Calidad de vida e independencia en las actividades basicas e instrumentales en un adulto mayor de 100 años de edad
Autor: Vanessa Melero | Publicado:  29/11/2011 | Enfermeria , Geriatria y Gerontologia , Articulos , Casos Clinicos | |
Calidad de vida independencia actividades basicas e instrumentales adulto mayor 100 años edad .2

Es evidente entonces que si el envejecimiento comprende un declive de las funciones corporales que vieron su máximo esplendor durante la juventud, este se relacione con una pérdida de la calidad de vida y de la independencia en las actividades básicas e instrumentales que sostienen nuestros estilos de vida, haciendo que parezca casi imposible hablar sobre salud durante la vejez, ya que está íntimamente relacionada con los famosos “achaques” de los adultos mayores.

Ante la situación planteada, surge la necesidad de redefinir el término de salud adaptándolo específicamente a la población de adultos mayores estudiada en la comunidad, ya que, según Miller, para ellos “la salud es la facultad para funcionar a su máxima capacidad, a pesar de los cambios del envejecimiento y de los factores de riesgo” (4).

Es importante diferenciar entre los cambios del envejecimiento y los factores de riesgo que afectan la función de los adultos mayores. “Estos factores de riesgo, como las deficiencias en la nutrición, el aporte de líquidos, el ejercicio y las relaciones sociales, influyen sobre el funcionamiento más que la mayoría de los cambios debidos a la edad” (5).

De acuerdo con lo señalado por el autor antes mencionado, sería importante definir, lo que el término calidad de vida significa, como parte fundamental de la salud, ajustándolo a la población de adultos mayores. Según la OMS, “es la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes, Se trata de un concepto que está influido por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con su entorno” (1).

Otros autores señalan que “la calidad de vida del adulto mayor se da en la medida en que logre el reconocimiento a partir de las relaciones sociales significativas” (6). Esto implica que puede vivir esta etapa como una prolongación y continuación de un proceso vital. Si esto no es posible se vivirá como una fase de declinación funcional y aislamiento social del adulto mayor.

De igual modo, Vera (2007), en su investigación sobre el Significado de la Calidad de vida del Adulto Mayor para sí Mismo y para su Familia, concluye que “la representación social acerca del significado de la calidad de vida para el adulto mayor es tener paz, tranquilidad en su vida cotidiana; es ser cuidado y protegido por la familia, con dignidad, afecto, respeto por su persona y por sus bienes materiales, ayudándole a lograr sus metas, permitiéndole ejercer su derecho de libre expresión, comunicación, de decisión, en todo lo que se le relacione a él. Y, para la familia, es proporcionarle dentro de lo posible, alimentación, vestido, vivienda e higiene” (7).

Cabe destacar que, cuando las personas envejecen, la capacidad para vivir independientemente es una importante prueba de competencia cognitiva medida por las actividades de la vida diaria (AVD). Según la investigación “Conducta del Adulto Mayor Hacia las Actividades Básicas e Instrumentales de la Vida Diaria y su Estilo de Vida Saludable”, realizada por Ramírez Omaira y Henríquez Elda, “Las consideraciones sobre el estado y necesidades de salud de las personas mayores llevan necesariamente a la evaluación de la calidad de vida, incluyendo salud general, capacidad funcional, bienestar psicológico, integración social y satisfacción por la vida. Al respecto, la vida diaria genera unos requerimientos que se han de satisfacer mediante la integración de las capacidades funcionales del anciano y los recursos externos, fomentando un nivel adecuado de equilibrio que genere satisfacción e incremente su calidad de vida” (8).

Sobre este particular, las actividades de la vida diaria (AVD) se definen como “el conjunto de conductas que una persona ejecuta todos los días o con frecuencia casi cotidiana para vivir de forma autónoma e integrada en su medio ambiente y cumplir con su papel social (9). El nivel de independencia con que se realizan dichas actividades define en gran medida la calidad de vida en los adultos mayores.

En tal sentido, seleccionamos un adulto mayor de la comunidad El Consejo, Parroquia Miguel Peña, con el fin de evaluar su condición de salud en base a las referencias anteriores, con el objetivo de evaluar si es posible tener calidad de vida e independencia en las actividades básicas e instrumentales pasando por mucho la barrera de los 70 años, que es la esperanza de vida promedio de nuestro país, alcanzando los 100 años de edad, siendo de las personas que superan los 85 años, conformando así la mínima cifra del 0.38% de la población general.

