Rehabilitacion cardiaca. La puerta de entrada a una mejor calidad de vida
Autor: Dr. José V. Subiela D. | Publicado:  9/05/2012 | Cardiologia , Articulos | |
Rehabilitacion cardiaca. La puerta de entrada a una mejor calidad de vida .2

1) el rol que juegan los factores de riesgo cardiovascular, en su desarrollo;
2) la importancia de una alimentación adecuada en cantidad, calidad y frecuencia, para optimizar el estado de salud;
3) la disciplina en el cumplimiento en la toma de los medicamentos;
4) los beneficios del programa de rehabilitación cardíaca (RC); y otros muchos temas más que van surgiendo por la propuesta concreta de los propios pacientes, o por circunstancias particulares que surgen durante el desarrollo del programa.

Se incluyen regularmente charlas, dinámica de grupos, proyecciones de videos y la participación activa de los pacientes (5).

MEDICAMENTOS

Es otro de los pilares del control y recuperación del paciente que ha sufrido un evento cardíaco severo. No existe un esquema estandarizado al respecto. El tratamiento es estrictamente individual, tanto en lo que respecta a los medicamentos en si, como a las dosis utilizadas, horarios y otros factores. El paciente debe conocer porque toma dichos medicamentos y cuáles son las acciones que promueven en su organismo, así como los posibles efectos indeseables que, eventualmente, se pueden presentar. Con frecuencia el paciente cardíaco es portador de otras enfermedades que también deben ser incluidas en el plan terapéutico. El tratamiento debe cubrir a cabalidad todos los requerimientos, para garantizarle al paciente una protección óptima (5).

ORIENTACIÓN NUTRICIONAL

La alimentación juega un papel muy importante en la salud de los individuos. En todo programa de rehabilitación cardíaca (RC) se incluye la presencia de uno o más nutricionista, de acuerdo a la cantidad de pacientes, para que se ocupe de todo lo concerniente a este aspecto. Se sabe que ciertos hábitos alimenticios contribuyen a desarrollar factores de riesgo que comprometen la salud de las arterias coronarias. Por éstas y otras muchas razones, el nutricionista cumple una función muy importante en el equipo profesional de la rehabilitación cardíaca (RC). Se encarga de (6,7):

1. Valoración del estado nutricional de los pacientes.
2. Identificación de las necesidades y requerimientos de cada participante.
3. Ponderación de los objetivos fijados a corto, mediano y largo plazo.
4. Elaboración de dietas de acuerdo a los requerimientos y preferencias alimenticias del paciente, tomando en cuenta todos los componentes nutricionales, vitaminas, minerales y oligoelementos, según los hallazgos encontrados en la evaluación nutricional previa.
5. Informar al paciente de la importancia del cuidado nutricional en su enfermedad, bien sea para reducir de peso, corregir dislipidemias o trastornos metabólicos concomitantes.
6. Disciplinar al paciente con respecto a sus ingestas alimenticias, en cuanto a cantidad de comida, horario y otras.
7. Evaluación y seguimiento periódico de los resultados.

TERAPIA OCUPACIONAL

El aporte de los terapistas ocupacionales es de gran relevancia en el marco de la rehabilitación cardíaca (RC). Su actividad comienza en el mismo momento que el paciente es ingresado a la Unidad de Cuidados Coronarios, o en el sitio hospitalario que se le asigne. Su trabajo se centra en los aspectos siguientes: (8)

1. Inicia el programa de movilización del paciente desde su hospitalización en la UCC.
2. Instruye al paciente sobre la ejecución adecuada de los primeros movimientos, mediante técnicas de conservación de la energía y simplificación del trabajo.
3. Establece el orden progresivo de la incorporación de las diferentes actividades programadas.
4. De acuerdo al impacto residual de la enfermedad sobre la salud del paciente, establece la conveniencia de continuar en la misma, o si amerita cambiar de actividad laboral.
5. Participa en la reincorporación laboral, o en el cambio de trabajo, según los casos.
6. Recomienda las actividades de ocio más convenientes en cada etapa del programa de rehabilitación cardíaca (RC).
7. Elabora un programa de trabajo individualizado basado en las necesidades del paciente, y que éste pueda cumplir una vez que sea dado de alta.

