Revision sobre nutricion parenteral total en pacientes de Cuidados Intensivos
Autor: Amaya Mañeru Oria | Publicado:  30/11/2011 | Enfermeria , Cuidados Intensivos y Cuidados Criticos , Endocrinologia y Nutricion , Articulos | |
Revision sobre nutricion parenteral total en pacientes de Cuidados Intensivos .2

Complicaciones

La administración de nutrición parenteral puede asociarse a complicaciones graves asociadas al catéter vascular, complicaciones metabólicas, hepato-biliares, óseas y las infecciones relacionadas al catéter.

Las complicaciones asociadas al catéter vascular pueden darse por una mala ubicación del catéter, oclusión, ruptura del catéter o trombosis entre otras. Es preferible que el catéter sea canalizado a través de la vena subclavia derecha, ya que es más cómodo para el paciente y entraña menos complicaciones comparándolo con la canalización de la vena femoral. Al colocar la nutrición parenteral en el catéter de la vena femoral se aumenta el riesgo de tromboembolismo y de infección (13).

En cuanto a las complicaciones metabólicas el estudio de Bonet A y Grau T. (2) muestra que las complicaciones más frecuentes fueron las hiperosmolaridad, las diselectrolitemias y en último lugar las hipertrigliceridemias. Obtuvieron más casos de hiperglucemia que de hipoglucemia porque en su estudio no llevaban control estricto de glucemias y se administraba insulina a partir de 200mg/dl. Además de este hay otros estudios hacen referencia al control glucémico durante la administración de nutrición parenteral, ya que los pacientes ingresados en UCI tienen aumentados los requerimientos de insulina por el dolor, traumatismo y sepsis entre otros (16). Existe cierta controversia en cuanto a con qué frecuencia se deben realizar controles glucémicos, Blackburn GL, Wollner S y Bistrian BR (17) hacen referencia a la necesidad de que los controles en UCI sean estrictos, recomendando como valores de normoglucemia 80-110 mg/dl. En cambio, Finney SJ, Zekveld C y Evans TW (18), recomiendan que los niveles de glucemia estén alrededor de 150mg/dl, ya que se consiguen resultados iguales de mortalidad. Se ha demostrado que un control estricto de glucemias desencadena un aumento de incidencia de hipoglucemia.

En cuanto a las alteraciones hidroelectrolíticas pueden ser potencialmente mortales, entre ellas destacan, las alteraciones del potasio, que pueden causar arritmias, la acidosis e insuficiencia renal, y las alteraciones del fósforo, que pueden provocar debilidad y disfunción del sistema nervioso central entre otras.

La hiperlipidemia se desarrolla durante la infusión, pero debe desaparecer a las 2-4 horas de la misma. Las complicaciones de las emulsiones lipídicas se relacionan con la velocidad de administración y son más probables cuando se supera el metabolismo basal. El síndrome de sobrecarga lipídica incluye convulsiones focales, fiebre, leucocitosis, cefalea, dolor abdominal, náuseas, vómitos, trombocitopenia y hepato-esplenomegalia.

Las complicaciones hepato- biliares se producen cuando se comienza a administrar la nutrición parenteral, que se produce un aumento de transaminasas y fosfatasa alcalina. La elevación de enzimas hepáticas no es una indicación para interrumpir nutrición parenteral por sí misma, pero sí se debe disminuir el aporte de hidratos de carbono, aminoácidos, evitar la sobrealimentación y usar lípidos estructurados. Los problemas más descritos son colelitiasis, atrofia gastrointestinal y gastritis por estrés.

Las complicaciones óseas se dan en nutrición prolongada, de dos a tres meses, probablemente por toxicidad del aluminio o hipervitaminosis, se produce osteomalacia y osteopenia.

En cuanto a las complicaciones infecciosas, en el estudio de Borba Mesiano RA y Merchan Hamann E. (15), la tasa de infección encontrada fue asociada al tiempo de hospitalización, al tiempo de permanencia del catéter, a la localización en vena subclavia derecha, al uso de catéter de doble luz y a la presencia concomitante de traqueotomía. Todos estos factores de riesgo son habituales en los pacientes ingresados en UCI, éstos, están más predispuestos a complicaciones infecciosas, por eso hay que tratar de disminuir estos factores de riesgo con los convenientes cuidados de enfermería (19). Dissanaike S, Marilyn S, Warner K y O`Keefe GO (20) realizaron un estudio en el que comprobaron que el aumento de calorías en la nutrición parenteral no induce mayor riesgo de infección como se pensaba, sino que el riesgo de infección está relacionado con los cuidados del catéter.

Sobre los cuidados de los catéteres venosos centrales, la CDC (21) (Centers for Disease Control and Prevention) elabora una serie de recomendaciones que son adaptadas a la realidad de nuestro medio por un grupo de profesionales españoles. Está formada por miembros de organizaciones profesionales que representan las disciplinas de medicina de cuidados críticos y enfermería entre otros. El objetivo que tienen es disminuir la incidencia de infección asociada a catéteres intravasculares. Este grupo de trabajo, como resultado de una revisión bibliográfica expone que las infecciones asociadas a un catéter venoso central en España son de un 5.5% si es de acceso central, un 4.0% si es un catéter venoso central de acceso periférico y que se incrementa en un 2,5% si el catéter se utiliza para administrar nutrición parenteral.

El estudio de Bonet A y Grau T. (2) concluye que las complicaciones relacionadas con la nutrición parenteral en el enfermo crítico tienen elevada incidencia durante el tiempo en que esta se administra, pero que un buen conocimiento de las mismas, el uso de protocolos, guías de práctica clínica y un correcto entrenamiento hacen que estas tengan poca relevancia clínica, que comporten pocas actuaciones terapéuticas y no sean causa definitiva de supresión definitiva de nutrición parenteral.

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