Uso del HDDA y FVSQ como herramienta de Screening en la poblacion gallega mayor. Estudio piloto
Autor: C. Vázquez | Publicado:  28/02/2012 | Oftalmologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Otorrinolaringologia , Articulos | |
Uso del HDDA y FVSQ como herramienta de Screening poblacion gallega mayor. Estudio piloto .2

El test audiométrico que establecimos como “Gold Standard” en la determinación de la capacidad auditiva fue la ATL (vía aérea). El equipo para llevar a cabo la exploración de los umbrales auditivos fue un audiómetro Beltone Electronics con auriculares 510-CO-17. Como estímulo sonoro empleamos tonos puros y el rango de frecuencias testadas fue el comprendido entre 0.5KHz- 4KHz.

En el caso del Test del Susurro, utilizamos las frases familiares ¿Cómo se llama? y ¿Cuántos años tiene? como instrumento de valoración. Realizamos el test a “viva voz” (60 centímetros) y los resultados de la prueba se cotejaron con los umbrales tonales obtenidos en la ATL.

Realizamos todas las pruebas audiológicas en un recinto insonorizado.

Screening Visual: La agudeza visual (AV) con la mejor corrección posible no mide de forma fiable la prevalencia del daño visual en una cohorte, pues no considera el estado habitual de los sujetos (obvia la pérdida de visión debida a errores refractivos sin corregir) (6). Por esta razón, a fin de establecer la capacidad visual de los mayores en su día a día, determinamos la agudeza visual (AV) de lejos y cerca (monocular y binocular) con su corrección habitual (gafas, lentes de contacto, ayudas visuales…) si la tenían y utilizaban (Presenting Visual Acuity) (6)

En la toma de agudeza visual (AV) de lejos usamos el optotipo direccional E-Snellen (escala 3.70). En el caso de la agudeza visual (AV) de cerca, el sujeto colocó el test lectura (NC-1) a la distancia habitual a la que realizaba las tareas de visión próxima (leer, coser…).

Se registró la AV (PVA) correspondiente a la última línea del optotipo (E-Snellen o NC-1) en la que más del 50% de los caracteres eran leídos correctamente.

Ambas pruebas fueron realizadas bajo condiciones de luminosidad apropiadas.

Descripción de variables:

En el diagnóstico del daño auditivo seguimos el criterio internacional de Ventry & Weinstein (36) (1983): umbrales tonales de 40 dBHL o más a 1 y 2Khz en un oído o a 1Khz ó 2KHz en ambos oídos.

El punto de corte para el diagnóstico del daño visual (Impaired Presenting Visual Acuity) se estableció en una PVA< 20/40 en el mejor ojo. Aquellos participantes sin visión en un ojo pero con una PVA=20/40 o mejor en el otro, fueron clasificados entre los que no tenían Presenting Visual Acuity Impairment.

Análisis:

El análisis de los datos se llevó a cabo empleando el programa SPSS 17.0 (SPSS Inc, Chicago, Illinois). La asociación entre variables categóricas se realizó mediante pruebas de Chi-cuadrado, estableciéndose la correlación y las diferencias entre ellas por medio de los estadísticos de Cramer y Fisher. Para el análisis de las variables numéricas, recurrimos a los estadísticos de correlación de Pearson y Spearman así como al ANOVA para establecer las diferencias por grupos de interés factor.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN:

Población: El 60% de los sujetos valorados tiene 80 y más años y el 35% son “viejos” (edad ≥ 85años). En cuanto al género, las mujeres representan el 69.3%, siendo la diferencia entre sexos más marcada en el caso de los octogenarios, donde el número de mujeres casi cuadriplica al de varones.

Las características demográficas de nuestra cohorte reflejan una población altamente envejecida en comparación con la muestra utilizada para la validación del HDDA (Hearing-Dependent Daily Activities Scale) (J. López-Torres Hidalgo, 2008), donde solo el 35% de los participantes tenía 75 o más años. Además, dicho estudio no incluye a mayores que viven en Centros de la Tercera Edad. En cuanto al FVSQ (Functional Vision Screening Questionnaire), valoraciones previas de autopercepción del estado visual (Stuen C. et al., 2000) engloban grupos poblacionales más jóvenes (≥ 45 años) y el Winconsin Department of Health Service utiliza dicho cuestionario como herramienta de cribado en los Centros de Atención Primaria.

Estado Sensorial (Tabla 1):

Los resultados de la prueba de visión (toma de AV) revelan que el 48,5% de los residentes sufre IPVA - Lejos y el 48,9% presenta IPVA - Cerca. La prevalencia del daño visual en visión lejana es similar entre géneros (48,5% versus 47,5%) y mayor en los varones en visión próxima (56,1% versus 45,3%). Esta diferencia en visión próxima se atribuye a un menor uso de corrección optométrica (gafa de cerca) entre los hombres. Respecto a la edad, el porcentaje de sujetos con IPVA (lejos y cerca) aumenta entre los grupos más envejecidos (p=0.015; ≥80 años = 56,9% con IPVA). Estos datos corroboran los resultados de estudios previos (Blue Mountain Eye Study; Stuen C. et al, 2000; Charles F. Dillon et al., NCHS, 2010) respecto a la correlación deterioro visual-edad. La mayor prevalencia de problemas visuales entre los hombres discrepa respecto a otros trabajos, que sitúan al género femenino como el grupo donde el déficit visual es más frecuente.

