Intervencion educativa en adultos mayores con enfermedad cerebrovascular
Autor: Dra. Leydis Proenza Fernández | Publicado:  25/01/2012 | Articulos , Geriatria y Gerontologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Neurologia , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Intervencion educativa en adultos mayores con enfermedad cerebrovascular .2

RESULTADOS

Tabla 1. El nivel de conocimientos que tenían los adultos mayores sobre los factores de riesgo modificables de la enfermedad cerebrovascular (ECV) era inadecuado: representaba el 65,4% con 17 pacientes. Al intervenir con la aplicación del programa educativo, se evidenció un 88,5% de nivel de conocimientos adecuado con 23 pacientes.

TABLA 1. Determinación del nivel de conocimientos sobre los factores de riesgo modificables de la enfermedad cerebrovascular (ECV) 

enfermedad_cerebrovascular_mayores/tabla_uno_conocimientos

Tabla 2. Antes de la intervención, predominó la hipertensión arterial (HTA) descompensada con un 76,9% seguida de la no práctica de ejercicio físico con un 57,6%. Ocupó el último lugar la cardiopatía isquémica descompensada con un 11,5%. Una vez aplicado el programa, logramos modificar el estilo de vida en los adultos mayores: compensamos el 57,6% de los pacientes con hipertensión arterial (HTA), incorporamos a la práctica de ejercicios físicos a un 34,6%, un 26,9% modificó su conducta ante la ingestión de bebidas alcohólicas y la dieta y compensamos la totalidad de pacientes con cardiopatía isquémica descompensada.

TABLA 2. Modificación del estilo de vida de los adultos mayores con enfermedad cerebrovascular (ECV) 

enfermedad_cerebrovascular_mayores/tabla_dos_modificacion

DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Al analizar la tabla 1, observamos el inadecuado nivel de conocimientos que tenían los adultos mayores sobre los factores de riesgo modificables (hipertensión arterial - HTA, cardiopatía isquémica, no práctica de ejercicio físico, ingestión de bebidas alcohólicas, dieta inadecuada, tabaquismo, obesidad) de la enfermedad cerebrovascular (ECV) al representar el 65,4% de la muestra estudiada con 17 pacientes. Al intervenir con la aplicación del programa educativo, se evidenció la adquisición de estos conocimientos por parte de los adultos mayores, pues el adecuado nivel de conocimientos lo representó el 88,5% con 23 pacientes. Sentenciaron los resultados obtenidos la utilidad en la aplicación del programa educativo.

Los resultados coinciden con los obtenidos por Cedeño Safont, quien encontró en su investigación desconocimiento sobre los factores de riesgo de la enfermedad cerebrovascular (ECV), situación que resulta preocupante, pues si las personas desconocen que están predispuestos a sufrir una enfermedad cerebrovascular (ECV), no son capaces tampoco de prever las consecuencias que ello entraña y las enfermedades cerebrovasculares (ECV) constituyen siempre una urgencia médica. (8)

Rodríguez Valido refiere en su estudio que antes de la aplicación del programa educativo, el 15% de la muestra tenía conocimientos sobre los factores de riesgo de la enfermedad cerebrovascular (ECV), resultado que fue modificado positivamente al final de la intervención, hallazgo que concuerda con lo encontrado en la investigación realizada. (9)

En otros estudios de intervención, como el desarrollado por el doctor Pérez en Santiago de Cuba, los resultados generales obtenidos coincidieron con lo referido en esta investigación, pues al lograr modificar positivamente los conocimientos de los integrantes de la casuística, se demostró la efectividad del programa educativo aplicado. (10)

En cualquier sistema de salud resulta imprescindible desarrollar una cultura médica, tanto en la población como en el personal de salud que la atiende, sobre las medidas preventivas encaminadas a no adquirir factores de riesgo y controlar o eliminar los ya existentes en aras de disminuir la aparición de las enfermedades. Al respecto, similares resultados a los de esta investigación fueron obtenidos en la literatura médica consultada. (11)

Cualquier intervención educativa para prevenir una enfermedad cerebrovascular (ECV) es de gran utilidad, ya que aporta beneficios no solo a los pacientes y a sus familiares, sino también al estado, sobre el cual recae una importante carga económica y social. Al superar los conocimientos básicos de la enfermedad, los adultos mayores están mejor preparados para afrontarla y, de esta forma, contribuyen a mejorar su calidad de vida y disminuyen la incidencia de complicaciones.

