La alimentacion como factor terapeutico en las tendinopatias
Autor: Maider Beobide Ugalde | Publicado:  23/02/2012 | Rehabilitacion y Fisioterapia , Traumatologia , Articulos | |
La alimentacion como factor terapeutico en las tendinopatias .2

Habría que proponer un tratamiento nutricional en función de la causa que ha provocado esta desorientación de fibras. Una dieta alcalina puede eliminar los depósitos de ácido úrico y láctico; asimismo es una dieta que permite en principio disminuir los niveles de colesterol, triglicéridos y arteriosclerosis. Es siempre el tratamiento de elección en este tipo de lesiones.

Componentes necesarios en la regeneración tendinosa y orientación en el tejido conjuntivo son varios tipos de glicoproteínas y sobre todo la vitamina C, que ayuda a estimular la síntesis del colágeno tipo I.

Ya hemos comentado que en un tendón dañado, las fibrillas de colágeno se distorsionan y separan; los mucopolisacáridos se encargan de ordenar y estructurar dichas fibrillas, determinando la forma final del tejido.

La lesión y el esguince muscular son comunes entre los atletas especialmente debido al alto compromiso y la intensidad requerida por los deportes. La incidencia de lesión muscular abarca del 10-55% de todas las lesiones relacionadas con el deporte y, dependiendo de la extensión del daño muscular, el regreso al entrenamiento regular y la participación deportiva, puede durar hasta tres meses. Para minimizar el tiempo de recuperación y cicatrización del tejido muscular, los atletas deben considerar nutrientes claves en su dieta.

Según un estudio (Debra Wein, MS, RD, LDN, CSSD, NSCA-CPT, *D y Stacie Sieloff) enfocado en los atletas recreacionales con desórdenes crónicos del tendón, el grupo de tratamiento al que se le dieron los siguientes suplementos: DHA, EPA, GLA, Selenio, Zinc, Vitamina A, Vitamina B6, Vitamina C, Vitamina E y un complejo proteico, tuvo un 99% de reducción del dolor en comparación al 31% de reducción en el grupo de control. Además, la actividad en el deporte aumentó con el grupo del tratamiento en un 42% por encima del grupo placebo.

Hoy en día, nuestras dietas son con frecuencia altas en ácidos araquidónico (lácteos, carnes, huevo, “aceites vegetales de dudosa procedencia”) y bajas en EPA, DHA y GLA. Conforme aumenta el consumo de omega-3, las citoquinas, componentes pro-inflamatorios producidos por el cuerpo, disminuyen. Para otorgar los beneficios de estos efectos anti-inflamatorios, niveles altos de DHA han demostrado una disminución en la inflamación. Se debe intentar comer tres onzas de pescado graso dos veces por semana y concéntrate en aceites vegetales opuestos a las grasas saturadas (aceite de oliva, de lino, de girasol, de onagra, de borraja). Si prefieres no comer pescado, consume nueces, linaza o aceite de lino, aceite Canadiense (canol) y aceites de soja. También se puede suplementar con aceite omega 3.

Magnesio:

Muchos estudios han demostrado que la ingestión de magnesio afecta a la presión sanguínea. La hipertensión constituye un factor de riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), la tercera causa de muerte en el mundo. Según dice la experiencia, el magnesio, así como el potasio y las fibras, parece reducir el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) en los sujetos de sexo masculino, en especial en los hipertensos. El magnesio, junto con el calcio y el potasio, estimula la relajación del músculo liso vascular, lo que ayuda a que las vías sanguíneas se mantengas abiertas y a que la tensión sanguínea quede bajo control.

Selenio:

El selenio es importante en la función de muchas enzimas, pero en el caso de la lesión muscular, juega un rol vital en las vías de la glutatión-peroxidasa y la tiorredoxina reductasa. Estas vías son esenciales para la protección contra la lesión oxidativa y operan a una eficacia óptima con cantidades adecuadas de selenio.

Zinc (orotato de zinc):

El Zinc es esencial para la recuperación de las heridas y la inflamación, así como para la respuesta inmune adecuada.

Vitamina A (complejo carotenoides y aceite de pescado):

Con el fin de que las lesiones musculares se curen de forma apropiada, es esencial que la dieta incluya vitamina A. Las funciones de la vitamina A incluyen crecimiento celular, desarrollo, reparación ósea y función inmune. Hay que tener en cuenta que cualquier vitamina liposoluble no debe administrarse de forma continua ya que se deposita en el tejido hepático. En el caso de la vitamina A cuando los depósitos están llenos, las palmas de las manos se vuelven anaranjadas, y en ese momento debemos dejar de ingerir la vitamina A.

Vitamina B

La vitamina B6 es imperativa para la proteína adecuada y el metabolismo de los glóbulos rojos, ambos son importantes para la recuperación muscular.

Vitamina C:

La vitamina C juega un papel importante en la formación de colágeno que es necesario para la fuerza y la flexibilidad, y también ayuda a reparar los tendones, ligamentos y fortalece los huesos.

Vitamina E:

Los estudios en animales han demostrado el potencial de la Vitamina E (o alfa-tocoferol) para disminuir la cantidad de estrés oxidativo y el daño inflamatorio que ocurre con el ejercicio. Después de una dieta rica en vitamina E por tres semanas, las ratas corrieron en una máquina para correr por 60 minutos. Los marcadores de estrés oxidativo e inflamatorio fueron medidos y los resultados mostraron que el grupo del tratamiento que estaba alto en vitamina E había disminuido significativamente los niveles de estos marcadores comparados con el grupo de ejercicio no-tratado.

Proteínas

Durante la recuperación muscular, las necesidades de proteína y energía aumentan y el metabolismo se ve alterado. Para el dolor muscular, la lesión menos severa, las necesidades de energía y proteína aumentan por hasta 48 horas post-lesión. Adicionalmente, la oxidación de la grasa se incrementa y la sensibilidad a la insulina disminuye. Para las lesiones más agudas tales como aquellas en el tejido suave y el músculo esquelético, la frecuencia metabólica basal (FMB) puede estar incrementada en un 32% hasta tres semanas. Además, los atletas altamente entrenados con frecuencia continúan un programa de entrenamiento alternativo, el cual podría crear un balance de nitrógeno negativo y aumentar las necesidades de proteína en la dieta.

Quizá la conclusión más interesante es que si un estilo de vida y de alimentación erróneo aumenta el riesgo de padecer estos trastornos, tratar de prevenirlos sólo tomando suplementos sería una forma de poner un parche sin resolver el problema de fondo. Es el conjunto de la dieta y la procedencia, calidad y proporción de los alimentos lo que necesitamos revisar.

Bibliografía:

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Hernández Ramos F. Que tus alimentos sean tu medicina. Barcelona: RBA; 2007.
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