Consideramos que dicha diferencia se debe a factores de tipo cultural que implican una menor preocupación de los varones gallegos por el cuidado de la vista.

Los datos de la ATL muestran que el 58% de los mayores tiene afectada su capacidad auditiva (criterio Ventry & Weinstein), siendo la prevalencia de este deterioro sensorial mayor en los varones (63,9% versus 54%) y también entre los grupos de más edad (p<0.05: ≥ 80 años = 64,4%).

Respecto al grado de pérdida, aproximadamente el 37% de los residentes sufre hipoacusia leve, el 17,4% pérdida moderada, el 4,5% déficit auditivo de moderadamente severo a severo y el 0,5% deterioro severo. Estos porcentajes corroboran los resultados de estudios anteriores respecto al efecto de la edad y el género en el estado auditivo (Moscicki et al, 1985; Gates et al. 1990). El porcentaje de residentes con hipoacusia (Ventry & Weinstein) supera, no obstante, al señalado en otras investigaciones (43.6%, J. López Torres-Hidalgo et al., 2008; 26.3%, Charles F. Dillon et al., NCHS, 2010; 40%, Chia et al.2006).

Cuestionarios de screening:

Los cuestionarios de autopercepción del estado auditivo (HDDA) y visual (FVSQ) fueron contestados por el 97% y 98% de los residentes respectivamente. El resto de participantes no quiso o no fue capaz de responder a las preguntas de dichos tests, por lo que no los hemos excluido del análisis.

La Tabla 2 compara la prevalencia de los dos déficits sensoriales (vista y oído) en base a las diferentes pruebas de cribado que hemos utilizado (tests subjetivos versus autopercepción). A pesar del alto porcentaje de participantes con problemas de visión (en visión lejana y próxima), únicamente el 6,6% de los mayores supera el punto de corte del FVSQ. Esta infravaloración del daño visual se mantiene tanto en hombres como en mujeres y en todos los grupos de edad. En relación al estado auditivo, el HDDA sitúa en el 75.4% el porcentaje de voluntarios que necesitaría revisión audiológica. Encontramos en este sentido una mayor prevalencia de la pérdida auditiva respecto a los datos de la ATL (criterio Ventry & Weinstein), que se mantiene en todos los grupos de edad y en ambos géneros.

La Tabla 3 analiza la sensibilidad y especificidad de ambos cuestionarios de screening. El HDDA (Hearing-Dependent Daily Activities Scale) presenta una sensibilidad global del 86,4% mientras que la especificidad desciende al 38,1%. El HDDA presenta una sensibilidad mayor entre “nuestros residentes” respecto al estudio de J. López Torres-Hidalgo (80%). Por el contrario, la especificidad desciende más de un 32% (38.1% versus 70,2%).

En el caso del FVSQ (Functional Vision Screening Questionnaire), la especificidad supera el 90% en todos los casos mientras que su sensibilidad no llega al 20%. La especificidad del FVSQ en nuestro estudio es similar a la establecida por Horowitz et al. (1998) existiendo, sin embargo, una notable variación en la sensibilidad (20% versus 72%).

Hemos encontrado diferencias significativas en las puntuaciones promedio del HDDA (Hearing-Dependent Daily Activities Scale) entre los sujetos con/sin pérdida auditiva (14.45 ± 4.88 versus 18.85 ±3.72; ANOVA p=0.000). Existen también diferencias significativas (ANOVA p=0.000) en la sensibilidad a los tonos puros de los sujetos que superan el cuestionario de screening versus aquellos con menor puntuación en el HDDA, siendo estos últimos los que tienen más afectada su capacidad auditiva (Gráfico 1). Finalmente, a medida que aumenta el grado de pérdida el cuestionario de screening auditivo es más selectivo (p<0.01; déficit leve= 78,1%, déficit moderado = 97%, déficit moderadamente severo a severo = 100%).

Respecto al FVSQ (Functional Vision Screening Questionnaire), encontramos diferencias significativas intergrupos en las puntuaciones promedio de los sujetos con/sin IPVA - Lejos (4,49 ± 3.31 versus 3.49 ± 2.84; ANOVA p=0.025) y también entre los sujetos con/sin sin IPVA - Cerca (4.85 ± 3.4 versus 3.23 ± 2.66; ANOVA p = 0.000) (Gráfico 2). Existe correlación entre los resultados del FVSQ y la capacidad visual de los residentes (p< 0.01; Rho Spearman <0.01).

El Gráfico 3 muestra el porcentaje de casos perdidos (no respuesta) para cada una de las preguntas de los cuestionarios de autoevaluación del estado sensorial. Una de las doce preguntas que componen el HDDA (Hearing-Dependent Daily Activities Scale) no fue contestada por más del 20% de los residentes y otra de ellas, por más del 10%. En el caso del FVSQ (Functional Vision Screening Questionnaire), más del 20% de los residentes no respondieron a 7 de las 15 preguntas del test.

Nuestro estudio pretende determinar la utilidad de los cuestionarios de autoevaluación del estado auditivo (HDDA) y visual (FVSQ) como herramientas de cribado en los Centros Gallegos de la Tercera Edad.


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