Cancer, metastasis y ley de Maxwell
Autor: Dr. P. García Férriz | Publicado:  26/03/2012 | Oncologia , Articulos | |
Cancer, metastasis y ley de Maxwell .1

Cáncer, metástasis y ley de Maxwell

García Férriz, P.

Índice

Resumen. Palabras clave
El sistema nervioso y la ley de Maxwell
Células nerviosas
Metástasis y ley de Maxwell
Tratamiento tumoral y de la metástasis
Comentario
Bibliografía

Resumen

Todo cuanto hemos escrito y publicado sobre la etiopatogenia tumoral, lo hemos planteado dentro de una misma vía de investigación, y ésta no es otra que conocer en profundidad el complejo mundo de nuestro sistema nervioso. Su patología abarca múltiples enfermedades como el Cáncer, la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, Esclerosis Múltiple, y un extenso etcétera. Aquí sólo expondremos un eslabón más para intentar fortalecer esa inmensa cadena plagada de múltiples eslabones.

El nuevo eslabón, la metástasis, la sumamos a la misma cadena (sistema nervioso). Consiste en intentar demostrar su correcto engranaje con los demás eslabones en perfecta conexión y armonía, de tal forma que no se rompa ninguno de ellos. Consideramos que el mecanismo de nuestra neurofisiología y su patogenia está sometido frecuentemente a determinadas leyes. En tal sentido creemos que la proyección tumoral (metástasis) está supeditada a la ley de Maxwell.

Palabras clave

Ley de Maxwell, excitabilidad de la membrana celular, corriente eléctrica, potasio (K+), sodio (Na+), magnesio (Mg2+), calcio (Ca2+), cáncer y metástasis.

El sistema nervioso y la ley de Maxwell

El sistema nervioso tiene dos tipos de células: las células nerviosas y las células gliales. Estas últimas, que son las más numerosas, al ser excitadas por la corriente eléctrica, en determinadas circunstancias secretan la queratina por intermedio de una especial proteína denominada citoqueratina. La citoqueratina aparece tanto en el sistema esquelético como en el neurovegetativo. Por ello, no es extraño en absoluto que la queratina aparezca en los papilomas plantares, en los papilomas del vegetativo y en numerosos cánceres.

Pero aquí sólo nos vamos a centrar en la metástasis y su relación con las células nerviosas y musculares.

Células nerviosas

Las células nerviosas son las unidades que codifican las respuestas. Su comunicación se organiza del mismo modo en todas las células nerviosas (1), siguiendo su acción desde su origen hasta sus puntos terminales, bajo la “ley de todo o nada”. Es decir, que si no hay electricidad, ninguna célula muscular o nerviosa, puede ejercer ninguna acción química. Por lo tanto, no se podría producir ningún proceso tumoral.

Atendiéndonos a este contexto, vamos a exponer seguidamente nuestro concepto sobre todo tipo de metástasis, sea cual fuere la vía de proyección metastásica.

Toda excitación entra en la célula nerviosa a través de las dendritas y del cuerpo (soma) celular. Esta acción es captada por el cono axónico, que es el lugar donde se inicia el potencial de acción (eléctrico). El axón es el que propaga la intensidad eléctrica a larga distancia. Existen axones que tienen más de un metro de longitud y con unas amplitudes muy variables que oscilan entre 0,2 y 20 µm de diámetro. Estos datos anatómicos lo comparamos con las tuberías de agua, especialmente en la anchura del medio conductor.

Así pues, ateniéndonos a la anchura del axón, es fácil deducir que la cantidad de electricidad que fluye por los axones es bastante desigual, aunque su intensidad viene a ser la misma. Pero en casos patológicos, al existir un mayor diámetro, su cantidad y fuerte intensidad suele ser más peligroso que en los axones finos donde existe una menor cantidad de electrones.

Por otra parte, las ramificaciones del axón de una neurona (la neurona presináptica), transmiten las señales a otra neurona (la célula postsináptica) a través de la sinapsis. Es muy importante indicar para el fin que perseguimos, que las ramas de un solo axón pueden establecer sinapsis con otras mil neuronas. Este planteamiento neurofisiológico nos facilita una mayor comprensión de cómo se produce la metástasis por nuestro organismo.

