Bioetica en el contexto del cuidado del enfermo en estado critico. Una vision en la practica de Enfermeria
Autor: Lic. Carmen Palacio | Publicado:  25/06/2012 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Enfermeria , Cuidados Intensivos y Cuidados Criticos , Articulos | |
Bioetica cuidado del enfermo en estado critico. Una vision en la practica de Enfermeria .2

El restablecimiento de la persona humana en su sitial de fin y no de objeto o de instrumento del orden internacional o interno de los estados, fija como regla de conducta a la dignidad de la persona humana para declararla “intangible”, y para sujetar a los poderes públicos a su respeto y protección. (2)

En efecto, para quienes por profesión deben ayudar al hombre enfermo, es ésta una tarea primordial como lo es empaparse aún más de humanidad, a asumir sin reducir la condición humana, a profundizar en el conocimiento y en la dignidad que entraña, a enlazar, en fin, de manera inseparable su ciencia y su conciencia.

La dignidad humana puede ser base de los valores, de los principios y de las reglas de conducta, el norte, valor o medida a partir de los cuales puede determinarse el grado concreto de satisfacción de determinados derechos fundamentales (2).

Considerando lo antes expuesto, se concluye que la sola pertenencia al género humano es lo que genera un deber de respeto hacia su persona; históricamente se ha reconocido en los seres humanos una especial dignidad, lo cual obliga un trato con consideración y respeto en un marco digno de relaciones humanas.

El respeto a la vida humana en cualquiera de sus etapas, desde la vida intrauterina hasta la terminal, está revestido de dignidad y en consecuencia de inviolabilidad por muchos países y religiones; pero para otros que aprueban el aborto, la pena de muerte y la eutanasia lo digno es intervenir la vida. Esto demuestra que el concepto de dignidad es simultáneamente fuerte y débil y a veces contradictorio. (3)

De allí la importancia que tiene para el Profesional de Enfermería, la preparación profesional lo que le dará luces para discernir sobre el buen actuar, no perdiendo de vista que el centro de su atención es la persona quien merece ser tratado con respeto y dignidad.

Es importante traer a colación algunas definiciones y clasificaciones que realizan algunos autores sobre eutanasia: Eutanasia del griego “euthanato” significa textualmente “buena muerte” (eu: bueno; thanatos: muerte) y es la práctica que trata de aliviar por medio de medicamentos, los sufrimientos del enfermo, abreviándole la vida, la enfermedad o la agonía, acelerando la muerte para que no siga sufriendo más (4).

También la palabra Eutanasia significa que existe la intención de que sobrevenga la muerte por acción u omisión suele clasificarse así:

a) Activa, llamada también directa esta a su vez puede clasificarse en voluntaria y no voluntaria.

1.- Voluntaria: enfermos con lucidez mental que solicitan que se les mate para librarse de sus sufrimientos físicos ó morales porque las consideran insoportables.

2.-No voluntaria: Enfermos que por cualquier razón no pueden dar su consentimiento en este apartado se incluyen: los ancianos ó mentalmente incapaces, los recién nacidos con alguna tara estos serían ejemplos de homicidios por acuerdo de las partes, sin intervención del sujeto.

3.- Suicidio profesionalmente asistido.

b) Pasiva: se define como inducir deliberadamente a la muerte, mediante la supresión del tratamiento necesario para mantener la vida. Estas actuaciones son moralmente equivalentes a la eutanasia activa por omisión. Se practica por la vía natural, mediante la supresión de la alimentación, o por métodos más sofisticados como la eliminación del respirador artificial (4)

En lo concerniente al tema de la Eutanasia, es importante saber cuál es la postura que debe tener el profesional de Enfermería ante este problema de primerísima actualidad consideramos que debe contar con un cúmulo de conocimientos de principios y valores que le permitan analizar las situaciones y habilidades para una toma correcta de decisiones éticas.

La palabra eutanasia, ha adquirido otro sentido, algo más específico: “procurar la muerte sin dolor a quienes sufren”, pero todavía este sentido es muy ambiguo puesto que la eutanasia así entendida puede significar realidades no sólo diferentes, sino opuestas profundamente entre sí, como el dar muerte al recién nacido deficiente que se presume que habrá de llevar una vida disminuida, la ayuda al suicidio para que consuma su propósito, la eliminación del anciano que se presupone que no vive ya una vida digna, la abstención de persistir en tratamiento doloroso o inútiles para alargar una agonía sin esfuerzo humano de curación del moribundo. (5)

En referencia a la clasificación anterior ¿es admisible éticamente que, en determinadas circunstancias bien delimitadas, se pueda administrar al enfermo terminal que así lo pida, una sobredosis de morfina o una solución de cloruro potásico, con el fin de poner término definitivamente a su vida?