Teniendo en cuenta lo antes expuesto, se concluye que la intervención educativa incrementó adecuadamente el nivel de conocimientos sobre los factores de riesgo de las enfermedades cerebrovasculares (ECV), por lo que se demostró la efectividad del programa de actividades aplicado a los pacientes.

Tabla 2. Exponemos cómo se modificó el estilo de vida mediante la aplicación del programa educativo. Encontramos que antes de aplicar el programa de intervención predominó la hipertensión arterial (HTA) descompensada con un 76,9% seguido de la no práctica de ejercicio físico con un 57,6%, ocupó el último lugar la cardiopatía isquémica descompensada con un 11,5%. Una vez aplicado el programa, logramos modificar el estilo de vida en los adultos mayores: compensamos el 57,6% de los pacientes con hipertensión arterial (HTA), incorporamos a la práctica de ejercicios físicos a un 34,6%, un 26,9% modificó su conducta ante la ingestión de bebidas alcohólicas, al disminuir o eliminar su consumo y además modificaron su dieta, y compensamos la totalidad de pacientes con cardiopatía isquémica descompensada; sin embargo, no logramos modificar la obesidad, la que permaneció con igual resultado (26,9%) antes y después de la intervención.

La obesidad fue el único factor de riesgo que no evidenció modificación en los adultos mayores, pero sí logramos que disminuyeran algunas libras de peso corporal, aunque por ser tan pocas no se modificó el índice de masa corporal (IMC); seguiremos trabajando en este factor de riesgo.

Los estilos de vida son determinados por la presencia de factores de riesgo y/o de factores protectores para el bienestar, por lo que deben ser vistos como un proceso dinámico que no solo se compone de acciones o comportamientos individuales, sino también de acciones de naturaleza social. (12)

Una vez aplicada la estrategia de intervención, se logró en un período de tres meses que con la aplicación de los conocimientos aprendidos con el programa educativo los adultos mayores adoptaran un estilo de vida más saludable y fueron capaces de modificarlo. Los que no lograron modificar su estilo de vida se vieron influenciados por las características de su personalidad, su nivel escolar bajo y el poco apoyo recibido por sus familias.

Estos resultados se corresponden con estudios realizados en la ciudad peruana de Pereira, donde se aplicó un programa educativo a los grupos de tercera edad. La ejecución de este proyecto contribuyó al mejoramiento del estilo de vida del adulto mayor y permitió demostrar que básicamente el desarrollo de actividades recreativas, deportivas y culturales encaminadas a promover la autonomía, gratificación, liderazgo y participación sociofamiliar de las personas adultas mayores contribuye a que estos adopten un estilo de vida satisfactorio. (13)

Morales plantea que el estilo de vida resulta dependiente no solo del componente biológico, sino de las condiciones del medio ambiente relacional en sentido amplio (integración social, hábitos de vida, grados de alfabetización, uso del tiempo libre) y también del sistema vigente de representaciones sociales acerca de la vejez, donde refiere que la edad no determina el estado de salud, sino más bien se relaciona con la constitución subjetiva particular de cada individuo y la modalidad de relación con el medio ambiente. (14)

El envejecimiento satisfactorio lo obtienen aquellas personas mayores que favorecen la promoción de su salud (física y psicológica) y fomentan su autonomía mediante la práctica de ejercicio físico o el entrenamiento de sus capacidades cognitivas, lo que mejora su autoestima, mantiene hábitos de vida saludables, etc., de forma que evitan, en la medida de lo posible, la dependencia y el aislamiento con el establecimiento, por ejemplo, de redes sociales. (15)

Es de vital importancia la modificación inmediata del estilo de vida de los adultos mayores con enfermedades cerebrovasculares (ECV) porque a pesar que ya tienen una enfermedad establecida, si se actúa sobre los factores de riesgo que la agravan e incluso pueden provocar la muerte del paciente, se conseguirá elevar la expectativa de vida de este paciente y su calidad.


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