Cancer. Patologia electroionica
Autor: Dr. P. García Férriz | Publicado:  27/03/2012 | Oncologia , Articulos | |
Cancer. Patologia electroionica .3

Como un impulso nervioso viaja de forma parecida a como lo hace una onda eléctrica a lo largo del axón, causa un aumento localizado y transitorio en el potencial eléctrico a través de la membrana celular desde -60mV (milivoltios), el potencial de reposo, a 45mV (9).

El cambio de potencial eléctrico es causado por un flujo de iones de sodio (9). En la mayor parte del organismo, cuando dicho ión aparece en cuantía excesiva, puede provocar un aumento de la excitación celular y, por consiguiente, puede producirse una peligrosa subida de la intensidad eléctrica. Pero este fenómeno no ocurre en el corazón por existir un débil y constante equilibrio electroiónico, como acabamos de exponer.

Como hemos visto, en estas condiciones es prácticamente imposible que en los ventrículos se produzca una patología electroiónica capaz de producir un sarcoma. La radiolisis, radiaciones ionizantes y los radicales libres nunca aparecen en los ventrículos.

Diafragma

El diafragma, al estar también envuelto por el pericardio fibroso (saco pericárdico) (Fig. 2), permanece exento de corriente nerviosa motora procedente del exterior, exactamente igual que en los dos ventrículos. sus células tienen las mimas características funcionales que las correspondientes a las células ventriculares. De aquí podemos deducir y creer que tanto los dos ventrículos como el músculo diafragmático permanecen constantemente inmunes a la formación de ningún proceso tumoral.

En la fotografía número 2 se aprecia la fusión del pericardio fibroso cardíaco con la porción tendinosa (centro frénico) del diafragma.

Seguidamente vamos a exponer unos interesantes apuntes sobre el porqué tampoco aparecen neoplasmas en el yeyuno e íleon, salvo muy rara patología.

Yeyuno e Íleon

Siguiendo la misma vía de investigación, vamos a describir someramente el planteamiento neuronal correspondiente al yeyuno e íleon. En él veremos cómo existe una gran similitud de la etiopatogenia tumoral en dichas regiones intestinales con la correspondiente al corazón y diafragma que acabamos de exponer. su rareza en su formación es también por ausencia de elevados potenciales eléctricos.

Las vías digestivas se disponen frecuentemente en plexos con ganglios nerviosos situados en su trayecto (8). Normalmente siguen a las arterias desde su origen hasta sus ramas terminales (8).

El músculo liso del tubo digestivo es un músculo liso unitario cuyas células están eléctricamente acopladas a través de las vías de baja resistencia denominadas uniones de brecha (10,11). Las fases de despolarización y repolarización en el yeyuno e íleon se hacen con mayor lentitud.

El potencial eléctrico en el yeyuno e íleon también es débil. Sus ondas lentas proceden de las células intersticiales de Cajal, que son abundantes en el plexo mesentérico (10,11). Este plexo es parte del plexo entérico que está entre las capas musculares (10,11).

Del mismo modo que el nodo sinoauricular es el marcapaso del corazón, las células intersticiales de Cajal pueden considerarse el marcapaso del músculo intestinal (10,11). Dicho marcapaso establece la frecuencia de potenciales de acción y contracciones (10).

Con esta electricidad no es posible que aparezcan los efectos propios de las grandes intensidades eléctricas: radiolisis, radicales libres y radiaciones ionizantes. Estos efectos nunca aparecen en el corazón, diafragma y yeyuno e íleon. La causa es la misma en dichas partes orgánicas.

Resulta curioso y sorprendente que en la faringe, en el esófago y en el duodeno se produce neoplasia con variable frecuencia, a pesar de que la ingesta no se detiene durante todo su trayecto. Y al no detenerse, el bolo alimenticio no provoca excitabilidad celular en sus respectivas paredes internas. En cambio, el quimo atraviesa todo el intestino delgado en 3-5 horas (aunque en determinadas circunstancias puede tardar más)6. La velocidad de este movimiento es tal, que la última parte de la ingesta suele estar saliendo del íleon cuando la siguiente entra en el estómago. Y a pesar de permanecer la ingesta tanto tiempo en contacto con la túnica interna intestinal, no se produce excitación en sus células, especialmente en las células intersticiales de Cajal. pero a diferencia de la faringe, esófago y duodeno, el yeyuno e íleon no recibe corriente eléctrica intensa. La ingesta en el yeyuno e íleon no puede producir excitabilidad en sus células, en dichas condiciones.