Indiscutiblemente, hay que buscar otros medios para evaluar la auténtica voluntad del paciente por ello, hay que tener en cuenta lo subrayado por E. Kubler Ross sobre las diferentes fases por los que atraviesa el enfermo terminal y que, más en concreto, es posible que en las fases de ira o de depresión pida la eutanasia sin que esta sea su auténtica y definitiva voluntad. (6)

En este sentido, El conocimiento que se tengan acerca de estas fases por las que experimenta el paciente permitirá al Profesional de Enfermería brindar una buena calidad de atención que lleve implícita calidad humana orientada hacia el respeto de la dignidad humana.

De ahí, que estos enfermos requieren, por el contrario una atención competente y detallada encaminada a aliviarles, hasta donde se pueda sus sufrimientos físicos y morales; mucho cariño alrededor suyo, honestidad para informarles de su verdadero estado y futuro tratamiento, y tratar de que, cuando sea posible, reciban estos cuidados en el ambiente que ellos elijan (7).

La enfermera como profesional, responsable de los cuidados directos que deben proporcionársele al paciente terminal tiene una responsabilidad legal y moral en los actos con este paciente, su ejercicio profesional exige una profunda y permanente conciencia de propósitos y dirección. Todo ser humano, merece respeto en el final de la vida; ante la imposibilidad de curar, el acto médico dispone de recursos paliativos que agregan “calidad de vida”. (8)

En Efecto, si debe subrayarse el esfuerzo médico o de la Enfermería en favor de la vida del enfermo, no debe ponerse un énfasis menor en la necesidad de humanizar la situación de los enfermos terminales e irreversibles a través de los cuidados paliativos. Es por ello, que las dimensiones relativas a la calidad de vida del paciente en estado Terminal son cuatro:

a.-Bienestar Físico: Es importante que tanto el médico como la enfermera durante la atención al paciente crítico moribundo recuerden el derecho que tiene este de que se le apliquen los métodos necesarios para combatir el dolor, por ser esto un derecho que tiene este paciente para aliviar el sufrimiento originado por su enfermedad.

b.- Bienestar Psicológico: La ansiedad, la intranquilidad son síntomas habituales en el paciente en estado moribundo; el médico y la enfermera están en la obligación moral de hablarle al oído, transmitirle seguridad, paz a este paciente, lo que puede contribuir a tranquilizarlo.

c.- Bienestar Espiritual: Esto incluye la fe religiosa, para los pacientes y para sus seres queridos, las necesidades espirituales se acentúan y se convierten en primordiales a medida que se acerca la muerte. El médico y la enfermera deben considerar durante su ejercicio profesional el derecho que tiene el paciente en estado Terminal de mantener y expresar su fe. Es derecho del enfermo Terminal el respeto a sus creencias religiosas, es libre de solicitar o rechazar la ayuda o presencia espiritual. En el caso del paciente moribundo que está en la UCI, serán los familiares quienes soliciten este apoyo.

d.- Bienestar Social: El paciente en estado Terminal tiene derecho a permanecer junto a sus seres queridos, debe considerarse a la familia como parte integral de su asistencia (9)

Al explorar con detenimiento las dimensiones relativas a la calidad de vida del enfermo terminal es importante resaltar la responsabilidad de la enfermera (o) de sensibilizarse en su ejercicio profesional y de humanizar su contacto con el enfermo hasta incluir su muerte. Por ello, existe una imperiosa necesidad de tomar conciencia de lo que significan los cuidados paliativos en el proceso final de la vida.

El objetivo de los cuidados paliativos es lograr la mejor calidad de vida para los pacientes que están en etapa de finalización en la UCI a la vez de potenciar su bienestar y mantener su dignidad(10)De ahí, que la Profesión de Enfermería tiene un objetivo fundamental, propio y es el cuidar como lo es procurar a las personas que están bajo sus cuidados las mejores condiciones para mejorar o sobrellevar su proceso de salud en cualquier situación, también en aquellas personas en las que no es posible la curación.

La preocupación moral básica de la enfermera, es el bienestar de otros seres humanos y la ayuda como objetivo primordial, porque ejerce una profesión de servicio. La enfermera en su quehacer diario, tiene la misión de proporcionar atención integral al enfermo que está en estado moribundo incluyendo el paciente crítico y el conocimiento y manejo de los aspectos éticos en el cuidado a este enfermo es primordial.


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