que podrían conducir a resultados negativos en los jóvenes. En lo social, el proceso de individuación puede producirse en el marco de dos situaciones: Cuando los jóvenes cuentan con la posibilidad y la capacidad de articular el dominio sobre sus necesidades y la separación paulatina del grupo primario de dependencia y cuando la sociedad no les brinda oportunidades para hacerlo, ni fomenta el desarrollo de las capacidades requeridas. (10)

En cuanto a la dimensión personal en el riesgo, durante la adolescencia, es cuando emerge gradualmente la personalidad con sus características de adquisición de destrezas, juicio crítico y los sentimientos de autoestima. La adaptación positiva a estas adquisiciones, permitirá al adolescente enfrentar las situaciones y cumplir con las tareas requeridas con menos riesgo de sufrir un desequilibro emocional, y verse expuesto al peligro con mayores posibilidades de auto conducción protectora. (10)

Ahora bien, la construcción de la identidad en la adolescencia puede obtenerse mediante el reconocimiento de características personales y la exploración de nuevas posibilidades desde la perspectiva de un compromiso con el futuro. (10)

Por otra parte es importante señalar que según Rutter citado por Rojas (10) que un mismo factor puede ser de riesgo y/o protector por el desarrollo de nuevas actitudes y destrezas, según las circunstancias. En tal sentido, la persona al exponerse gradualmente al peligro, aprende a desarrollar alternativas con posibilidad de responder más efectivas ante ese peligro, y puede conducir a una reducción de la vulnerabilidad (10)

Desde esta perspectiva, se puede decir que riesgo y protección, son antagónicos y complementarios al ser los polos negativo y positivo del mismo constructo, asumiendo que cuando se habla de protección, el proceso que da lugar al incremento o disminución del riesgo, puede no necesariamente significar que la variable o experiencia sea, en sí misma, positiva o negativa. Los factores de riesgo operan la noción de vulnerabilidad, en tanto categoría, que toma en cuenta los contextos histórico, cultural, social y económico, conduciendo al trastorno y operan directamente, en tanto que los factores o mecanismos de protección sólo se activan al entrar en interacción con los primeros. (10)

De allí, que la protección ésta en el modo en que cada individuo se conduce en los cambios vitales o en las experiencias que le someten a presión y le hacen vulnerable a la influencia de los factores de riesgo. Asimismo, estos factores no son entidades que actúen aisladamente determinando unívocamente unas conductas, sino que al interrelacionarse, predicen tendencias generales de actuación. (10)

Riesgos sexuales

En el caso especifico de los riesgos sexuales, el primer estudio mundial sobre Salud Sexual y Reproductiva, coordinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostiene que las relaciones sexuales sin protección, son la segunda causa más frecuente de enfermedad y muerte en países en vías de desarrollo y la novena en naciones desarrolladas, por lo cual éste organismo calificó, el riesgo de las relaciones sexuales no seguras como enorme y creciente. (11)

Por consiguiente, el embarazo no deseado, los abortos e infecciones de transmisión sexual, incluyendo VIH/SIDA, son el resultado de conductas sexuales de riesgo. Igualmente estas prácticas pueden producir otros daños, como el social que afectan al individuo, a la pareja y a la comunidad. Entre esos daños, se encuentra la interrupción de la escolaridad, la ruptura de los planes de vida o los sueños futuros, los conflictos de pareja, y desintegración familiar.

Algunos estudios como el de Fernández (12) y Bozon citado por Brito (13) plantean el valor que tiene la subjetividad, para decidir tener prácticas sexuales no protegidas, esas valoraciones se asientan en creencias, mensajes no verbales o asunciones personales basadas en la intuición, interpretaciones personales, confianza, estados emocionales.

Esto lleva a pensar que el comportamiento de riesgo sexual, es más que tener prácticas sexuales sin condón, y puede tener diferentes significados para quienes practican esta conducta. (11).

En tal sentido, a pesar del conocimiento e información, el sexo de riesgo, es explicado porque "satisface" ciertas necesidades no sexuales o psicológicas (afectivas, socio-emocionales), entendidas también como motivos o decisiones no racionales. (12)

En ese mismo orden de ideas, Bozon, citado por Brito refiere la necesidad de definir lo que las personas entienden por riesgo, ya la definición que se maneja en la prevención del VIH/Sida, es una abstracción que generalmente no es la misma, que tiene el ciudadano común, quien rige su vida bajo otras jerarquías de riesgos. (13)


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