Para ello se realizará la Valoración Gerontológica, que “es un proceso diagnóstico multidimensional e interdisciplinario destinado a identificar, describir y cuantificar los problemas físicos, funcionales, psíquicos y sociales que pueda presentar el Adulto Mayor” (10). Tiene como fin poder diseñar un plan de cuidados global, la optimización de los recursos disponibles y permitir el seguimiento y evolución del Adulto Mayor.

Así mismo, se utilizarán instrumentos de valoración específicamente diseñados para la población geriátrica, que “están destinados a identificar y cuantificar alteraciones en áreas muy específicas que puedan afectar igualmente tanto la salud del Adulto Mayor como su capacidad de autocuidado” (10).

En este caso específico, utilizaremos la Escala de Lawton y Brody, la Escala de Riesgo de Caídas Múltiples, la Escala de Depresión Geriátrica de Yesagave y el Índice de Katz.

Ahora bien, la atención integral del paciente requiere que se desarrolle todo un proceso de análisis minucioso que no debe dejarse al azar. Por ello es indispensable la utilización del Proceso de Enfermería, marco que rige el ejercicio profesional de las actividades del cuidado humano y que será la base de aplicación de los cuidados en el presente caso clínico. Implica la aplicación del método científico en la práctica asistencial de la disciplina, de modo que se pueda ofrecer, desde una perspectiva enfermera, unos cuidados sistematizados, lógicos y racionales. Este método le da a la profesión la categoría de ciencia.

“El proceso de Enfermería es un método racional y sistemático de organizar y prestar los cuidados. Su objetivo es identificar el estado de salud del cliente, los problemas reales o posibles de su salud, establecer unos planes para atender a las necesidades que puedan identificar, y determinar las intervenciones específicas de enfermería para cubrir las necesidades” (11).

Está constituido por cinco fases que se llevan a cabo de forma organizada y dependiente una de la otra. Estas fases son: valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación.

Cabe destacar que existe gran diversidad de Teorías y Modelos que sustentan la aplicación de este proceso. En este caso se usará como referencia el presentado por Margory Gordon, conocido como el Modelo de los 11 Patrones Funcionales de Salud, cuyo eje principal son los diagnósticos de enfermería. “Los diagnósticos clínicos formulados por profesionales enfermeros, describen problemas de salud reales o potenciales, que las enfermeras en virtud de su educación y experiencia están capacitadas y autorizadas a tratar”. “Un patrón funcional está definido como una configuración de comportamientos que ocurren de forma secuencial en el transcurso del tiempo”. Los datos utilizados durante el juicio clínico son más las secuencias de comportamientos que hechos aislados” (12).

Los patrones funcionales de salud descritos por Margory Gordon en su Modelo son los siguientes:

1. Patrón Percepción - Manejo de Salud;
2. Patrón Nutricional – Metabólico;
3. Patrón Eliminación;
4. Patrón Actividad – Ejercicio;
5. Patrón Sueño – Descanso;
6. Patrón Cognoscitivo – Perceptual;
7. Patrón Autopercepción – Autoconcepto;
8. Patrón Rol – Relaciones;
9. Patrón Sexualidad – Reproducción;
10. Patrón de Adaptación al Estrés;
11. Patrón Valores – Creencias. (11)

OBJETIVO GENERAL: Evaluar la calidad de vida y la independencia en las actividades básicas e instrumentales en un Adulto Mayor de 100 años de edad, aplicando el Proceso de Enfermería, enmarcado en el Modelo Conceptual de Margory Gordon.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

1.- Valorar los datos subjetivos y objetivos a través de los Patrones Funcionales de Salud en el Adulto Mayor.
2.- Identificar los Diagnósticos de Enfermería.
3.- Planificar las intervenciones de Enfermería para los diagnósticos de prioridad.
4.- Ejecutar el plan de cuidados elaborado junto con el Adulto Mayor, adaptándolo a sus necesidades.
5.- Evaluar los resultados obtenidos luego de las intervenciones.


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