El intestino delgado, por otra parte, tiene un ciclo de recambio celular muy rápido; todo el epitelio se renueva en un plazo de 6 días aproximadamente (10,11). Este ciclo de recambio es muy importante, ya que las células epiteliales son sensibles a la hipoxia y a otros irritantes (10).

En el músculo cardíaco la electricidad parte de los plexos preaórtico, retroaórtico y subaórtico (Fig. 3). Lo mismo sucede con la arteria mesentérica superior, en la que existen los plexos prearterial y retroarterial (Fig. 4), de donde emergen numerosos finos nervios que conectan con el mesenterio; y este, al insertarse en el yeyuno e íleon, le provoca contracciones intestinales, pero nada más: no provoca excitabilidad celular. Existe una clara y contundente semejanza entre ambas partes de nuestro cuerpo desde el punto de vista eléctrico.

En la figura número 3, vemos como parten del plexo subaórtico unos finos nervios con sus células ganglionares en su trayecto. Estos nervios con sus cargas eléctricas débiles se dirigen hacia la parte posterior de la aurícula derecha.

En la figura número 4 nos encontramos con una situación neuroanatómica similar a la anterior. En ella, insistimos, vemos también una arteria (mesentérica superior) y sus respectivos plexos (prearterial y retroarterial) de donde parten numerosos y finos nervios que se ponen en contacto con el mesenterio.

¿Existen otras causas? ¿Estamos en un error? sinceramente, creemos que no.

Un dato muy significativo es que la generación de las ondas eléctricas lentas no se debe al sistema nervioso (10). La hipótesis actualmente aceptada es que las ondas eléctricas lentas son generadas por las células intersticiales de Cajal, localizadas entre las capas musculares longitudinal y circular y en la submucosa del intestino (10).

Por otra parte, si las células intersticiales de Cajal sólo viven seis días (7), es muy difícil o imposible la formación tumoral. En este espacio de tiempo no pueden producirse las tres principales fases de que consta la formación de una neoplasia: fase inicial (excitabilidad), formación tumoral y proyección. Al faltarles la electricidad a los seis días a estas células, que son las más abundantes del intestino delgado, sus acciones químicas cesan totalmente: las células mueren, son reemplazadas por otras nuevas.

Las ondas eléctricas lentas también están presentes en el intestino grueso, pero el gradiente de frecuencia es el inverso: la frecuencia mínima se registra en el ciego, y la frecuencia máxima en las regiones más distales (10). Lo sintetizamos de la forma siguiente: 

patologia_electroionica_cancer/incidencia_tumores_intestinales

* pero su frecuencia supera a la del yeyuno e íleon y es menos frecuente que en el colon y recto.

Las ondas eléctricas lentas se producen alrededor de la circunferencia del intestino y se comportan como si viajaran con gran rapidez en todos los puntos alrededor del segmento intestinal (10). Simultáneamente viajan a mucha menor velocidad en la dirección longitudinal, especialmente en la región ileocecal. El íleo fisiológico —la ausencia de motilidad intestinal— es un estado de comportamiento intestinal en que la función motora silente está programada neuralmente (10). El estado del íleo fisiológico desaparece tras la ablación del sistema nervioso entérico (10). El ritmo eléctrico básico del intestino delgado es independiente de la inervación extrínseca (10). No obstante, la excitabilidad del músculo liso y su fuerte contracción puede ser modificada por los nervios extrínsecos. Como vemos, resulta interesante y sorprendente el mecanismo electroiónico de todo el tubo intestinal (véase “Cuadro sinóptico”).

Esta descripción expositiva podemos hacerla extensiva a todas las partes orgánicas donde el cáncer suele aparecer raramente. He aquí la causa y denominador común de todos los tipos de cáncer. ¿Hay duda?


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