El axón es la principal unidad conductora de la neurona, que es capaz de transmitir a distancias variables que oscilan entre 0,1 mm y los 2 metros. Pero hay que tener en cuenta también, desde el punto de vista metastático, que algunos axones se dividen en varias ramas, y por tanto pueden conectarse con varias dianas diferentes; y así hasta llegar a sus respectivos puntos finales (dianas), donde se dividen cerca del final en finas ramas que contactan a su vez con otras neuronas.

Como anteriormente hemos indicado, los potenciales de acción (eléctricos), se inician en el cono axial intracelular, que es el punto de arranque axónico y su conducción a lo largo del axón sin interrupción, a velocidades normales que oscilan entre 1 y 100 metros por segundo.

Pero cuando se produce un estado de excitación excesiva de forma permanente, la intensidad eléctrica aumenta hasta alcanzar grados que pueden dañar al núcleo celular, lugar donde se origina la información genética. Estas funciones son ejercidas mayoritariamente por las interneuronas, que se constituyen en la clase de neuronas más numerosa. Corresponden a las neuronas que no son específicamente sensoriales o motoras1 y que son las que transmiten la información a larga distancia.

Y llegado a este punto (que hemos considerado necesario especificar), vamos a proceder a describir el porqué y cómo se produce la metástasis tumoral bajo la ley de Maxwell.

Metástasis y ley de Maxwell

Empecemos por decir que la excitabilidad (causa inicial de todo proceso tumoral) varía entre las distintas neuronas, incluso entre las distintas zonas de la neurona. La excitación de la membrana celular debe ser combatida adecuadamente; si ello no se consigue, la intensidad eléctrica se verá cada vez más aumentada. En esta peligrosa fase, las células avanzan con mayor rapidez, más aún si a los conductores nerviosos se les acumulan durante su recorrido grandes cantidades de electrones. Así sucede en los obesos y en los diabéticos; y más aún si a estos últimos les acompaña la obesidad, a pesar de que “la glucosa es mala conductora de la electricidad”. Pero esta barrera inicial que ofrece la glucosa es pequeña, y una vez vencida esta leve resistencia a la electricidad, la intensidad electroiónica se hace aún mayor en estos enfermos, por la sencilla razón de que la misma glucosa del diabético le proporciona a las neuronas una mayor profusión de electrones.

Cuando en el organismo existe tal cantidad de glucosa que no puede ser eliminada, acaba finalmente convirtiéndose en grasa; y ésta es la encargada entonces de aportar a los conductores nerviosos excesivas cantidades de electrones. Inevitablemente, la intensidad eléctrica aumenta en excesiva proporción.

Por cuanto acabamos de exponer, es fácil deducir que “la metástasis en las personas diabéticas se produce con mayor rapidez”. De aquí que la muerte se efectúe más rápidamente que en las personas no diabéticas. La corriente eléctrica, como vemos, es imprescindible en toda actividad bioquímica.

Como se sabe, el potencial eléctrico (acción) se produce por el flujo de iones a través de los canales iónicos activados por voltaje (1). De aquí que le concedamos una especial importancia al índice o cociente de LOEB, del que oportunamente nos hemos ocupado en otros trabajos que hemos publicado y que quedan expuestos al final, en la bibliografía de este estudio.

Si tenemos en cuenta que “los mecanismos básicos de generación del potencial de acción (eléctrico) son los mismos en todas las neuronas” 1, y si a este hecho se le suman las características de los tejidos de nuestro organismo, comprenderemos mejor la importancia que tiene una patología electroiónica. Ésta la hacemos extensiva a otras denominaciones, como las patologías electrohormonal, electrobioquímica y otras concepciones en las que siempre está como principal componente nuestra propia electricidad.

Si “los mecanismos básicos de generación de nuestra electricidad son los mismos” (1), y “las características de los tejidos son también similares” (5), no puede sorprendernos que los mecanismos esenciales sean iguales en todos los procesos tumorales.

El Profesor, Dr. Santiago Ramón y Cajal nos legó esta definición sobre los tejidos:


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