ASISTENCIA PSICOLÓGICA

En el paciente que sufre un infarto del miocardio, o es sometido a cirugía cardíaca se manifiestan unas variables psicológicas que pueden incidir en su pronóstico. El psicólogo como integrante del equipo de rehabilitación cardíaca (RC), tiene la gran responsabilidad de contribuir a controlar los temores y resolver los problemas detectados en el paciente, para el reintegro a una vida más plena y satisfactoria después que es dado de alta. Las actividades que cumple el psicólogo podemos resumirlas en los siguientes términos (9-11):

1. Evaluación del impacto emocional de la enfermedad y sus consecuencias. Ello contempla:

• Establecer los niveles de ansiedad y depresión causados por la enfermedad.
• Evaluación de la negación de la enfermedad que presentan algunos pacientes.
• Creencias y conocimientos que posee el paciente sobre su enfermedad.

2. Evaluación de los cambios que presenta el paciente, después de sufrir el evento, en sus actividades cotidianas.

3. Analizar el impacto de la enfermedad en su vida familiar, laboral y social.

4. Establecer los factores psicológicos de riesgo para el evento coronario:

• Estímulos ambientales estresantes.
• Carácter y conductas personales.
• Trastornos emocionales.

5. Evaluación de la vulnerabilidad ante diversas situaciones que se le puedan presentar en la vida.

En suma, la intervención psicológica incluye diversos procedimientos que buscan mejorar las condiciones del paciente durante su hospitalización y después del alta.

EJERCICIO FÍSICO

De los factores que integran la rehabilitación cardíaca (RC), el ejercicio físico es uno de los más importantes, tanto por el efecto directo que tiene sobre el sistema cardiovascular, como a través de la modificación de factores de riesgo, y el efecto positivo que ejerce sobre los demás aparatos y sistemas corporales (12,13). Incluso algunos autores señalan que existen evidencias que la actividad física regular puede aumentar tanto la calidad como la expectativa de vida (14,15)). Más aún, Hambrecht et al (16) señalan que los beneficios del ejercicio están vinculados a ciertos umbrales de gasto calórico acumulado en la semana. De manera que cuando el gasto calórico alcanza 1400 Kcal/semana, se produce una mejoría significativa de la capacidad aeróbica. Pero si el gasto calórico alcanza las 1533 ±122 Kcal/semana, se puede detener la progresión de la enfermedad arteriosclerótica. Y si el gasto energético llega a ser de 2200 Kcal/semana, puede producir regresión de las lesiones coronarias.

El ejercicio físico en el programa de rehabilitación cardíaca (RC), debe ser considerado como un tratamiento médico más, y al igual que los otros recursos terapéuticos, tiene efectos fisiológicos bien delimitados, y es dosis-dependiente (5). Si el ejercicio que se realiza es insuficiente, no surte los efectos deseados; si es excesivo puede ocasionar síntomas de sobreentrenamiento que son negativos para la salud (17). Por lo tanto la carga de entrenamiento debe ser prescrita de forma individualizada, según la capacidad de cada paciente, incluyendo: intensidad, duración frecuencia, tipo de actividad y progresión. La AHA/AACVPR (18,19), y el ACSM (20) han establecido pautas para el programa de ejercicio en la rehabilitación cardíaca (RC).

El profesional que se encarga de administrar el ejercicio es el fisioterapeuta o el especialista en ejercicio. En ambos casos su contribución es muy amplia y exigente. Entre sus funciones destacan (21-23):

1. Evalúa la función músculo-esquelética y la movilidad articular de los pacientes.
2. Aplica las pruebas físicas correspondientes para conocer los niveles de aptitud de cada paciente antes de iniciar el entrenamiento, con el objeto de ajustar la dosificación al resultado de las mismas.
3. Estable el grado de tolerancia al ejercicio de cada uno de los participantes.
4. Asesora al paciente para una ejecución adecuada de los ejercicios y un mejor aprovechamiento de los mismos.
5. Dirige, supervisa y controla el programa individualizado de ejercicio.
6. Sigue el estado evolutivo de cada paciente y el grado de asimilación del entrenamiento.
7. Controla los signos vitales antes, durante y después de la sesión de entrenamiento.
8. Lleva el seguimiento de la evolución física del paciente en las sesiones especiales programadas, una vez que es dado de alta.

ESTRUCTURA DE LA SESIÓN DE ENTRENAMIENTO

La sesión de entrenamiento comprende el conjunto de actividades que se realizan de forma secuencial e ininterrumpida en un determinado lapso de tiempo, que generalmente es de alrededor de 60 minutos (3). Se divide en tres etapas:

1. Calentamiento. Es la etapa inicial donde de manera progresiva se condiciona el cuerpo para ejecuciones de mayor requerimiento fisiológico. En esta etapa los sistemas cardiovascular y respiratorio aumentan discretamente sus niveles funcionales y la temperatura corporal alcanza un nivel adecuado para una ejercitación más vigorosa, con muy bajo riesgo de lesiones.


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