Guia para el estudio de los medicamentos antiprotozoaricos y antihelminticos
Autor: Dr. Marco J. Albert Cabrera | Publicado:  7/05/2007 | Enfermedades Infecciosas , Farmacologia , Cursos de Medicina | |
Guia para el estudio de los medicamentos antiprotozoaricos y antihelminticos

Guia para el estudio de los medicamentos antiprotozoaricos y antihelminticos, para estudiantes de pre y postgrado de la carrera de Ciencias Médicas.

SUMARIO

Clasificación, mecanismo de acción, efectos indeseables más frecuentes y usos.

OBJETIVOS.
Relacionar el uso de los amebicidas y antihelmínticos en la practica médica teniendo en cuenta su principal mecanismo de acción y efectos indeseables.

antiprotozoaricos

Protozoos

Las cuatro clases de protozoos tienen agentes patógenos para la especie humana.
-La clase Sarcodina provoca la enfermedad amebiana.
-La Mastigophora (flagelados) causa giardiasis (lambliasis), leishmaniasis, dientamebiasis, tricomoniasis y tripanosomiasis.
-La Ciliophora (ciliados) produce balantidiasis.
-Los Sporozoa originan malaria malaria, toxoplasmosis, neumocistosis y coccidiosis (isosporiasis y criptosporidiasis).

Amebicidas

Actúan sobre las amebas que se encuentran en:
La luz intestinal.
La pared intestinal u otros órganos.
Varios sitios simultáneamente. 

Algunos amebicidas actúan sobre las amebas que se encuentran en la luz intestinal, otros lo hacen sobre las que parasitan la pared intestinal u otros órganos, y algunos actúan en varios sitios simultáneamente.

Amebicidas en la luz intestinal o de contacto: son el yodoquinol (diyodohidroxiquinoleína), el diloxánido y el antibiótico paromomicina. La quinfamida está en fase de ensayo.
Amebicidas tisulares: la emetina y su análogo deshidroemetina, y la cloroquina.ç
Amebicidas intestinales y tisulares: el metronidazol.
Otros nitroimidazoles de semivida más prolongada son: tinidazol, ornidazol y secnidazol.

La selección de amebicidas se realiza basándose en los siguientes criterios:

a) La amebiasis crónica, no disentérica y asintomática, propia del portador de quistes, debe tratarse con un amebicida de la luz intestinal
b)En la amebiasis intestinal, el parásito se encuentra en la luz, en la superficie de la mucosa y en el interior de la pared intestinal; por ello es de elección el metronidazol.
c) Los abscesos hepáticos se tratan con metronidazol, siendo conveniente administrar también un amebicida de la luz (yodoquinol o diloxánido) para eliminar la fuente primaria. 

Las tetraciclinas no son amebicidas pero, al modificar la flora necesaria para la supervivencia de las amebas, pueden resultar útiles en las amebiasis intestinales.

GIARDIASIS

Produce por sí misma abundante patología intestinal, a la que se suma a menudo intolerancia a la lactosa. Los fármacos de elección son la quinacrina o atebrina y, si ésta no es tolerada por producir náuseas y vómitos, el metronidazol.


Puede emplearse también el tinidazol, cuya larga semivida permite administrar dosis únicas de 1,5-2 g/día. En los niños ha mostrado también clara eficacia la furazolidona en tratamientos de 7-10 días. En los casos más rebeldes es posible asociar quinacrina y metronidazol.

TOXOPLASMOSIS


Se debe al protozoo intracelular Toxoplasma gondii. A veces cursa de modo asintomático y otras con síntomas generalizados (retinocoroiditis, linfadenopatías, fiebre, erupciones maculares palmares y plantares, cuadros de tipo mononucleosis y meningoencefalitis). La enfermedad se manifiesta más agresivamente en enfermos inmunodeprimidos.


Se transmite por vía intrauterina al feto, ocasionando la toxoplasmosis congénita que puede afectar varios órganos.


El tratamiento de elección es a base de una sulfamida (trisulfapirimidinas o sulfadiazina) en combinación con la pirimetamina,  en cambio, la combinación de sulfametoxazol con trimetoprima (cotrimoxazol) es ineficaz.

  

La Trichomonas vaginalis es la responsable de esta enfermedad transmitida en general por contacto sexual y que afecta tanto a mujeres como a hombres. La infección suele ser recurrente, lo que indica la existencia de focos de tricomonas que pueden estar alojados en la vagina y en sitios extravaginales: uretra masculina y femenina, glándulas y  conductos periuretrales y recto. Originan vaginitis, uretritis y prostatovesiculitis.


El fármaco de elección es el metronidazol. Localmente se puede usar el antiséptico yodopovidona.


Está producida por el esporozoo P. carinii, que en general no ocasiona infección a menos que se encuentre alterada la respuesta inmunológica por otra enfermedad, por fármacos o por malnutrición.


En su primera fase, los síntomas son generalizados con tos, disnea con o sin taquipnea, palidez, molestias torácicas, cianosis en la región perioral e hipoxemia. Posteriormente se establece la neumonía intersticial de células plasmáticas con infiltración pulmonar; si no se trata, la mortalidad alcanza el 50 %.


El fármaco de elección es el cotrimoxazol, pero algunos enfermos inmunodeficientes, sobre todo con sida, presentan excesivas reacciones adversas a este fármaco, por lo que es mejor utilizar pentamidina, según las pautas descritas.


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